«La investigación científica es el motor de un país desarrollado» – El Comercio: Diario de Asturias

Rosa María Sainz, directora del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA) y profesora de Morfología y Biología Celular de la Universidad de Oviedo, encarna el ejemplo del camino andado y de las posibilidades aún por explorar. Es en esta edición premio Futuro en Femenino, un galardón que recibió de manos de Eva Pando, directora de la Fundación Caja Rural de Asturias, y que reconoce su «brillantísima» trayectoria, tal y como destacó María de Álvaro, jefa de Edición de EL COMERCIO. Fue ella la encargada de glosar la figura de «toda una autoridad en la lucha contra el cáncer» y de aportar las cifras que lo avalan: autora de más de 90 publicaciones en revistas científicas y con más de 10.000 citas acumuladas, «su posición es más que destacada entre los científicos españoles en endocrinología y metabolismo» y ocupa el puesto 219 en el ránking de las 5.000 científicas más renombradas del país elaborado por el Centro Superior de Investigaciones Científcas. «Lleva años demostrando cada día que las mujeres tienen mucho que decir en ciencia» y es por ello que EL COMERCIO la distingue con el premio en agradecimiento a su trabajo.

A ese trabajo acude cada día Rosa María Sainz con la «convicción» de que su «esfuerzo ayude a que el cáncer sea una enfermedad crónica, no deje hijos sin padres y que lleguemos a esa supervivencia del 70% más pronto que tarde». Ella es una de esas hijas a la que la enfermedad dejó sin padre y para él tuvo un especial recuerdo durante el acto, en el que reconoció además la huella que en ella imprimieron las mujeres de su familia. «Se venga de dónde se venga, se puede llegar a los puestos más altos», pues «las últimas responsables de dar el paso somos nosotras mismas», animó. No obvió la científica que el grueso de los puestos de responsabilidad siguen ocupados por hombres y como factores apuntó a «prejuicios sociales y propios, falta de seguridad y una sociedad que duda de la capacidad de liderazgo de la mujer».

Sainz aludió también en su discurso a las futuras generaciones de científicas como las que ella forma. Compartió sobre su propia experiencia que no fue una niña de vocación científica temprana y el «papel» de la educación pública en la que se formó, en un «ambiente igualitario». «Tuve la tremenda suerte que durante mis estudios se cruzaron en mi camino personas extraordinarias. Hoy se reconoce en mí la labor de maestros y maestras que en los años 70 y 80, que fueron difíciles, nos enseñaron a los niños de barrio que el origen no importaba, que lo que importaba era la oportunidad de coger el ascensor social». Y para el futuro que ya se escribe en femenino dejó un apunte final: «La investigación científica es el motor de un país desarrollado»