En aquel Movistar confluyeron Rui Costa, Valverde y el primer Nairo
Hace más de diez años de aquello, pero en este repaso de escuadras que marcaron época, no quería dejarme el Movistar que atacó el Tour de 2013.
Aquella temporada, los azules superaron las treinta victorias con un equipo coral en el que ya capitaneaba a todo gas Alejandro Valverde, tras la sanción de dos años antes, y emergía Nairo Quintana.
Pero el equipo era eso, coral, con una clase media brutal que iba a ir creciendo en actuaciones hoy complicadas de ver en la misma escuadra, con un Giovanni Visconti de morro fino en el Giro, un Rui Costa en plan killer total, y una serie de nombres que seguro os sonarán: los Herrada, Fran Ventoso, Iván Gutiérrez, Rubén Plaza y hasta Alex Dowsett, ganador de una crono en el Giro.
En este contexto Movistar se presentó en el Tour 2013 con un nueve, entonces eran nueve ciclistas por equipo, aún, brutal.
Lideraba, sobre el papel, Alejandro Valverde, le secundaba Nairo Quintana, sin duda uno de los mejores ciclistas de la campaña hasta la salida en Córcega de aquella edición.
Ahí estaba también Rui Costa como verso libre, él mismo se garantizó ese rol, junto a Andrey Amador, Jonathan Castroviejo, Imanol Erviti, Iván Gutiérrez, Rubén Plaza y JJ Rojas.
Era el mejor equipo de aquella edición, el “Dream Team” como le llamé antes que arrancara la carrera, incluso por encima del Team Sky que capitaneava Chris Froome.
En el devenir de la carrera hubo un episodio dantesco en la gestión de tanto talento el día aquel en los Pirineos en que Froome se vio solo rodeado de azules y con todo su Sky descabalgado.
Fue una ocasión histórica de probar al inminente ganador de aquel Tour que alguien desde el coche decidió no forzar.
Incluso con Rubén Plaza pudimos hablarlo en el momento de su retirada.
Eso dijo aquel día.
Luego estuvo aquella etapa en los Pirineos, Tour de 2013 ¿perdonasteis la vida a Chris Froome?
«Desde luego que sí, literalmente nos cagamos encima. Iba Froome aislado, solo, con Nairo, con Valverde, Rui Costa, Castroviejo, Amador y yo. Fue una locura, le tuvimos a punto pero le perdonamos, todo su equipo atrás y él aislado. Fíjate que nunca más se ha vuelto a dar esa circunstancia. Tengo en el garaje de casa un recorte de ese día colgado en la pared y lo recuerdo cada día»
El balance por eso sería brutal.
Rui Costa se llevaría dos etapas, tras negarse a descolgarse por Alejandro Valverde, cazado atrás en una jornada de abanicos.
El luso, al poco tiempo, sería campeón del mundo y dejaría el equipo.
Pero la sensación de aquella carrera fue Nairo, que se ganó los galones plenos en aquellos abanicos y tuvo a Chris Froome descolgado el día final en Semoz.
No pudo remontarle, pero ahí había una esperanza sólida ante el imperio británico.
Ese equipo que no activó el botón rojo cuando pudo logró tres etapas, la segunda plaza en la general y los maillots de joven y la montaña.
No hace tanto de ello, sólo diez años.
Imagen: RTVE
