NFL

Paco López: «En el fútbol hay cosas sin explicación, darle vueltas es rodear continuamente una rotonda» – Relevo



Toda historia tiene siempre muchas otras que le dan un sentido. Cuando Paco López (Silla, 1967) fue cesado del Levante en 2021, después de hacerse cargo del equipo a finales del curso 17/18 para salvarlo de forma holgada, ganando ocho de los últimos 11 partidos, algo se rompió. Unos meses después, el valenciano asumió el reto de devolver al Granada a Primera División, cerrando de esta forma lo que quedó incompleto en 2022.

El fútbol que practican sus equipos es vitalista y desacomplejado. Logró cambiar la coraza del Levante por una capa que relucía al vuelo, aunque muchos mirasen con cierta condescendencia un fútbol que, para algunos, no llevaba al éxito. Estuvo cuatro cursos en Levante, con unas semifinales de Copa por medio, hasta que en Granada encontró esa pulsión por un fútbol fluido, alejado de cualquier etiqueta.

No titubea cuando habla, pero tampoco es categórico. Deja siempre abierta la puerta a un camino alternativo, igual que cuando entrena. “El jugador es el protagonista y es él quien tiene que tomar decisiones”. En un mundo en el que el entrenador se reivindica constantemente, Paco López se aleja del foco, dejando que lo ocupe el futbolista, que es siempre quien lo hará por él. Entiende su profesión como una ayuda y una oportunidad para mejorar al jugador. En esta charla con Relevo, el de Silla habla sobre su metodología, el proceso creativo del entrenador y su Granada.

José Bordalás nos dejó la siguiente pregunta. ¿Qué es jugar bien al fútbol?

Podría estar tres horas para responder, pero resumiendo diré que es ser eficaz. Cada uno tiene su idea y forma de hacer las cosas en la que entiendes cómo ser eficaz para ganar el partido. Pero lo que es una evidencia es que como todos los juegos, cuanto mejor juegues, mayor probabilidad tienes de ganar. Y no podemos olvidar que el fútbol es un juego.

¿Cómo ha sido el proceso como entrenador desde su llegada hasta final de temporada?

Cuando llegas a mitad de temporada es porque los resultados no van bien. Lo primero es analizar y tener un diagnóstico de lo que crees que puede estar pasándole al equipo y, aunque ya tienes conocimiento de la Segunda División, empiezas a conocer cómo se juega y a los rivales y vas preparando un plan para ser eficaz. Es una competición muy igualada donde los equipos están muy trabajados a nivel táctico y es verdad que fundamentalmente hemos sido un equipo efectivo en ambas áreas, siendo el segundo menos goleado y el segundo más goleador.

Se suele comentar que en la categoría de plata es más difícil desarrollar una propuesta propositiva con balón y que hay más miedo a perder. ¿Le ha costado implementar su estilo?

Encuentras diferencias, pero lo más importante es tratar de convencer al futbolista de que crean en una idea y una forma de hacer las cosas independientemente de las variantes tácticas. Hablo mucho de actitudes, y desde un inicio tratamos de imprimir una actitud y mentalidad ganadoras a los futbolistas, independientemente del plan de cada partido. Era algo que habíamos insistido mucho también en el Levante cuando llegamos.

¿Cómo le ha ayudado el hecho de tener a jugadores veteranos y el poder mantener a la columna vertebral del pasado curso?

Mucho. Pero es más relevante lo que transiten a nivel humano más allá de su trayectoria. Hemos tenido mucha suerte con Molina, Callejón, Rochina o Víctor Díaz, porque estos jugadores han sumado mucho al grupo y a los chavales más jóvenes que empezaban.

Bryan Zaragoza ha sido una de las revelaciones de la Liga Smartbank. ¿Cómo ha sido el proceso con él para que crezca?

Lo primero que hemos hecho es irnos a la persona. Nuestra metodología es insistir mucho en el trabajo individual, y con jugadores como Bryan tratamos de tener una atención especial porque tiene mucho talento, pero que también tiene un margen de mejora importante. Cada semana tiene su trabajo individual con Toni, mi hermano. El ser tan joven y recibir tantos elogios no es sencillo, por eso hay que ayudarle e irnos más a lo personal. Lo importante es que vaya creciendo dando los pasos adecuados, no saltándose algunos que en un futuro le pueden beneficiar.

