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Por qué los tenistas se visten de blanco en Wimbledon – Relevo



Wimbledon es el torneo de tenis más especial del año. Lo es por muchas circunstancias, como por ejemplo ser el único de los grandes que se juega sobre hierba. Pero, sobre todo, por la tradición y liturgia que le rodea. Una personalidad única, que queda reflejada hasta en el vestuario de los tenistas. No en vano, la imagen de los jugadores completamente vestidos de blanco, en contraste con el verde de la pista, es todo un icono del mundo del deporte.

El torneo británico es el más antiguo de los cuatro Grand Slam que se juegan en la actualidad. Sus orígenes se remontan a 1877, cuando un grupo de 22 caballeros se reunieron por primera vez en el All England Lawn Tennis and Croquet Club para jugar un torneo de tenis. Fruto de aquello deriva que el cuadro masculino todavía se denomine como Gentleman, mientras que al femenino, que se jugó por primera vez en 1884, se le llama Ladies.

El motivo por el que los jugadores visten de blanco en Wimbledon

La razón por la que los tenistas en Wimbledon deben vestir de blanco también se remonta a aquella época. En la era victoriana, el deporte era cosa de las clases altas. En ellas, las manchas de sudor estaban mal vistas socialmente. Por ello, para realizar ejercicio, se utilizaban prendas de color blanco, ya que es la tonalidad que mejor disimula el sudor. Esto hizo que eventualmente, lo que comenzó como una cuestión de pura funcionalidad, fuese añadido como código de vestimenta en el reglamento del torneo.

Concretamente, las normas de The Championship establecen que a la hora de acceder a la pista los jugadores deben vestir “ropa apropiada para el tenis que sea casi completamente blanca”. Una base que, con los años, y los esfuerzos de los participantes por circunvalar la regla, ha sido matizada en varias ocasiones. Casi siempre, buscando una máxima uniformidad en todos los tenistas que toman parte del torneo.

Así, en 1995, ante la tendencia de algunos tenistas y marcas deportivas a utilizar distintos todos de blanco para diferenciarse, se realizó un cambio a la norma para hacerla más estricta. Solo se permitía un “blanco puro”, algo que incluso fue más allá en 2014 cuando se prohibieron el uso de complementos de otro color que no fuese el distintivo del torneo. Gorras, bandanas, muñequeras y otros accesorios frecuentes en el tenis están regulados por el código de vestimenta de Wimbledon, a los que solo permite pequeños detalles en otro color y logotipos que no sean de gran tamaño.

Cambio en la ropa interior femenina

La única marcha atrás del torneo es su afán por uniformizar la estética de sus participantes se produjo en 2022, cuando se aprobó que las jugadoras pudiesen utilizar ropa interior oscura a partir de la edición de 2023. Varias tenistas, incluidas leyendas como Billie Jean King, habían mostrado su disconformidad con la prohibición de 2014 de utilizar complementos de otro color, ya que estos impedían el uso de ropa interior oscura.

Resultaba paradójico que una regla que comenzó con la intención de disimular las manchas de sudor, ahora potenciase un color que pudiese resaltar posibles marcas derivadas del ciclo menstrual. Algo que muchas jugadoras han reconocido que añade un estrés adicional a la tensión habitual de una competición al más alto nivel. Por ello, después de mucho tiempo, Wimbledon ha relajado su dress code, aunque solo en este supuesto. Por ello, el resto de complementos, así como la ropa, deberán continuar siendo blancas.

Los jugadores que se negaron a vestir de blanco

Muchos han sido los jugadores que, a lo largo del tiempo, han tratado de darle la vuelta a una normativa cada vez más férrea. Sin embargo, nadie fue tan al extremo como Andre Agassi, que se negó a jugar el torneo entre 1988 y 1990 por no estar de acorde con la etiqueta del mismo. El tenista norteamericano era conocido en el circuito por su ropa de colores llamativos, un estilo al que no estaba dispuesto a renunciar y que le llevó a perderse varias ediciones de un grande que después ganaría en 1992.

Agassi no es el único que ha tenido problemas con el código de vestimenta. Un tenista que, sobre el papel, es el epítome de la elegancia como Roger Federer, fue reprendido en 2013 por utilizar unas zapatillas cuya suela naranja resaltaba demasiado para los estándares del torneo. En la siguiente ronda tuvo que utilizar unas zapatillas distintas.

Nick Kyrgios, durante su actuación en 2022, que le llevó hasta la final, también fue amonestado por romper el código de vestimenta. En su caso, por ponerse una gorra de la marca Jordan y unas zapatillas, ambas rojas, para hablar al público tras terminar su encuentro de cuarta ronda.

El australiano se encontraba todavía en la pista cuando hizo esto, por lo que técnicamente actuó contra el protocolo, que no solo abarca el partido sino los rituales previos y posteriores. En su estilo, Kyrgios solucionó el entuerto con las siguientes declaraciones: “Esto es más atención para mi. Como dicen, toda la publicidad es buena. Así que lo voy a seguir haciendo“, dijo restándole importancia al asunto.

Rafael Nadal, de blanco pero en tirantes y con piratas

Uno de los pulsos más famosos al dress code de Wimbledon fue el protagonizado por Rafael Nadal al inicio de su carrera. El balear debutó en el All England Club en 2003. De hecho, fue su primera participación en un Grand Slam. Aunque en aquella edición su indumentaria fue bastante estándar. No así en 2005, cuando sorprendió al mundo vestido con una camiseta sin mangas, que para mas inri llevaba una cremallera en el cuello que solía lucir completamente abierta, y unos pantalones pirata por debajo de la rodilla.

Aquel look contrastaba profundamente con el espíritu clásico de champán y fresas con nata que caracteriza al torneo. Probablemente no gustó a la organización, que al no incumplir las normas tampoco pudo hacer nada para evitarlo. De hecho, se convirtió en la bandera de Nadal, que lo repitió en 2006, 2007 y 2008. Es la imagen de los años de rivalidad profunda con Roger Federer. Ambos, vestidos por Nike en aquella época, representaban las dos caras del tenis. Por un lado el suizo, con un tenis preciosista y casi perfecto, vestía una línea clásica acorde con su persona en el circuito. Por otro, Nadal representaba al joven hambriento que amenazaba con un tenis más salvajeel status quo.

El español llegó a levantar su primer Wimbledon en 2008, derrotando a Federer en la final por 4-6, 4-6, 7-6(5), 7-6(8), 7-9. vistiendo una camiseta sin mangas en una imagen para la historia. Su segundo triunfo en 2010, ya instalado en lo alto de la pirámide trófica del tenis, lo logró con un atuendo menos rompedor.

Javier Mercadal

Javier
Mercadal,
natural
de
Zaragoza,
se
licenció
en
Periodismo
por
la
Universidad
San
Jorge.
Dio
sus
primeros
pasos
en
el
Heraldo
de
Aragón
cubriendo
la
información
del
Real
Zaragoza
y



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Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

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