Maneras de afrontar los cambios como la maternidad en las relaciones de pareja

La maternidad es uno de los momentos más trascendentales en la vida de una pareja. Tienen que enfrentarse a cambios importantes como es la llegada de un nuevo miembro. Las relaciones de pareja son dinámicas y están constantemente sometidas a cambios. A veces vienen para fortalecer la conexión emocional entre la pareja, pero también pueden suponer un gran desafío en el que el día a día de la relación sea como estar subido a una montaña rusa.  

La llegada de un hijo es uno de los momentos más transformadores en la vida de una pareja. Lo primero es que cada uno se conozca bien porque con la maternidad y la paternidad ambos tienen que volver a conocerse. Se necesita tener una buena comunicación para comprenderse mutuamente y con la que, muchas veces, se pondrá a prueba la relación. Son muchas emociones encontradas, incluida el miedo y el vivir con la incertidumbre ya que ser padre y/o madre implica que muchas cosas escapan de control y que hay que improvisar “sobre la marcha”.

La división de responsabilidades, el apoyo emocional y la creación de un espacio donde ambos puedan expresar sus preocupaciones contribuyen a fortalecer la relación en este nuevo capítulo. La paciencia, que es muy fácil perderla, sobre todo, en los primeros meses de vida del bebé, también juega un papel muy importante; unido a la falta de sueño y a las demandas constantes que requiere el cuidado infantil pueden generar tensiones, pero recordar que están juntos en esto y que es una etapa temporal puede ayudar a superar estos obstáculos.

Mudanzas

Otro reto importante que las parejas enfrentan son las mudanzas. A veces, por falta de espacio, de comodidad o de conciliación, la llegada de un bebé también implica cambiar de residencia. Esto tiene un problema añadido porque ya no solo te tienes que adaptar a las nuevas circunstancias sino a un nuevo hogar, entorno y probablemente a una nueva cultura. Muchos cambios “de golpe” que se juntan y que la mente tiene que asimilar, siempre y cuando esté lo suficientemente despejada como para hacerlo con cordura. 

Por eso, es importante la colaboración de las dos partes porque la situación es nueva para los dos. Mantener una mentalidad abierta y estar dispuestos a explorar y disfrutar de las nuevas oportunidades que la mudanza puede ofrecerte contribuye a fortalecer la relación. En este sentido, una vez más, el eje central es la buena comunicación entre la pareja para compartir el malestar, preocupaciones, alegrías, conectar emocionalmente y entenderse y apoyarse porque a veces uno de los dos estará mejor que el otro y viceversa. Son elementos que comparten las parejas sanas y duraderas y que, además, practican la responsabilidad afectiva. 

Aprendiendo a gestionar el estrés

La maternidad es una etapa muy estresante ya no sólo por los cambios, las demandas y todas las nuevas rutinas que se introducen a la vez y a las que hay que adaptarse, sino que hay que lidiar también con los comentarios, en ocasiones “desafortunados”, que hacen las personas que están a tu alrededor, principalmente la familia.

Las hormonas están descontroladas y puede suponer un altibajo emocional que puede terminar en estallido contra tu pareja cuando estéis a solas. 

En cualquier situación de cambio, el estrés puede convertirse en un compañero constante. La gestión efectiva del estrés se convierte en un pilar para mantener la salud emocional y la estabilidad en la relación.

Una alternativa con buenos resultados es que la pareja busque momentos para estar juntos, alguna actividad de ocio o cualquier rato en el que poder hablar y establecer contacto físico, tan necesario para ambos y tan escaso cuando un bebé llega a nuestras vidas.