El Valencia C.F perdió el primer de los tres ‘match ball’ que tiene en estas últimas jornadas para sellar matemáticamente la permanencia. El conjunto che cedió la derrota en Mallorca en una cita en la que mostró una versión muy lejana de la que ofreció ante el Real Madrid en Mestalla, e incluso en los últimos encuentros en los que los valencianistas habían sumado 10 de los últimos 15 puntos.
Los che alcanzaron los 40 puntos ante el Madrid, la cifra con la que históricamente se ha conseguido la permanencia. Sin embargo no solo el Valencia está lejos este año de lo que dicta su historia, también lo está la clasificación para salvarse que habla por sí sola: con 40 puntos no bastará. Actualmente, la permanencia matemática está en 43 puntos, sin embargo en Mallorca se vio a un Valencia que ya parecía dar por hecho que el año que viene estaría en Primera División.
Y eso es algo que tiene ‘mosca’ a Rubén Baraja. El Pipo mostró su enfado en la rueda de prensa previa al partido con una contundente frase: “Parece mentira que con lo que hemos sufrido, estemos hablando de futuro, renovaciones, fichajes… No estamos salvados aun“, insistía el técnico. Sus palabras no estaban vacías, entre el revuelo generado por la situación con el Real Madrid y cierta sensación en el ambiente de que la permanencia estaba conseguida, el entrenador estaba desde el lunes insistiendo a sus jugadores en que había que seguir apretando.
“Sí, yo entiendo que la gente tuviera sus valoraciones de que esto estuviera hecho. Pero yo he mantenido siempre el mismo discurso”, dijo tras el partido en Palma de Mallorca. De hecho, en la mente de El Pipo desde que llegó al club y vio el nivel de los equipos de la zona baja, trabajaba con su equipo asumiendo que la salvación se iría a más de los 40 puntos. Y así está sucediendo.
Sin embargo, el entrenador che se mostró conciliador al término del encuentro, con un mensaje en el que achacó la derrota al “acierto” y camufló de tópicos sus respuestas. Todo ello por una razón concreta: sabe que el partido del próximo es definitivo para su equipo y no quiere tirar piedras sobre su propio tejado.
Además, Rubén también entiende el contexto en el que han vivido sus jugadores estos días: ruido mediático, insultos en redes sociales (algunos como a Hugo Duro, hasta a su pareja le han insultado)… A lo que se suma que anoche asaltaron la casa de Justin Kluivert, lo que ha llevado a que el neerlandés, el mejor jugador del equipo, haya sido suplente.
El Valencia CF afrontará la cita ante el Espanyol en Mestalla con la seguridad de depender de sí mismo (si gana logra la permanencia matemática), pero la presión de que una derrota le haría irse al Benito Villamarín la última jornada a disputar un partido complicadísimo que podría definir su futuro. “Sé lo que es el partido del domingo para la historia del club”, concluyó Rubén.
