Los ‘tiktokers’ se convierten en los mayores enemigos de la plantilla del Barça – Relevo
No son espías ni investigadores privados, aunque la mayor parte del tiempo lo pasan esperando a que llegue su presa para abalanzarse sobre ella y capturar el botín. Cada vez es más frecuente ver a tiktokers merodeando por la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí, la terminal corporativa de El Prat o las zonas cercanas a las viviendas de los futbolistas del Barcelona. Una práctica que no agrada a los jugadores, que en muchos casos se encuentran acorralados e indefensos, y se ven obligados a dar coba a un negocio del que ellos son las víctimas. “El objetivo es conseguir seguidores a través de las grabaciones. Muchos lo hacen para sacarse dinero porque no trabajan“, explica a Relevo uno de los tiktokers habituales de la Ciudad Deportiva culé. Los influencers más reconocidos tienen entre uno y dos millones de seguidores. La red social les paga unos 30 euros por cada millón de visualizaciones. Y hay otros negocios…
Muchos viven de lo que sacan con sus seguidores y con las prendas que venden firmadas, e incluso son capaces de poner en riesgo su condición física. “Vamos a hoteles, aeropuertos, ciudades deportivas e incluso alguno se va de viaje. Los jugadores que funcionan muy bien en redes son por ejemplo Lamine, Lewandowski, Ter Stegen, Pedri o Gavi“, añade este tiktoker.
“Existe un problema de tráfico y de seguridad y puede haber atropellos. Detectamos que había una invasión en la salida principal en días señalados como los festivos, Navidad o después de ganar algún título”, explica a Relevo Rafa Soldado, responsable de seguridad del primer equipo entre 2015 y 2022, que vivió el crecimiento de una tendencia que se ha convertido en un problema y que se ha detenido.
Ante esta problemática, la seguridad azulgrana trabaja codo con codo con la Policía Local de Sant Joan Despí y con los Mossos d’Esquadra. El club se comunica a través de un correo para informarles de la operativa semanal con los horarios de los entrenamientos para prevenir y actuar en días señalados y poder montar un buen dispositivo. Actualmente, también existe esa coordinación, aunque la situación es complicada al tratarse de un lugar público.
«Me ofrecieron más de 1.100 euros por la camiseta original de Gündogan»
En la plantilla azulgrana existe el gran dilema para discernir entre los tiktokers que se acercan para sacar rédito económico o los que lo hacen por afición. Una gran parte vende las camisetas, cromos o fotografías firmadas a través de distintas plataformas para lucrarse. Para muchos, son su principal fuente de ingresos. Y lo hacen grabando un vídeo, porque es fundamental, porque es la garantía de que la firma es real y de que ha sido el propio jugador el que la ha firmado y no es una estafa. El precio de las camisetas depende del futbolista que la firme. La de Pedri se puede vender por unos 160 euros, la de Lamine Yamal por 200 y las originales casi 300 dependiendo del jugador. Una original de Leo Messi podría costar unos 500 euros.
Muchos de estos tiktokers se sitúan habitualmente en la zona situada detrás de los banquillos del Estadio Olímpico, la players zone. “Gündogan me regaló la camiseta después del partido ante el Sevilla. La subí a redes y un coleccionista contactó conmigo y me ofreció 1.1000 euros“, explica a Relevo.
«Buscan la reacción alterada del jugador»
Ante tal casuística, los futbolistas pidieron la ayuda de los miembros de seguridad del club para saber cómo actuar. En la mayoría de casos los jugadores no tienen otra salida que firmar. Hace unas semanas por ejemplo un tiktoker se puso delante del coche de Gündogan. Joao Cancelo también lo ha sufrido en sus propias carnes y anteriormente ya hubo problemas con Messi, Riqui Puig o Umtiti. “Se les provoca para que reaccionen mal. Buscan una respuesta alterada. Muchos de ellos son menores así que los futbolistas tiene que tener cuidado y mantener la calma porque se exponen mucho”, nos explica el ex director de seguridad del Barca.
“En días puntuales buscábamos salidas alternativas para evitar problemas e incluso colocábamos a auxiliares del club en puntos estratégicos para que indicaran a los jugadores la mejor salida”, cuenta Rafa Soldado. El club incluso decidió dejar de informar de los horarios de entrenamiento a raíz del robo de un reloj a Lewandowski.
Los futbolistas tienen consignas claras por parte del club para evitar futuros problemas. “Les decimos que mantengan las ventanillas cerradas, que no bajen del coche para evitar robos y que no caigan en provocaciones y mantengan la calma en todo momento”, reconoce Soldado.
Los jugadores están hartos
“Hay jugadores que los tienen controlados y ya no paran y a muchos no les gusta que les grabemos“, nos explica otro de los tiktokers que suele frecuentar Sant Joan Despí. Conocen todos los movimientos de los futbolistas, las puertas por las que salen, a dónde van y las casas en las que viven. Ahora no solo están en la rotonda principal de la entrada. Si tienen claro que firma quieren se saben los recorridos que hacen los jugadores y les esperan en otro lugar estratégico. Es una firma a la carta.
Pedri es uno de los que más firma y ya tiene localizados a varios de los que luego lo revenden, al igual que Balde, que los tiene controlados e incluso en algún momento les ha puesto a prueba. Alexia Putellas ha llegado a no firmar sabiendo que luego eso se acabaría revendiendo. Deco y Oriol Romeu, que antes solían parar, ahora ya no lo suelen hacer, como Lewandowski o Frenkie de Jong. Los tiktokers, un problema en la Ciudad Deportiva de difícil solución y que acaba afectando también al aficionado que simplemente busca una foto o un autógrafo de sus ídolos.
