Otro año que va y viene, con todos sus trepidantes cambios en la industria del streaming de video. Jugadores pequeños se fueron ante la imposibilidad de competir en una guerra que, al parecer, ha terminado. Para el consumidor común, puede ser un poco confuso saber qué esperar del streaming en 2024.
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Entre nuestras predicciones de 2023, muchas se confirmaron. Otras, en el peor de los casos, solo se aplazaron o ya suceden en algunos territorios del mundo; es cuestión de que se implementen en otras regiones.
Sin embargo, para entender qué esperar del streaming en 2024, es necesario partir de la premisa de que, para la mayor parte de sus jugadores, el modelo de negocios implementado por Netflix es, en esencia, el equivalente a tirar el dinero a la basura. Al menos para quienes han querido replicar el mismo modelo, con la esperanza de que eso fuera suficiente para reclamar la corona (no lo fue).
Esto es lo que podemos esperar del streaming en 2024
La guerra terminó
Desde que compañías como Amazon, Warner Bros. Discovery (WBD), Apple, Disney y similares comenzaron a subir al cuadrilátero con sus propios servicios de streaming, no dejó de hablarse sobre las “guerras del streaming”. Toda la atención estaba puesta en quién arrebataría a Netflix la corona de este “nuevo”, emocionante y lucrativo mercado en crecimiento. Un mar azul que prometía riquezas para todos.
Al pasar de los años, llegó el duro golpe de realidad: no, el mercado no ha sido tan lucrativo ni tan sencillo de navegar. Al menos no para todos los que han intentado, por sus medios, replicar la estrategia de Netflix de ofrecer algo para todo el público y mantener nuestra atención colectiva, cada vez más elusiva.
Netflix “ganó”, si por “ganar” entendemos que la compañía cofundada por Reed Hastings aún mantiene niveles absurdos de deudas (su nuevo plan con publicidad no ha sido tan efectivo para deshacerse de ellas). Pero, por lo menos, todavía se mantiene como el competidor en la cima de la montaña (o el que tiene menores probabilidades de desaparecer).
La más reciente demostración de poder por parte del “gigante del streaming” fue la publicación de su primer reporte bianual de audiencia. Este dejó ver, entre otras cosas, la popularidad de los contenidos de licencia de otros productores en su catálogo (más al respecto en breve). Analistas también han interpretado la táctica como un paso más hacia la transparencia, en una industria bajo escrutinio cada vez más intenso por la falta de la misma.
Entender lo anterior es esencial para saber qué esperar del streaming en 2024. Los demás competidores ya no están jugando tanto a alcanzar a Netflix, sino a salvar sus propios barcos.
Menos contenido (y menos exclusivas)
Si eres usuario recurrente de Netflix te habrás percatado de que, desde hace unos meses, hay curiosos contenidos en el catálogo. Películas de 20th Century Studios (antes Fox) que, a pesar de pertenecer a Disney, ahora nutren la oferta de la “N” roja. O bien, series marcadas con el prestigioso sello de HBO.
Ya se había dicho antes, pero cabe recalcarlo para entender qué esperar del streaming en 2024. Los recortes de contenido en streaming por parte de WBD y Disney durante el último año auguraban el costo de la excesiva sobreoferta de películas y series. Dicho de otro modo: si es mejor retirar un título del catálogo (para ahorrar en el pago de los derechos), es porque dicho título no es visto por suficiente gente para justificar la inversión.
Esto no sólo significará que los grandes estudios reducirán la inversión en producción de contenidos, en su inútil apuesta por competir con el volumen de Netflix. También significa que comenzarán a vender más licencias de sus títulos al mejor postor. ¿Qué suena mejor: mantener una vieja serie de HBO como exclusiva del servicio de WBD, o vender los derechos a una plataforma que duplica o triplica su base de suscriptores?
Claro, no podremos ver sucesos como The Last of Us o La casa del dragón en Netflix en el futuro próximo. Sin embargo, si querías saber qué esperar del streaming en 2024, no te sorprendas por ver cada vez más títulos antiguos de otros servicios en la plataforma de Reed Hastings.
¡Cine, mi amigo!
¿Recuerdan cuando se auguraba que Netflix y compañía serían el último clavo en el ataúd de las salas de cine? ¡Qué tiempos!
Claro, las salas de cine no han vuelto a sus niveles de asistencia prepandemia, pero no son las plataformas quienes las están perjudicando (al menos no por sí solas). En un curioso giro de sus respectivas fortunas, estudios, salas y plataformas han colaborado más (y mejor) en tiempos recientes. ¿La razón? Reducir riesgos.
Dos de los más grandes estrenos de 2023 a nivel mundial fueron posibilitados por esta sinergia. Los asesinos de la luna, de Martin Scorsese, llegó a salas de cine gracias a Paramount Pictures, aunque fue una producción de Apple Films para la propia plataforma de la manzana (y Paramount solo accedió a completar el proyecto cuando la compañía tecnológica metió las manos al fuego).
