La NBA tiene noches así. Durante tres cuartos y medio los Suns parecían sentenciados ante Sacramento. Los de Arizona no encontraban el ritmo y la ventaja de su rival estaba en 22 puntos a falta de ocho minutos para el final… La derrota parecía asegurada, pero ocurrió lo inexplicable. Y no lo decimos nosotros, sino el propio Kevin Durant, autor de los dos tiros libres que certificaron el triunfo de Phoenix por 119-117.
«No tengo ni idea de cómo lo hicimos. Normalmente sé cómo va fluyendo el juego, pero sentí que esto estaba borroso. Todo sucedió muy rápido. Supongo que encontramos el sitio y nos mantuvimos enfocados. Ellos son un equipo al que le gusta jugar una ofensiva con movimientos fluidos, así que cuando puedes interrumpir eso, se convierten en un equipo diferente. Presionamos un poco más a Domantas Sabonis. Cambiamos en muchos bloqueos y les obligamos a jugar en uno contra uno», comenta un KD que se fue hasta los 27 puntos.
La realidad es que nadie podía esperar que los Suns cerrasen la noche de un modo tan espectacular, pero así fue. Si decíamos que a falta de ocho minutos perdían por 22 puntos, con sólo cinco por jugar aún estaban 18 abajo… Fue entonces cuando empezaron a llover triples. Durant, Eric Gordon, Grayson Allen… Todos entraron en un estado de súper poderes que llevaron a un parcial de 23-4 para cerrar la noche. He aquí la secuencia.
(Fotografía de Christian Petersen/Getty Images)
