Franco Herrero, el argentino que potencia el físico de Tommy Paul: “Es un chico que se mata entrenando y lo disfruta” – ATP Tour

Reportaje

Franco Herrero, el argentino que potencia el físico de Tommy Paul

Entrevista con el preparador físico del No. 12 del mundo

January 06, 2024

Tommy Paul (der.) junto a su preparador físico Franco Herrero (centro) y su entrenador Brad Stine (izq.).
By Juan Ramírez Carvajal

Lo que más sorprendió a Franco Herrero de Tommy Paul cuando lo conoció, hace unos diez años en Boca Raton, fue su resistencia física. El argentino no podía creer que alguien tan sosegado y tranquilo fuera de la pista tuviera tanta energía para jugar cualquier deporte.

“Recuerdo que hacía dos horas de físico y dos de tenis en un día. Los entrenamientos eran durísimos, y a la noche se juntaba con cuatro o cinco amigos y se mataba jugando básquet”, asegura el preparador físico para ATPTour.com. En ese momento, Herrero trabajaba como director de su especialidad para la Evert Tennis Academy, el mismo lugar donde Paul entrenaba por su cuenta junto con otros juveniles impulsados por la USTA.

Unos cinco años después, empezaron a trabajar juntos, y justamente la versatilidad física de Paul le hizo la vida más fácil a Herrero. “Él no creció solo jugando al tenis. En edades formativas, jugó a todos los deportes, y eso le dio un bagaje motor que le permite hacer todo bastante bien físicamente”, asegura el bahiense de 32 años.

Otro factor que ayudó el trabajo juntos fue la base que el estadounidense había construido con su anterior equipo. El también argentino Gabriel Echevarría fue su preparador físico hasta que aceptó trabajar para Tennis Australia en 2019. Antes de viajar aconsejó ser reemplazado por Herrero, que desde 2018 había salido de la Evert Tennis Academy para trabajar a tiempo completo con Mónica Puig.

Paul acató de inmediato, y Herrero aceptó construir sobre lo construido. Eso sí, sin perder su propio sello, hecho a pulso desde su adolescencia en Orión y Sagitarium, los gimnasios de sus padres en Bahía Blanca y en donde también trabajó como instructor de sobrecarga.

Cuando terminó su etapa escolar, que había alternado como tenista aficionado, se dedicó a los estudios universitarios en preparación física mientras los ponía en práctica entrenando chicos en clubes argentinos, como el Club Náutico de Mar del Plata, donde se formó Guillermo Vilas, y el Club Pacífico de Bahía Blanca, donde el propio Herrero entrenó en sus días como tenista juvenil mientras idolatraba a Mariano Zabaleta y David Nalbandian.

Una vez graduado, trabajó unos meses con Guido Pella, su amigo de infancia. Juntos habían sido preparados físicamente por el papá de Herrero, Raúl. En 2014 llegó la oportunidad de trabajar en la Evert Tennis Academy, y desde entonces reside en Florida. Casi la mitad de esta etapa ha sido atravesada por Tommy Paul, su jefe, su amigo y vecino en Boca Raton.

A veces se juntan para ir de pesca, o simplemente para oír música country, ver algún partido de los Eagles o ir a cenar. “Vivimos a ocho minutos el uno del otro, y vamos varias veces a la semana a comer. Y cuando yo no puedo por trabajo, Tommy me trae algo. Él es una excelente persona. Es muy sencillo, muy atento. Le gusta pasar tiempo con su gente”, explica Franco, nacido el 26 de abril de 1991.

A día de hoy, se sigue sorprendiendo de que alguien que siempre busca quietud, paz y contemplación fuera de la pista sea también uno de los mayores portentos físicos del ATP Tour.

“Tommy es un chico muy rápido”, asegura el argentino. “Cambia de dirección muy bien, es muy explosivo, cubre mucha cancha porque es un gran atleta. Además, tiene una gran capacidad aeróbica. O sea que puede hacerlo todo una y otra vez porque se recupera fácilmente entre esfuerzos. Por eso siempre digo que soy un afortunado de trabajar con él. Todo lo que le pedís lo hace sin esfuerzo. Eso hace mi trabajo muy fácil”.

Su gran condición explica que actualmente ocupe el puesto No. 12, el más alto de su carrera en el Pepperstone ATP Ranking, y también hace pensar que el diestro de 26 años puede seguir escalando. La exigente pretemporada que acaba de terminar en Florida de la mano de Franco Herrero podría ser clave para lograrlo. Durante casi un mes, a excepción de los domingos, alternó diariamente sesiones de dos horas de tenis con sesiones físicas de entre una y dos horas.

Completó sin problemas la parte del año que marca el ritmo del siguiente. También la parte del año que más sufren los tenistas, menos él. “Parece que a Tommy nada le importa porque es muy relajado. Por eso la gente tiende a pensar que no trabaja tan duro y es lo opuesto”, explica Herrero. “Es un chico que hace muchísimos años se mata entrenando y lo disfruta. Tiene la capacidad de no sufrirlo. Desde chico, tiene el balance entre disfrute y sufrimiento a la hora de entrenar”.

El deseo de superarse constantemente lo impulsa a seguir esforzándose cada vez más. Incluso siendo uno de los tenistas más preparados a nivel físico, Paul y su equipo sienten que aún hay margen de mejora. “Tommy es muy parejo en todas las áreas, entonces no hay que desarrollar ninguna, solo mejorarlas todas por igual. Lo queremos mejorar especialmente en footwoork. Si bien es extremadamente rápido, y tiene un footwork muy bueno, igual hay lugar para pulirlo”.

El inicio de temporada de Paul será desde este lunes como primer cabeza de serie en el ATP 250 de Adelaida antes de su participación en el Abierto de Australia, donde hace un año alcanzó su primera semifinal de Grand Slam. La hoja de ruta es clara al igual que una de sus principales metas para 2024.

El propio Franco Herrera la resume: “Si bien es cierto que los márgenes se hacen más chicos en donde Tommy está ahora mismo, el próximo objetivo es el Top-10”.