Melbourne.- En esa vorágine de breaks, contrabreaks y remontadas imposibles en la que vive instalada el tenis femenino desde hace unos años, de vez en cuando llega una tenista para traer la calma. Aryna Sabalenka es una de ellas: la portentosa tenista bielorrusa se ha coronado este sábado como campeona del Open de Australia sin una mácula en su expediente.
La número dos del ranking mundial ha vencido 6-3 y 6-2 a la china Qinwen Zheng en la final, confirmando todos los pronósticos, y ha concluido el primer Grand Slam de la temporada sin ceder un solo set. Tal ha sido su superioridad, que por el camino ha endosado tres 6-0 y sólo una jugadora, Coco Gauff, ha sido capaz de llevarla a una tie break.
Sólo cuatro mujeres antes habían conseguido alzar el título del Open de Australia sin perder un set. Los nombres dan una idea de la gesta de Sabalenka: Lindsay Davenport, Maria Sharapova, Serena Williams y Ashleigh Barty.
“Es un sentimiento increíble ahora mismo. Estoy sin palabras. Los discursos no son lo mío”, ha señalado entre risas la tenista bielorrusa nada más recoger el trofeo en la pista. “Muchas gracias a mi equipo por estar a mi lado. No estaría aquí sin vosotros, no habría podido ganar todo lo que he ganado sin vosotros. Y gracias también a mi familia, sois mi gran motivación”.
Con su segundo título de Grand Slam -ya ganó en Melbourne el año pasado-, Sabalenka se confirma a los 25 años como la gran amenaza para el reinado de Iga Swiatek. La polaca, número uno y campeona de cuatro grandes, se despidió de Australia sorpresivamente en la tercera ronda y allanó el terreno a Sabalenka. Y es que cuando la bielorrusa está inspirada, hay muy pocas jugadoras -Swiatek entre ellas- que le puedan hacer daño.
Qinwen Zheng, entrenada por el español Pere Riba, apenas consiguió poner en aprietos a Sabalenka. Por un lado, por el poderío de la bielorrusa y por otro, porque se la vio más nerviosa que de costumbre. Tampoco se le puede culpar: a sus 21 años, estaba disputando su primera final de un Grand Slam.
