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Chus Mateo, un arsenal infinito y una pregunta en la mente de todos: ¿quién para a este Real Madrid? – Relevo


La vida no siempre sigue igual, a pesar de lo que cantaba Julio Iglesias. Por suerte o por desgracia, en este camino muchas veces las circunstancias nos obligan o nos conducen a un cambio de sentido para ir en la dirección contraria. Y eso precisamente es lo que les ha pasado a Chus Mateo y al Real Madrid.

Porque quién iba a decirle hace 365 días al técnico madrileño que a estas alturas iba a estar líder destacado en la Euroliga y en la Liga Endesa. A él, que hace apenas un año le acompañaba la alargada sombra de Pablo Laso y las dudas generadas por el juego de su equipo y que se reflejaba en cinco derrotas en 18 partidos y numerosas críticas por un sistema que no terminaba de carburar.

Sin los roles bien definidos dentro del equipo y con numerosas dudas en el puesto de base, el Madrid vivía más pendiente de lo que había pasado en el mes de julio con la tumultuosa salida de Laso que de lo que sucedía en la cancha. Y no sólo el juego era un reflejo de esa atmósfera de pesadumbre. La grada tampoco acompañaba a un equipo que sacaba sus partidos adelante más por compromiso que por convencimiento.

Hoy todo eso ha quedado atrás. El conjunto blanco ha recuperado la sonrisa de la mano de Chus Mateo, que agradeció la paciencia y ha sabido dar a cada jugador el plano necesario en el que pudiera brillar más. Ha cocinado a fuego lento un equipo que ahora mismo es la gran envidia del baloncesto europeo por su nivel de juego y de confianza en unas posibilidades infinitas.

El equipo todavía luce un cero en su casillero de derrotas esta temporada. Suma 18 triunfos consecutivos y está a 13 de igualar el mejor arranque de su historia. En Euroliga lleva sin perder desde el pasado 28 de abril. Doce partidos seguidos ganando, título incluido. Más de 200 días desde la triste pelea ante el Partizan en el segundo partido de la eliminatoria de cuartos. Un incidente desafortunado que sirvió para hacer click en el equipo blanco. Y ahí comenzó su transformación.

Un cambio que se completó el pasado verano con la llegada de Facundo Campazzo, que ha dotado de sentido el juego de un Madrid que ahora sabe perfectamente a qué quiere jugar. Y cómo quiere hacerlo, que no siempre es fácil.

Con la hoja de ruta clara es mucho más fácil que lleguen los resultados y los números que avalan la gran pregunta que ahora mismo se hace todo el mundo en Europa: ¿quién puede frenar a este equipo? De momento 18 rivales lo han intentado y ninguno lo ha logrado. Ahora le toca el turno al Mónaco de Kemba Walker y Mike James, pero tiene las apuestas en contra por ver quién es capaz de poner el cascabel al gato blanco.

Un equipo que presume de un arsenal infinito de recursos. Y no sólo en ataque. Ante el Valencia Basket la pizarra de Mateo, Paco Redondo y el resto de técnicos blancos se ajustó en defensa y fue capaz de sacar adelante un encuentro más espeso de lo habitual. “Hemos hecho un gran trabajo defensivo en la segunda parte y solo hemos concedido 24 puntos. Cuando las cosas no nos van tan bien, cuando las cosas no van rodadas, seguimos peleando y mantenemos la concentración”.

Son armas que viene bien tener en el almacen cuando fallan esas que han permitido al Madrid ser el equipo más valorado de la Euroliga con 103 créditos por partido. Además es el más anotador con 86,3 puntos por partido, segundo en asistencias (21,4), tercero en triples convertidos (10,3), segundo en rebotes defensivos (26,6)… Y esto sólo en Europa. En la Liga Endesa su dominio es todavía mayor: líder en puntos, en valoración, en asistencias, en tapones, en tiros libres…

Números que reflejan el buen momento de un equipo para el que no se vislumbra un frenazo. Y ahí viene la otra gran pregunta: ¿convienen perder en algún momento? Los picos de forma durante una temporada hablan de lo difícil -por no decir imposible- que es mantener la regularidad durante toda la campaña. Y ya que los fans blanco miran ya ese 31-0 convendría que echaran un vistazo a lo que pasó al final de aquella temporada 2013-2014, cuando el equipo terminó colapsando ante el Maccabi en la final de la Euroliga y perdiendo la final de la ACB contra el Barça. Un peligroso precedente al que agarrarse para cuando lleguen las derrotas. Que llegarán aunque ahora parezca imposible.


Apasionado
del
baloncesto
desde
niño,
Guillermo
García
ha
conseguido
hacer
del
deporte
de
la
canasta
su
profesión.
Licenciado
en
Humanidades
por
la
Universidad
Carlos
III
y
con
un
Master
en



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Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

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