Red Bull tiene un plan en el ciclismo y no solo afecta al Bora: “Viendo lo que lograron en la Fórmula 1…” – Relevo
Es miércoles, aún temprano en la costa mallorquina, y Primoz Roglic ya está rodeado de focos, cables y un buen puñado de personas que pululan de un lado a otro. El esloveno de 34 años, fichaje de relumbrón del Bora-Hansgrohe tras abandonar el todopoderoso Visma-Lease a Bike, graba varias tomas para un anuncio de Red Bull, el faraónico conglomerado de bebidas energéticas que, salvo sorpresa en el dictamen de la Justicia austriaca, es también el nuevo propietario del equipo ciclista alemán.
“Ya han demostrado en otros deportes que pueden marcar la diferencia“, asegura pocas horas después, sonriente ante otros focos, los de los medios de comunicación, Ralph Denk, mandamás de la estructura germana. “Mi objetivo como director es formar un equipo que sea realmente competitivo y la llegada de Red Bull podría significar nuestro próximo gran paso adelante“.
Allí, en Mallorca, donde la maquinaria verde ha completado estos días, con Roglic al frente, la primera concentración de la pretemporada, ya se han podido avistar las primeras latas de la conocida bebida energética, la misma que resalta, con sus dos toros rojos, en el monoplaza de Max Verstappen, en el escudo del RB Leipzig —rival del Real Madrid en los octavos de final de la UEFA Champions League— o en el mono de Felix Baumgartner cuando, hace ya 12 años, el austriaco desafió los límites conocidos saltando desde la estratosfera.
No es, sin embargo, la primera incursión de la compañía en el ciclismo profesional. Red Bull, que tuvo durante algo más de una década los derechos de televisión para retransmitir en exclusividad la Copa del Mundo de mountain bike, patrocina, de forma individual, a algunos de los mejores corredores del pelotón internacional. Wout van Aert es, quizás, el caso más conocido, pero no el único. Tom Pidcock, Pauline Ferrand-Prévot, Anton Palzer o Blanka Vas son solo algunos ejemplos de cómo la compañía austriaca apuesta desde hace tiempo por la bicicleta.
“El ciclismo está cambiando. Los países árabes cada vez tienen más influencia, los presupuestos crecen cada año y hay que reaccionar“, remarca Denk, director del Bora desde su fundación en 2009, cuando aún se denominaba Team NetApp. Una versión, la del jefe, mucho más directa que la que ofrece el equipo por vías oficiales, donde se limita a esperar la decisión final de las autoridades austriacas, encargadas de dictaminar el próximo 26 de enero si el movimiento cumple o no la legislación vigente. “Red Bull aspira en estos momentos a asociarse con BORA-hansgrohe […] como patrocinador principal a largo plazo”, indica el equipo en su web. “Todo ha sido notificado a la autoridad antimonopolio austriaca, así que pedimos comprensión, pues no se harán más comentarios hasta que finalice la revisión en curso“.
“Por pasta no será“, resume entre risas un medallista olímpico que, ajeno al ciclismo, disfruta desde hace años del patrocinio de la marca austriaca. Y es la realidad. Para Red Bull, compañía que, más allá de patrocinios, vende cada año cerca de diez mil millones de latas, la compra del 51% de un equipo ciclista como el Bora —cuyo presupuesto ronda los 25 millones de euros— no supone esfuerzo económico alguno. Por ponerlo en perspectiva, la escudería de Fórmula 1 de Red Bull gastó en la temporada 2021 cerca de 265 millones de euros.
Aun así, la mayoría del pelotón ha recibido la nueva con los brazos abiertos. “Se han equivocado de equipo, tenían que haber hablado conmigo“, bromea en Calpe uno de los directores más carismáticos del pelotón, Patrick Lefevere, patrón del Soudal Quick-Step de Remco Evenepoel. “Si ves lo que han logrado en la Fórmula 1 y en otros deportes… Creo que tenemos que llegar a las empresas que tienen ese dinero“.
“Que vengan patrocinadores tan grandes es, sin duda, una buena noticia para el futuro de nuestro deporte“, confiesa a Relevo, en la misma línea, una de las piezas más intocables del apabullante Visma – Lease a Bike (anteriormente conocido como Jumbo-Visma), convencida de que una marca como Red Bull no hace algo sin una idea previa.
Otros, sin embargo, no acaban de ver el gran cambio. No al menos de momento. Mientras muchas voces apuntan a una inminente renovación de la plantilla tras el desembarco de la compañía austriaca —sumado, además, al posible interés de la estructura germana por incorporar a Wout van Aert y Remco Evenepoel antes de 2025, según han indicado esta semana DPA y Kicker—, el director deportivo de uno de los equipos UCI más potentes discrepa, pues apunta que se deberían respetar todos los contratos ya existentes.
“Además, el año pasado [Bora y Red Bull] ya anunciaron que ponían en marcha, y de forma conjunta, un equipo juvenil“, señala el técnico, haciendo alusión al Red Bull Junior Brothers, el programa de captación de jóvenes talentos cuyo objetivo, se dijo entonces, era nutrir al filial del Bora, denominado Auto Eder. ¿Cómo? Los dos corredores que ganaran, como en cualquier reality televisivo, firmarían con la escuadra juvenil del Bora y, además, pasarían a estar patrocinados por la compañía del toro rojo.
“Un año después, no parece que Red Bull entrara entonces con grandes expectativas o ambiciones al proyecto. No deja de ser un apoyo, es cierto, pero su nombre no aparece por ningún lado ni hay un equipo ciclista que esté hecho con la imagen de la marca. Ni siquiera sale en el nuevo maillot del Bora“, sentencia el director deportivo a Relevo. “Es verdad que ahora, la compra del 51% de la que se habla ya es una declaración de intenciones. ¿Cuáles y en qué medida? Solo el tiempo lo dirá”.
