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Una ciudad apaleada, una franquicia hazmerreír y un único camino hacia la victoria: la derrota – Relevo



En los últimos tres años, el vídeo se ha reproducido y compartido tantas veces en las redes sociales que todo el mundo se sabe ya de memoria la declaración de Dan Campbell, el entrenador de los Detroit Lions, en su presentación: “Te vamos a patear en los dientes. ¿Vale? Y cuando nos devuelvas el golpe, te sonreiremos. Y cuando nos derribes, nos levantaremos. Y mientras nos estemos levantando, te arrancaremos una rótula de un mordisco. ¿Vale? Y vamos a ponernos de pie. Y después serán necesarios dos disparos más para derribarnos. ¿Vale? Y mientras nos estemos levantando de nuevo, te quitaremos la otra rótula. Y luego nos levantaremos. Y después serán necesarios tres disparos para derribarnos. Y cuando lo hagamos, te quitaremos otro trozo. En poco tiempo, seremos los últimos en mantenernos en pie”, manifestó con firmeza, casi jadeando.

Sin embargo, la parte más interesante de su declaración apenas se ha viralizado: “Este lugar ha sido pateado, golpeado y magullado. Y puedo sentarme aquí y daros charlas de entrenador todo el día. Puedo deciros: ‘Oye, vamos a ganar muchos partidos’. Nada de eso importa y vosotros no queréis escucharlo de todos modos. Ya habéis tenido suficiente de esa mierda. Esto es lo que sí sé: este equipo va a asumir la identidad de esta ciudad. Esta ciudad ha estado en el suelo y ha encontrado una manera de levantarse”, vaticinó.

Lo más seguro es que esas palabras se entiendan todavía mejor si tomamos prestados los pensamientos de alguien de Detroit, por ejemplo, Jeffrey Eugenides, el aclamado escritor de Las vírgenes suicidas y Middlesex. “Creo que los suicidios de mi primer libro surgieron de la idea de crecer en Detroit. Si creces en una ciudad así, sientes que todo está pereciendo, desvaneciéndose y que se va muy rápidamente”, explicó en una ocasión. Y completó: “Los suicidios de esas chicas en ese libro representaron la muerte de mi ciudad natal”.

Detroit, el paradigma del capitalismo industrial durante la primera mitad del siglo XX, se convirtió, con la llegada del siglo XXI, en el emblema de una situación bien diferente, la de las ciudades que gozaron de un gran poder en el pasado y que ahora se desesperan ante la realidad que las acecha.

Incluso, en 2013, la ciudad de Detroit, que llevaba décadas desangrándose, llegó a declararse en bancarrota, con más de 18 mil millones de dólares de deuda.

Y, pese a ello, como casi siempre ocurre con el deporte, son los Lions, su equipo de fútbol americano, el factor que mejor explica el ánimo de sus habitantes.

En 1957, una década antes de que se empezara a disputar la Super Bowl, los Detroit Lions ganaron su cuarto título de la NFL y, desde entonces, por la Casa Blanca han pasado trece presidentes de Estados Unidos diferentes y el conjunto de Detroit, hasta esta temporada, únicamente había ganado un partido de postemporada, hace ya más de tres décadas, en 1991.

Con permiso de los Cleveland Browns, no hay franquicia que haya adquirido mayor condición de hazmerreír para el resto de las aficiones, que haya estado a una mayor distancia de alcanzar el laurel del éxito, que los Lions, especialmente a lo largo del siglo XXI: desde 2000 a 2010, el conjunto de Detroit sumó 48 victorias y encajó 128 derrotas, culminando su ineptitud en el curso 2008, cuando se convirtió en el primer equipo de la historia en terminar una temporada con 0 victorias y 16 derrotas (los Browns, obviamente, igualaron esa memorable gesta en la campaña 2017).

Dan Campbell, de hecho, conoce a la perfección esa sensación de derrota perenne: en ese infausto 2008, cumplía su tercera temporada como jugador de los Lions. Se lesionó en el primer partido contra los Atlanta Falcons y no volvió a saltar a un campo en la NFL nunca más.

Los Pistons, los Tigers o los Red Wings, los otros grandes representantes del deporte en Detroit, sí que han conseguido levantar trofeos desde que los Lions alcanzaron su último título allá por 1957, desde que la ciudad de Detroit dejó de ser la cuna del empleo automovilístico y se convirtió en un lugar apocalíptico que intenta renacer de sus cenizas, pero son los Lions, a base de derrotas, los que cimentan su idiosincrasia. Los rasgos, el temperamento y el carácter de los habitantes de Detroit.

El domingo por la noche, ante los San Francisco 49ers, cuando los Lions y sus aficionados acariciaban poder disputar por fin su primera Super Bowl, una nueva derrota añadió otra cicatriz más a sus rasgos, a su temperamento, a su carácter. Y sobre todo sucedió así porque, entre otras circunstancias como la propia suerte, esta derrota llegó con los Lions empecinados en ser fieles a sus principios: como prácticamente siempre desde que se hizo cargo del equipo, Dan Campbell decidió no patear a palos y buscó la conversión en dos cuartos downs a lo largo del segundo periodo, pero los 49ers consiguieron detenerlos en ambas ocasiones. Esos hipotéticos seis puntos, de haberse conseguido en las patadas a palos, habrían supuesto la victoria final de los Lions.


“Estuve investigando mucho recientemente sobre la exposición al calor y al frío, sobre la exposición deliberada de tu cuerpo al calor. Y muchas investigaciones dicen que, cuando las moléculas sufren, en realidad las hacen más fuertes”

Pero, a veces, ya habéis leído a Campbell en su presentación, no se trata únicamente de ganar. Se trata de algo más, se trata de abrazar la identidad de una ciudad que está en el suelo para poder ayudarla a levantarse.

“Estuve investigando mucho recientemente sobre la exposición al calor y al frío, sobre la exposición deliberada de tu cuerpo al calor”, contó Brad Holmes, el mánager general de los Lions, hace unos meses en The Atlantic. Y añadió: “Y muchas investigaciones dicen que, cuando las moléculas sufren, en realidad las hacen más fuertes”.

Sufrimiento y persistencia. El único camino en el que creen estos Lions, y la ciudad de Detroit, para alcanzar la victoria desde la derrota, para, de verdad, por fin, conseguir ser los últimos en mantenerse en pie. Tal vez, algún día lo consigan. Aunque, por una cuestión de principios, no será este año.

Sergio Alberruche

Licenciado
en
Periodismo
por
la
Universidad
Complutense
de
Madrid
y
con
un
Máster
en
Analítica
Digital,
Sergio
Alberruche
cuenta
con
más
de
veinte
años
de
trayectoria
en
el
Periodismo,
la



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Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

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