Boxeo

El boxeador que dejó su cerveza en la grada para pelear contra el campeón mundial de los pesos pesados – Relevo



No puedes hablar en serio“, tituló en portada la revista Boxing Monthly tras lo sucedido el 30 de agosto de 1993. Ese día, en Missouri (Estados Unidos), ocurrió uno de los sucedes mas extraños que se recuerdan en el boxeo. La industria estaba en un proceso de cambio. La Organización mundial de Boxeo (WBO, en inglés) nació en 1988 como una escisión de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA, en inglés). La irrupción de este organismo fue grande y a partir de mediados de los noventa se comenzó a hablar de “la era de los cuatro cinturones“. Una WBO en pañales fue clave para que un suceso tan rocambolesco sucediese. Hoy en día sería impensable.

Tommy Morrison era el campeón mundial WBO del peso pesado. El organismo buscó púgiles de renombre para sus cinturones, lo que dio prestigio inmediato. Morrison ganó el cinturón, en junio de 1993, a George Foreman, quien ya era una leyenda viva del noble arte. Su triunfo, mas su aparición en Rocky V en 1989 había hecho que la pelea tuviese mucho foco. Todo estaba pactado para que el campeón se enfrentase a Mike Williams, pero el retador (había sido para una defensa voluntaria) se negó a salir del vestuario para pelear. Según reportaron tiempo después diferentes medios, tenía miedo a la prueba antidopaje.

Sin rival no había pelea y eso no podía suceder. Ahí entra el juego el gran protagonista de la anécdota, Tim Tomashek. Este peso pesado de Green Bay (Wisconsin, Estados Unidos) había acudido al pabellón como espectador. Era un púgil pasado de tonelaje y le gustaba la cerveza. Se había tomado ya varias cuando los promotores del evento se enteraron de que estaba por allí. Había peleado un mes antes contra un púgil con un récord de 0-2. Esa era la carrera de Tomashek. Tenía 27 años y un récord de 35-10. Las peleas contra rivales inferiores las ganaba, pero en cuanto subía el nivel, perdía.

Pese a que no era el rival idóneo, Tomashek era perfecto en ese momento. En primer lugar, no había otro. Además, era un púgil resistente y que entrañaba poco peligros para Morrison. Al aficionado le dieron 2.500 dólares y quince minutos para prepararse. Aceptó. El título, por sorprendente que todo pareciese, siguió estando en juego. Es decir, se enteró con 15 minutos de que iba a disputar la pelea más importante de su carrera. Nada tenía sentido, pero Tomashek aceptó el reto y se subió al cuadrilátero.

Como era previsible, Morrison era muy superior. El campeón castigó de manera constante el rostro de Tomashek, algo que llamó la atención, ya que podría haber sido más fácil un KO en la zona hepática. “Si me hubiese golpeado en el estómago habría vomitado. Me había tomado varias cervezas“, reconoció el inesperado retador 20 años después en OnMilwaukee. Como era de esperar, la pelea duró poco. Tomashek resistió cuatro asaltos, que fueron los que el médico le permitió antes de parar la pelea por los daños que estaba recibiendo en el rostro.

Tomashek tuvo sus doce minutos de gloria, aunque fueron un poco más. El púgil nunca llegó a nada. Siguió boxeando contra boxeadores de segunda línea. Infló su récord, pero su único rival real desde ese momento le ganó. En 1996 se retiró con un registro de 53 victorias (18 por KO) y 12 derrotas). Uno más, pero tras el suceso la prensa se fijó en él. David Letterman le llevó a su programa y recibió el cariño de los aficionados durante un tiempo. Actualmente sigue vivo. Tiene 58 años y vive en Green Bay, donde trabaja en una empresa de paquetería, según la última información publicada en OnMilwaukee.

Álvaro Carrera

Con
13
años
ya
tenía
un
micrófono
en
sus
manos
y
con
15
narraba
los
partidos
de
su
amada
Ponferradina
en
una
radio
local.
Estudió
periodismo
en
la
Universidad
Complutense



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Marc Valldeperez

Soy el administrador de marcahora.xyz y también un redactor deportivo. Apasionado por el deporte y su historia. Fanático de todas las disciplinas, especialmente el fútbol, el boxeo y las MMA. Encargado de escribir previas de muchos deportes, como boxeo, fútbol, NBA, deportes de motor y otros.

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