En el complejo mundo de las relaciones de pareja, la confianza se erige como un pilar fundamental para la duración de la misma. Y es que la ausencia de confianza desencadena conflictos inevitables, propiciando un estrés constante que podría ser el preludio del fracaso de un noviazgo o matrimonio.
Entonces, la falta de resolución de conflictos es otro terreno peligroso, donde problemas ignorados pueden resurgir con más fuerza con al paso del tiempo. Y es que la mayoría de las veces esos problemas son hábitos de la vida diaria que, sin saber, nos podrían hacer perder un gran amor.
10 hábitos a evitar para mantener una relación sana
Sin confianza
Probablemente, el mayor punto de conflicto en las relaciones es la falta de confianza. Sin confianza, actúas constantemente por miedo.
Ignorar los problemas
Otro punto muy importante son los conflictos no resueltos. Algunas discusiones pueden degenerar de tal manera que los frentes se endurezcan, ambos han luchado cansadamente y simplemente no tienes energía para seguir buscando una solución. Muchas parejas evitan el tema por completo y esperan que se resuelva por sí solo con el tiempo.
Falta de aprecio
Tal vez siempre puedas llamar a tu pareja cuando el PC se pone en huelga, o él o ella siempre saca la basura; haga lo que haga, te hace la vida más fácil y es exactamente por eso que lo amas. Es simplemente estúpido si no lo sabe porque nunca llega a oírlo. Entonces: no dejes que las cosas lleguen tan lejos y dile a tu pareja lo agradecido que estás por él o ella en la vida cotidiana.
Crees que él o ella tiene que iniciar el afecto.
Esta idea errónea puede provocar algo más que problemas en su relación. Si amplías esta expectativa, también garantiza frustración, porque ¿cómo se supone que tu pareja sepa cuándo quieres un beso o más si no lo haces notar?
Quieres cambiarlo
No puedes cambiar a una persona. Puedes intentarlo, pero después de muchas noches de insomnio y discusiones feas volverás a la misma conclusión: no puedes cambiar a alguien. Por supuesto, la pareja adecuada nos inspira a ser la mejor versión de nosotros mismos, y eso es algo bueno. Pero si intentamos desesperadamente forzar a nuestra pareja a tener el hombre o la mujer de sus sueños, no funciona.
Siempre lo criticas
Algunas personas constantemente encuentran fallas en su pareja y la frenan simplemente siendo críticas con todo. Eso sería increíblemente estresante para cualquiera, pero si estás constantemente expuesto a una persona así en tu relación, casi roza la tortura. Por supuesto que puedes expresar críticas de vez en cuando, y deberías hacerlo. Simplemente, no siempre y por favor no seas mezquino.
Celos
Todos nos ponemos celosos a veces, es algo humano. Pero eso rara vez sucede y cuando sucede, debemos ser conscientes de que tiene mucho que ver con nosotros y nuestras propias inseguridades y poco o nada que ver con el comportamiento de nuestra pareja. Algunas personas incluso creen que si su pareja no tiene celos, no ama adecuadamente. ¡Una completa tontería!
Amor condicional
Todos queremos un amor incondicional, pero lamentablemente en realidad nuestro amor muchas veces viene con condiciones. A veces nos ponemos de mal humor cuando nuestra pareja hace algo que no nos gusta, o le damos la espalda después de una discusión hasta que se disculpa. De esta manera comunicamos a nuestra contraparte que solo la amamos mientras se comporte de acuerdo con nuestros deseos. Esto no solo es terriblemente poco romántico, sino también perjudicial para la relación.
Te concentras en sus peculiaridades
Estás viviendo con el amor de tu vida, ¡felicidades! Podrás conocer todas sus facetas y amarlas cada día, las buenas y las malas. Con demasiada frecuencia olvidamos el privilegio que es ese. En lugar de eso, concéntrate en sus puntos buenos, porque aquello en lo que pones tu atención pronto será todo en lo que puedas pensar. Y seamos honestos: todos nos volvemos molestos a veces.
No estás escuchando correctamente
Por supuesto, esto va en ambos sentidos, pero si sentimos que nuestra pareja no nos escucha, rápidamente puede generar frustración en la relación. Muchas veces escuchamos con la intención de responder, pero no prestamos la atención que requiera y quizás nuestra contraparte simplemente quiera que le hagamos preguntas con interés y, sobre todo, que les prestemos toda nuestra atención.