Lo mismo sucedió con Napoleón, la costosa (e irregular) épica de Ridley Scott, producida también por Apple pero distribuida por Sony Pictures. Una tendencia similar puede verse en el rubro independiente: Priscilla, de Sofia Coppola, es una producción del sello indie A24, pero que verá la luz en streaming vía MUBI.
La rígida barrera entre salas de cine y plataformas se ha suavizado desde hace un tiempo. Pero si te preguntabas qué esperar del streaming en 2024, puedes estar seguro de que habrá más sinergias con las distribuidoras y cines tradicionales.
Ventaneo igual a ganancia
La pandemia trajo una sacudida al modelo tradicional de estrenos, que era repartido por diversas etapas o “ventanas”. De pronto, era común que un gigante como Disney retirara sus grandes estrenos de las salas de cine en tan solo 45 días, para arrojarlos con exclusividad en su plataforma.
Si algo dejó claro el descomunal éxito de Avatar: el camino del agua, es que mantener dicho modelo después de la pandemia era una torpeza. La anticipada secuela de James Cameron duró meses en cartelera ―mucho más tiempo que los tradicionales 90 días― y emergió en servicios de compra y renta de películas como su siguiente ventana. Tuvo que pasar más tiempo antes de que apareciera en Disney+, y sin exclusividad.
¿Qué esperar del streaming en 2024 en este sentido? Más “ventaneo”. Barbie, la película más exitosa de 2024, siguió el mismo camino antes de aparecer en HBO Max. Las películas de este tamaño durarán más tiempo en cines y se tomarán su tiempo en servicios de compra y renta, para maximizar ganancias.
Paquetes, paquetes, paquetes
Que otro servicio diferente a Netflix brinde, por su cuenta, una oferta de contenido comparable a la del gigante, es una propuesta difícil. Es costoso y arriesgado, en los mejores casos, y como Disney+ puede confirmar, no es garantía de éxito. Ante estos costos, reducir los precios no es una táctica viable para atraer suscriptores.
¿Qué queda? Alianzas, específicamente para crear paquetes (los famosos bundles). Podríamos decir que las plataformas que ofrecen canales, como Prime Video y Apple, ya adoptaron una táctica similar: un pequeño coste adicional te brinda acceso a toda otra oferta de contenido.
Pero incluso agentes ajenos al streaming, como Mercado Libre, ya han entrado al juego de los bundles con suscripciones como Meli+. Otros competidores más rezagados, como Apple y Paramount, ya han conversado sobre formar una oferta conjunta.
Es como la vieja televisión por cable, en la que se “paqueteaban” los canales. Estamos volviendo a lo mismo, solo que con Wi-Fi.
Reestructuras y rebranding
En otras áreas del mercado, los pesos pesados se dieron cuenta de que no han pisado tan fuerte como esperaban. Esto traerá consigo cambios de estrategia.
Dentro de qué esperar del streaming en 2024, ya hay dos hechos confirmados. En el campo de WBD, viene el cambio de nombre de HBO Max a solo Max en territorios como América Latina en febrero (la transición ya fue completada en Estados Unidos). El motivo, según analistas, es para no desvirtuar el prestigioso sello de HBO con la entrada del contenido de la antigua Discovery+, más asociado a los reality shows.
Por otro lado, está la desaparición inminente de Star+. La plataforma, que en territorios como Estados Unidos no es más que una sección de Disney+, fue lanzada en América Latina y otras regiones como una plataforma independiente, dirigida al público adulto (más similar a lo que es Hulu en el país del norte).
Disney dará marcha atrás en una estrategia que fue cuestionable desde el principio, e integrará Star+ a Disney+, con controles parentales. Aún se desconoce la fecha exacta para ello, y si esto afectará el precio de la otra plataforma.
Publicidad, precios y FAST
Hay que decirlo: Netflix, en sus buenos tiempos, mal acostumbró al mundo a no pagar (o pagar muy poco) por librerías de contenido infinitas. Pero esto ya se sabía desde antes: a nadie le gusta pagar por entretenimiento.
¿Qué esperar del streaming en 2024 respecto a esta cuestión? Por un lado, los jugadores del mercado redoblarán esfuerzos para dar marcha atrás al tiradero de dinero que fue esta estrategia. Quienes no habían optado por un modelo de streaming por suscripción con publicidad (como Amazon, que hasta ahora iba invicta en ese sentido), finalmente lo harán. Quienes ya lo habían hecho en Estados Unidos, lo harán ahora en otros mercados.
Esto ha orillado a los usuarios a buscar alternativas: cuando los modelos de suscripción con publicidad no son atractivos (y los números de Netflix para este plan sugieren que no lo son), la respuesta está en las plataformas de Free Ad-supported Streaming Television (televisión gratuita bancada en publicidad, o FAST).
Lo anterior explica el crecimiento, que se acentuará aún más, de plataformas como Pluto TV o Tubi, que además de modelos on demand ofrecen una opción de televisión lineal, con anuncios. El contenido es relativamente viejo, pero los usuarios no deben pagar nada. A cambio, únicamente hay que tolerar algunos anuncios de vez en cuando. El crecimiento de la oferta FAST es, sin duda, otra cosa que esperar del streaming en 2024.