Al jugador joven hay que empujarlo para que crezca, aunque a veces deba dosificarlo. ¿Cree que la clave en un jugador como Bryan es que lo ha entendido?

Al final, tengan la edad que tengan, todos quieren jugar. Todo el mundo es ambicioso y quiere salir de inicio y jugar los 90 minutos si es posible, y ahí es donde entra la capacidad del cuerpo técnico para convencer que el camino hacia la mejora no está en jugar todo el partido o ser titular. Bryan lo ha entendido perfectamente y sabe que el foco lo tiene que poner en la mejora diaria más allá de querer jugar. Ha tenido sus altibajos porque el jugador escucha y los entornos no son fáciles, pero es un chico fantástico y ha aceptado la ayuda del staff.

Cada vez hay más igualdad a nivel táctico entre los entrenadores. ¿Dónde cree que está el margen para ser mejor como entrenador?

A nivel emocional y de gestión de grupo, cada vez lo tengo más claro. Es lo más importante que hay que tener como entrenador y cada vez se hace más relevante ese liderazgo en un vestuario. Todo está mucho más igualado, tenemos mucha información de los rivales a nivel táctico, todo el mundo está bien preparado a nivel condicional, de ahí que esa gestión de las emociones y el vestuario sea lo que vaya marcando poco a poco las diferencias.

¿Tiene ego como entrenador? No sé si habrá tenido muchos ataques de entrenador.

Lo mejor sería que esto lo dijeran otros (risas). He tratado de ser siempre natural, y aunque todos tengamos unas ideas en la cabeza, de cómo nos gustaría jugar, para mí es básico el observar y conocer al futbolista y adaptarte a él. Ser coherente con lo que estamos todos los entrenadores de acuerdo; que el jugador es protagonista, y poner todo el foco en ellos, cederles el protagonismo. El entrenador tiene que ayudarles a que sean mejores, que puedan ser eficaces y que jueguen bien. En definitiva, ejercer con naturalidad esta profesión.

¿Cuándo sufre más analizando a su equipo?

Lo más importante es que los análisis que se hagan no nazcan ni de la derrota ni desde la victoria, sino desde el juego y lo que ha sucedido. Es la forma más natural y desde donde vas a tener más equilibrio a la hora de enfrentar una derrota.

¿Cómo se convence al jugador cuando no llegan las victorias?

En el trabajo diario. Hay que ser coherente con el mensaje, no puedes ir cambiando dependiendo de cómo te vaya cada partido, porque el jugador no te cree. Entonces, creo que lo que hay que hacer es focalizar el esfuerzo en el trabajo diario.

Dijo en una entrevista que el primer análisis lo hace siempre el futbolista. ¿Se escucha poco al jugador?

Desde un inicio nuestra idea es ser consecuentes con lo que pensamos, y si decimos que el jugador es el protagonista porque es el que va a tomar decisiones, el sentido común nos dice que son ellos los que tienen que analizar a los rivales, ver su propio juego, sus aciertos y errores. Planteamos diferentes estrategias durante la semana para que el jugador tome conciencia de que es también él el que tiene que participar de forma activa en el análisis, porque es él el que va a jugar.

¿El futbolista de ahora se compromete más con esta forma de trabajar?

Es una novedad para ellos. Cuando llegamos al Levante cada reacción del futbolista es distinta cuando de repente les pides que analice al rival, a su equipo o incluso el propio entrenamiento. Algunos oponen un poco de resistencia, otros observan sin participar, y algunos sí que se comprometen desde un inicio. Todo es un proceso que al final terminan entendiendo y acabamos con todos los jugadores implicados. En el Granada ya sabían de nuestra forma de trabajar por el boca a boca de los jugadores, así que ha sido más sencillo.

¿Cómo es su relación con el futbolista, sobre todo con aquél que quiere jugar y no lo hace tanto?

Es la parte más difícil y compleja, porque el jugador siempre quiere jugar. Nuestra idea es que todo el mundo tenga su espacio, tratamos de entender que tienen que tener sus momentos. Al final, el jugador lo que más valora es que no lo engañes y le seas sincero. Este curso teníamos una plantilla de 27 futbolistas, y solo pueden jugar un máximo de 16 por encuentro, así que imagina la cantidad de tíos que no juegan. Cuantos más jugadores entiendan que por encima de lo individual está el grupo, mejor nos irá a todos.

Se tiende a etiquetar mucho al jugador en una posición, reduciéndole a una etiqueta. ¿Se tiene en cuenta al jugador acerca de lo que tiene que hacer en el campo?

