Muchos aficionados que tocan de lejos el rugby y el fútbol americano piensan que son deportes similares, pero la realidad es que poco o nada tienen que ver. Más allá de algunas semejanzas, la gran mayoría mínimas, las diferencias entre ambas disciplinas son abismales. Como también lo son los lugares en los que se practican. El primero se juega alrededor de los cinco continentes, mientras que el segundo es prácticamente exclusivo de los Estados Unidos.
Como las reglas y las necesidades físicas son distintas, es difícil ver a jugadores que puedan practicar ambos deportes. Hay quienes lo han intentado, sobre todo pasando desde el rugby hasta el fútbol americano, aunque sin mucha fortuna. También hay adolescentes que empezaron practicando rugby antes de irse a estudiar a una universidad norteamericana y ahí empezar a entrenar durante varios años al fútbol americano.
El último que quiere probar suerte y pasar de una disciplina a otra es Louis Rees-Zammit, una de las estrellas de la selección de Gales y que hasta ahora jugaba en el Gloucester en la Premiership inglesa. En su historial con el combinado nacional, Zammit acumula presencias en el Seis Naciones y en el pasado Mundial. Pero ahora, y para sorpresa de muchos aficionados, ha decidido dejarlo todo y apuntarse al International Player Pathway Program de la NFL, que básicamente facilita la llegada de jugadores no estadounidenses o canadienses a la liga, o al menos a las pruebas que realizan los equipos antes de empezar la temporada.
“Me gustaría aprovechar esta oportunidad para anunciar una importante decisión profesional que he tomado después de una cuidadosa consideración. En un movimiento que me entusiasma muchísimo, puedo confirmar que me uniré al programa International Player Pathway de la NFL en búsqueda de ganarme un lugar en un equipo de la NFL en Estados Unidos para 2024″, apuntó el jugador en sus redes sociales.
Tal y como ha confirmado el propio Rees-Zammit, su salida de rugby no es definitiva y el galés ha reconocido que las puertas a un posible regreso en el futuro están abiertas. El hecho de llegar al programa internacional de la NFL no le garantiza un puesto en ninguna de las franquicias estadounidenses, algo que tendrá que ganarse sobre el campo. Además, históricamente los precedentes están en su contra.
Es habitual que los pocos jugadores de rugby que llegan a la NFL pasen sin pena ni gloria. Uno de los últimos precedentes es el del inglés Christian Wade, que en 2019 estuvo en el róster de los Buffalo Bills e incluso logró un touchdown en su primer partido de pretemporada tras correr más de 60 yardas con el balón. Sin embargo, su fulgurante actuación no le valió para ganarse un sitio y unos años después regresó a Europa sin apenas oportunidades en la NFL.
También hay un caso contrario, que pasó del fútbol americano al rugby. Se trata del estadounidense Nate Ebner, que durante un verano dejó de ser un miembro de los equipos especiales de los New England Patriots para jugar en su selección nacional de Rugby-7. Tras su participación en los JJOO de 2016, Ebner regresó a la NFL. Ahora, Louis Rees-Zammit tratará de hacerse un hueco al otro lado del Atlántico.
