A diferencia de la gran mayoría de deportes de equipo, siendo el ejemplo más claro su descendiente directo el fútbol, el rugby es una disciplina en la que los jugadores pueden utilizar todas las partes de su cuerpo en pos de conseguir anotar. La mayor parte del tiempo se utilizan las manos, no obstante el balón ovalado se debe transportar a través del campo, e incluso no se puede generar ventaja mediante el pase, que siempre se ha de dar hacia atrás. Además, el reglamento deja espacio al patear la pelota.
Existen tres tipos de patadas permitidas en el rugby. La primera de ellas sería la llamada punt kick o puntapié, que consiste en golpear el balón en el aire. Se trata de un gesto muy similar al que realiza un portero de fútbol al sacar de puerta y se utiliza, fundamentalmente, para alejar el balón de una zona comprometida o para intentar avanzar hacia adelante. El segundo tipo de patada es la llamada plant kick y se realiza con el balón plantado en el suelo. Esta es la más habitual en las conversiones que se disputan después de haber marcado un ensayo. Además, existe un tercer tipo de patada, cuyo nombre en inglés es: drop-kick.
Qué es una drop-kick en rugby
El drop-kick se podría traducir como patada a botepronto y consiste en golpear el balón ovalado después de que haya botado en el suelo. Esto es, en un momento determinado del partido, el jugador en posesión de la pelota la deja caer al suelo para, en el momento del bote, ejecutar una patada. Se trata de un golpe específico, cuyo uso está estipulado en el reglamento.
Para que se utiliza una drop-kick
La principal función del drop-kick en el rugby es para anotar durante el partido. Esto es, si un jugador efectúa un tiro a botepronto y consigue colar la pelota entre los tres palos rivales se llama popularmente drop goal, o simplemente drop. En el rugby union, el que se juega por ejemplo en el VI Naciones, posee un valor de 3 puntos, mientras que en la modalidad de rugby league vale 1 puntos.
No obstante, el reglamento del rugby union también recoge una serie de supuestos en los que es obligatorio utilizar la drop-kick. De esta manera, se deberá utilizar una patada a botepronto al comienzo de cada parte para poner el balón en juego en el saque de centro. No solo eso, también se recurrirá a ella para sacar después de que uno de los dos equipos haya conseguido puntuar. Es importante tener en cuenta que, para que el saque sea considerado válido, los oponentes deben estar situados a 10 metros, y el balón debe recorrer, como mínimo, esa distancia antes de ponerse en juego.
Los saques de centro no son las únicas situaciones de partido en los que se debe utilizar un drop-kick de forma mandatoria. Existen dos tipos de saques más, uno desde la línea de 22 metros y otros desde la línea de ensayo. La conocida salida de 22 metros se da cuando, tras un intento de anotar fallido, ya sea en un penalti o tras drop goal que no ha sido exitoso, la pelota queda muerta en la zona de ensayo o sale por la parte posterior de esta. Por su parte, el saque desde la zona se anotación se produce cuando la pelota es hecha muerta por el equipo defensor bien después de haber sido llevada hasta allí por el conjunto atacante, bien por un intento fallido de pateo a palos, o cuando se produce un knock on en el in-goal oponente.
Cuando es obligatorio utilizar la drop-kick
- Al intentar un drop goal de 3 puntos
- Al sacar de centro del campo (al inicio de cada tiempo o tras anotación)
- En la salida de 22 metros
- En un reinicio tras la línea de goal
Uso opcional del drop-kick
Además, también se puede utilizar el drop-kick en otras situaciones de pateo como en una conversión tras un ensayo. Sin embargo, esto es muy inusual ya que la mayoría de especialistas prefieren ejecutar la patada a palos con la pelota plantada en el suelo. Del mismo modo, también se puede utilizar para ejecutar un penalti, pero igualmente es muy raro que esto suceda durante un partido.