Yo hablo mucho de conversar con el jugador y escucharle. Te pongo un ejemplo: hay un jugador que destaca mucho por ser un futbolista de banda y conducción hacia dentro, sabemos que su cualidad es recibir muy abierto y buscar el uno contra uno. Más allá de eso hay que hacerle entender que el juego no siempre le permitirá ser eficaz quedándose abierto. Que entienda que hay otros espacios y que aprenda a jugar en otras zonas, a saber el por qué. Eso le da más valor a un futbolista, y para eso está la observación del entrenador.

Tendemos a hablar más de sistemas que de relaciones, ¿No capa esto la creatividad del jugador?

Más allá del 4-4-2 o del 4-3-3, de cómo atacamos o defendemos y a qué altura nos situamos, la clave está en cómo se relacionan e interactúan los jugadores. Es fundamental. Ahí aparece la libertad y la creatividad dentro de un orden colectivo, que existe, pero los jugadores de talento tienen que tener libertad porque estos futbolistas son capaces de entender los distintos momentos del partido. Y para eso están los análisis, para ver dónde nos hemos equivocado. Los contextos en el fútbol cambian siempre, y lo que era bueno para un encuentro quizás no lo es para el siguiente.

¿Es precisamente esa duda constante lo peor que te genera a nivel táctico el ser entrenador?

Sí, cada entrenador tiene su forma de ser. Algunos no cambian nunca nada y les va fenomenal, pero creo que la variedad es buena y cuantos más jugadores inteligentes tengas que sepan interpretar los distintos contextos que van apareciendo muchísimo mejor.

¿Cómo se fomenta esa creatividad y la relación entre los jugadores?

Primero jugando. Hay que jugar, aunque luego está la creatividad para generar tareas en la que el futbolista entienda qué está pasando. Nosotros grabamos todos los entrenamientos y a la hora de acabar la sesión, el jugador ya los tiene en su móvil y se puede analizar. Al final esto es su profesión, tienen que currar más allá de la hora y media o dos horas que dura el entrenamiento porque son profesionales, y hay que inculcarles esa mentalidad. El trabajo también está de cuello para arriba y es cuestión de mentalizarlos, porque no están habituados, pero cada vez el jugador es más profesional y quiere ser mejor. Son muy receptivos.

¿Le escriben después de los entrenamientos?

Más que a mí, que algunos sí lo hacen, cada miembro del cuerpo técnico tiene asignados algunos futbolistas y nuestros ayudantes lo analizan conjuntamente.

¿Cuesta que el jugador entienda que tiene que ir al espacio para ayudar a su equipo?

Te diría que hoy en día cuesta más que antes, no sé si por el juego de la Selección o del Barça en su momento, que a todos nos gusta ese fútbol de pase en corto, terminó por hacer que el jugador hiciese menos desmarques. Hay que alternar que haya jugadores que vayan al espacio, que a veces implica que rompas para que te vean lejos, y aunque no te vean, provocas que haya un espacio intermedio. Hay que concienciar más al futbolista de que se necesita correr en beneficio del equipo para alargar al rival y encontrar espacios en zonas centrales.

¿Cómo se combaten los prejuicios acerca de un estilo de juego concreto?

Es difícil cambiarlo. Los análisis que cada uno hace sobre un equipo o entrenador son puntos de vista muy particulares. Lo de las etiquetas alguno quizás lo tengamos más merecido que otros por cómo juegan tus equipos, pero volvemos a lo mismo; lo más importante es el jugador y que lo observes. Los entrenadores somos mejores, y es indiscutible, si tenemos mejores jugadores.

Morales pasó de ser un jugador de banda a un delantero centro con su llegada. Y tenía 30 años. El aprendizaje no tiene edad.

Es uno de los jugadores más inteligentes a nivel de juego que he entrenado. Lo entiende todo a la perfección y fue muy sencillo. Ya lo conocía de tiempo atrás y siempre le catalogaban de jugador de banda y cuando llegué le pregunté si había jugado alguna vez de delantero y me dijo que desde alevín o infantil (risas). Fue sencillo. Le dije que le veía cualidades para jugar arriba porque veía que era capaz de entender el juego, tenía velocidad y desborde y entendíamos que ahí podía hacer más daño.

Os habéis hecho muy fuertes en Los Cármenes, pero os ha costado más fuera. ¿Qué ha pasado para ver esa disparidad en el rendimiento?

