Boxeo

Aníbal Rodríguez, del beisbol a la élite del boxeo – JIT


Sancti Spíritus.- ANÍBAL Rodríguez tenía 11 años de edad cuando inició la bonita relación que le une al boxeo. Visitó un gimnasio, casi por casualidad, y ganó el combate al que fue convocado sin previo aviso.

Sucedió en su Chambas natal, poco después de jugar al beisbol, que practicaba entonces en ese municipio de Ciego de Ávila. Los técnicos le instaron a tomarlo en serio.

«Tenía un tío que peleaba en Camagüey, pero a mi padre no le gustaba que boxeara, así que inicialmente lo hice a espaldas suyas, sin dejar la pelota», narró a JIT el ahora entrenador. 

El diálogo se produjo en la sala Yayabo, sede de la edición 60 de los torneos nacionales Playa Girón, evento que le tiene entre sus monarcas de los 71 kilos, peso al que dejó pleitos aún recordados.

Cuenta que tras aquel comienzo inesperado cubrió una breve etapa de preparación antes de proclamarse subcampeón provincial, éxito que le valió la matrícula en la escuela de iniciación deportiva escolar (Eide).

Sin embargo, nunca asistió a unos juegos escolares «porque no tenía un buen rendimiento docente» y su proyección tuvo que esperar a los certámenes nacionales juveniles, en que se agenció medalla de bronce, como en una copa Tele Rebelde.

En el Playa Girón de 1993 perdió ante el pinareño Juan Hernández Sierra en la semifinal de los 67 kg. «Pensé que ese resultado me llevaría al equipo nacional, pero eso no sucedió hasta un año después», narra Aníbal.

Se presentó en 71 kilogramos y acaparó titulares al derrotar por la faja al también pinareño Juan Carlos Lemus, monarca olímpico de Barcelona 1992. Repitió en la cima en 1998 y 1999, como verdugo del santiaguero Daniel Hurtado y el propio Hernández Sierra, por ese orden.

«Fueron años de gran rivalidad en esa división, por la coincidencia de varios hombres de nivel», evoca el también cuatro veces subtitular de casa (1995, 1996, 1997 y 2000), tres de esas como víctima del pinero Alfredo Duvergel.

«Se convirtió en mi rival más difícil, por su estilo, que le permitía golpear bien y recibir muy poco, con movimientos con que se hacía muy escurridizo y “enrededaba” al contrario», afirma el avileño, perdedor de sus siete duelos con el plateado olímpico de Atlanta 1996.

Internacionalmente, el palmarés de Aníbal incluye la faja conseguida en el campeonato panamericano de Buenos Aires en 1994, con crédito conslusivo sobre el local Ricardo Trigo, y el triunfo a costa de Jeffrey Clark en el tope Cuba-Estados Unidos de Ledyard en 1995.

Acabó tercero en el certamen centroamericano y del Caribe de Tijuana en 1997, en que cedió 9-10 ante el anfitrión José Luis Zertuche; se impuso y quedó en metal de plata en los clásicos Córdova Cardín, y ganó el Memorial Ahmet Comert, en Turquía, entre otros desempeños notables.

Salió del concentrado élite en 2001 «porque tenía 30 años y me explicaron que mi edad me impediría cubrir el próximo ciclo», pero se mantuvo activo durante cuatro temporadas más, aunque sin resultados destacados.

Luego llegó el adiós a la condición de atleta activo, pero no al deporte de sus amores. «Pesé un curso de habilitación y a partir de entonces he trabajado con la categoría pioneril, en la Eide y con el equipo de mayores, mi labor actual», explica.

Habla con cariño de buenos amigos fraguados durante sus años en la élite. El capitalino Maikro Romero, el holguinero Mario Kindelán, el camagüeyano Jorge Gutiérrez…

Quedó con los deseos de asistir a un evento multidisciplinario, pero no refiere injusticias al respecto, e insiste en que la tarea de entrenador es más dura «porque implica responder por otros y provoca muchas preocupaciones, incluso más allá del resultado competitivo».

Añade que además de Duvergel, Lemus y Hurtado, cruzó golpes con otros estelares como Gutiérrez y el espirituano Offani Suárez. Está convencido de que los resultados tienen su génesis en la preparación. «Lo que se trabaja bien en el gimnasio sale sobre el ring», asevera.

Centrado en trasladar lo aprendido en tantas batallas, se empeña en pasar sobre realidades como la inestabilidad en la retención de los talentos y enfatiza al proclamar que su atepa como púgil le dejó como principales saldos «los resultados que entregué a Cuba y a mi provincia, los amigos que hice y el cariño que todavía recibo».

SUS PELEAS POR MEDALLAS EN LOS TORNEOS GIRÓN

1993 (semifinal 67 kg): perdió con Juan Hernandez Sierra (PRI) por RSC-1 en el primer asalto.

1994 (final 71 kg): venció 8-5 a Juan Carlos Lemus (PRI)

1995 (final 71 kg): perdió 7-8 con Alfredo Duvergel (IJV)

1996 (final 71 kg): perdió 2-3 con Alfredo Duvergel (IJV)

1997 (final 71 kg): perdió 3-7 con Alfredo Duvergel (IJV)

1998 final 71 kg): venció 10-3 a Daniel Hurtado (SCU)

1999 (final 71 kg): venció 12-7 a Juan Hernandez Sierra (PRI)

2000 (final 71 kg): perdió 1-7 con Daniel Hurtado (SCU)





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Marc Valldeperez

Soy el administrador de marcahora.xyz y también un redactor deportivo. Apasionado por el deporte y su historia. Fanático de todas las disciplinas, especialmente el fútbol, el boxeo y las MMA. Encargado de escribir previas de muchos deportes, como boxeo, fútbol, NBA, deportes de motor y otros.

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