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la normalización y la eliminación de estigmas, claves para la lucha social contra la depresión


Más de 300 millones de personas a lo largo y ancho de todo el planeta. Esa es la cifra aproximada de personas que actualmente padecen una de las enfermedades más extendidas, que es prácticamente ‘invisible’ y, sin embargo, puede llegar a tener consecuencias irreparables tanto en quien las sufre, como en las personas de su alrededor. Como cada 13 de enero, se celebra el Día Internacional de la Lucha Contra la Depresión, con el objetivo de acabar con el estigma que rodea a esta enfermedad y dar voz y visibilidad a las personas que la padecen o la han padecido.

“A día de hoy, la depresión, como cualquier enfermedad mental, sigue siendo un tabú”, señala Álvaro Moro, psicólogo zamorano y añade que “la población no habla de ello con total libertad“. “Parece que nos da vergüenza, y que hay cierta incomprensión social en torno a todo lo que gira sobre la salud mental”, apunta.

Y es que es ese ‘miedo a lo desconocido’ de la sociedad el que genera este estigma sobre todo lo que se refiere a problemas de salud mental. “Todo este rechazo a lo que no conocemos va a acabar en un estigma, y esto va a generar que la persona que lo sufra sienta miedo, vergüenza o incluso culpa y se sienta incomprendida”, explica. “Esto dificultaría el desarrollo tanto de su patología, como del pedir ayuda, que es lo que necesita”, señala.

Es alrededor de un 4% de la población mundial el que se encuentra lidiando contra esta enfermedad. A nivel nacional, según explica este psicólogo, existe un “dilema” que se refiere a “si ha habido un aumento o cada vez hay más detección porque hay más concencia”. “Es verdad que las cifras aumentan, sobre todo de ansiedad y depresión, pero también hay una mayor conciencia social, por lo que también se detectan más casos”. 

En este aumento ha tenido una gran influencia negativa la proliferación de las redes sociales, la ‘digitalización de la vida diaria’ y el cada vez más temprano acceso de los adolescentes a esta serie de instrumentos. “Cada vez los jóvenes a edades más tempranas se ven sometidos a ciertos factores que antes no nos veíamos”, indica Álvaro.

Otro condicionante clave para el aumento de problemas de salud mental fue el confinamiento de 2020, no obstante, también ha resultado un impulso definitivo a la concienciación de la sociedad en lo que se refiere a salud mental. “Es un arma de doble filo, porque la pandemia provocó una explosión de problemas de salud mental, pero también que se empezara a colocar a la salud mental en otro plano”, manifiesta.

Más allá de cifras y datos oficiales, existe otra dimensión de lo que se refiere a la depresión, y es la cantidad de gente que la sufre en silencio, en lo que juega un papel clave, de nuevo, el estigma social existente sobre la salud mental. “Hay mucha gente que no busca ayuda y pasan inadvertidos por el estigma social y el desconocimiento”, lamenta. Si bien la solución no es, ni mucho menos, sencilla, este psicólogo manifiesta que hay numerosas vías que, como sociedad, se pueden trabajar.

“Es un tema complejo, porque esto tendría que venir primero desde las altas esferas, con una mayor inversión en salud mental“, explica. Otros términos clave serían la prevención, la intervención y la evaluación, así como fomentar la educación emocional desde pequeños, ya que “muchas veces no saben lo que les pasa”. “Hay muchos casos que no pueden explicar lo que les pasa, y cuando hacen algo de educación emocional pues vamos identificando los problemas”.

Asimismo, a nivel más ‘terrenal’, lejos de esas altas esferas, hay varios puntos que también pueden ser indispensables para identificar y tratar estas enfermedades. “Tenemos que pedir ayuda cuando lo necesitemos, no sentir vergüenza por ello, y como sociedad, normalizar los problemas de salud mental“, indica y añade que “igual que tenemos dolor de cabeza, podemos tener cualquier patología de salud mental”.

Si bien puede resultar fácil decirlo, a nivel individual, una clave para una persona que padece o cree que puede padecer una enfermedad como la depresión, Álvaro indica que es clave “ponerse en manos profesionales cuando sientas que algo no va bien, tienes que pedir ayuda”. “Lo mismo que si somos familiares, o amigos, es algo que es notorio, tenemos que ayudar a esa persona a que empiece un proceso terapéutico”. 

Así pues, los tabús y los estigmas impuestos por una sociedad con un miedo casi irracional a lo desconocido son condicionantes que acaban pesando mucho en personas que padecen esta clase de problemas mentales. Pedir ayuda, sin miedo y sin vergüenza, así como la normalización de esta clase de problemas, es fundamental para comenzar ese proceso de recuperación.



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Antea Morbioli

Hola soy Antea Morbioli Periodista con 2 años de experiencia en diferentes medios. Ha cubierto noticias de entretenimiento, películas, programas de televisión, celebridades, deportes, así como todo tipo de eventos culturales para MarcaHora.xyz desde 2023.

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