No es fácil sacar conclusiones del por qué de esta situación. En general, todos obtienen mejores resultados en casa, pero sí que es cierto que nuestro caso ha sido brutal. Hemos sido el único equipo de las grandes ligas que no ha perdido ningún partido en casa, pero es difícil analizarlo, porque igual llega la próxima temporada y cambia todo. Influyen mucho las emociones y la energía, y lo hemos notado.

¿Lo habéis trabajado a nivel emocional?

Tratas de encontrarle una explicación, y para nosotros la gente es fundamental. Nuestros mejores resultados fuera de casa han llegado a finales de temporada, que ha coincidido justamente con una mayor afluencia por parte de nuestra gente en nuestros desplazamientos. Si lo preguntas al jugador y tampoco te lo sabe decir, y esto es lo bonito del fútbol, que hay cosas que son inexplicables y que no hay una verdad absoluta.

Como entrenador, ¿te obsesiona no saber el porqué de las cosas?

No, hay cosas que no tienen explicación lógica, ni en el fútbol ni en la vida, y darle vueltas es como rodear continuamente una rotonda. En el fútbol y en la vida pasan cosas porque tienen que pasar, y lo mejor es aceptarlo y tratar de seguir avanzando.

¿Cómo afrontáis el retorno al máximo nivel?

Es muy ilusionante tanto para los jugadores como para el cuerpo técnico, y sobre todo para el aficionado. Hay mucho jugador que sufrió el descenso, y es emocionante que puedan volver ahí tras un año. Trataremos de hacer un equipo lo más competitivo posible dentro de nuestras posibilidades, porque seremos uno de los equipos más modestos, pero a ilusión no nos gana nadie.

Uzuni pasó de no tener confianza en su año en Primera, a terminar como máximo goleador en la Liga Smartbank. ¿Cómo le ha ayudado?

Es un caso parecido al de Morales, salvando las distancias. Cuando llegamos nos encontramos con un jugador que partía de banda izquierda jugando a pierna cambiada, y en nuestro segundo partido ya le situamos de delantero centro. Le vimos potencial ahí, porque es muy rápido y finaliza bien, además de ser muy generoso en el esfuerzo. Tiene que mejorar, y él lo sabe y lo trabajamos, pero lo más importante de Uzuni es que su ambición es impresionante y es muy receptivo a la mejora.

¿Cómo es trabajar con un jugador del nivel y experiencia de José Callejón?

Ya no solo por su trayectoria, sino sobre todo por su valor humano. Con 36 años demuestra que es un gran profesional, no se quiere perder absolutamente nada, es un referente para el vestuario y es un valor fundamental para el equipo tener jugadores que no solo aporten en el campo, sino sobre todo en el vestuario.

Tuvo a Rodri en el Villarreal B y ahora es campeón de Europa. ¿Se imaginaba este rendimiento?

Le tengo mucho cariño. No hacía falta ser muy listo como entrenador para coincidir en que podía ser un gran jugador. A parte de su talento como futbolista, lo tiene como persona. Es muy humilde y trabajador. Coincidimos en Mánchester el pasado año porque estaba en el paro y fuimos con mi mujer a ver entrenamientos del City y se prestó absolutamente a todo. No ha cambiado en nada a nivel personal y me alegro de todo lo bueno que le pase.

¿Con qué partido se queda como entrenador?

Hay muchos, pero destaco un par. El primero que me viene a la cabeza es el 5-4 al Barcelona. Era mi primer año en LaLiga y firmamos un final de temporada brutal: ganamos ocho de los últimos 11 partidos y llegábamos a la penúltima jornada ya salvados y el Barça llegaba invicto e iban a por el récord. Y llegamos a ir ganando 5-1. Por cómo se dio y lo que representó para todos, este partido se quedó en la retina de todo el mundo. Tampoco olvidaré lo que vivimos ante el Leganés este año en Granada en la última jornada con toda nuestra gente.

¿Qué pregunta deja para el siguiente invitado?

¿Cuánta importancia le da al trabajo individual con los futbolistas?

Albert Blaya

Albert
Blaya
es
el
analista
de
fútbol
nacional
e
internacional
en
Relevo.
Nacido
en
Manresa,
estudió
Periodismo
en
la
Universitat
Autònoma
de
Barcelona
y
es
un
apasionado
del
estudio
táctico



Source link

Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button