Lo último: trasladan cuerpo de Piedad Córdoba al Salón de la Constitución para homenaje – El País Cali

Hacia las 12 del medio día de este lunes 22 de enero llegó al Salón de la Constitución del Congreso de la República el cuerpo de la exsenadora Piedad Córdoba. En el sitio permanecerá en cámara ardiente hasta las 5:00 p.m. para luego, en horas de la noche, ser llevada de nuevo a su lugar de nacimiento, la ciudad de Medellín.

El Senado de la República ya había informado que por, instrucción del presidente del Congreso, Iván Name, habría una serie de actos en honor a la legisladora perteneciente al Pacto Histórico.

Solo hasta mañana martes, 23 de enero, se cumplirán con las exequias en la funeraria San Vicente, de Medellín, desde las 2 p. m., y de ahí trasladarán sus restos para darle cristiana sepultura.

“La familia Castro Córdoba agradece todos los mensajes de apoyo y solidaridad de amigos, conocidos, simpatizantes y admiradores de nuestra madre, hermana e hija, Piedad Esneda Córdoba Ruiz”, indicó la familia de la excongresista.

“Estuve comiendo con ella en noviembre, hablamos unas cinco horas y fue ¡tremendo, tremendo, tremendo! porque la vi físicamente acabada, estaba pesando 40 y pico de kilos, y moralmente destrozada por el problema de su hermano”, dice una persona que la conocía de muchos años atrás.

Esa noche, en un restaurante peruano en el alto de Palmas, Piedad se tomó dos botellas de Old Parr.

“Cuando la fui a levantar de la mesa, ella ni me oía”. Un escolta conmovido decía: “¡ayúdela, hable con ella, ella está muy sola y a usted la quiere mucho, dígale que no tome más!”.

El Colombiano habló con al menos dos personas allegadas a ella y con una tercera que la veía eventualmente y todas coinciden en decir que la extradición de su hermano Álvaro Córdoba a Estados Unidos, por tráfico de cocaína, le produjo a Piedad no solo un profundo dolor sino que, sobre todo, le creó un rompimiento familiar que para ella fue imposible de superar. De paso, le provocó una gran decepción darse cuenta de que ninguno de quienes están en el poder, y otrora fueron sus amigos, le ayudaron con el caso de su hermano.

Lo de su hermano, la captura y la extradición, no solo fue un golpe en el corazón para Piedad Córdoba, sino que produjo un desastre personal aún mayor: su hermana del alma, Gloria, dejó de hablarle y la senadora no pudo volver a ver a su madre, Lía Esneda Ruiz, una mujer de más de 90 años, que había sido su principal referencia en el mundo y que hoy está sufriendo los rigores de la edad en su mente.