Stephen Roche ganó Giro, Tour y Mundial con Kelly en plan superlativo
En el camino de que el otro día describíamos para Pogacar en el año que empezamos, vemos una analogía casi perfecta a la temporada que Stephen Roche firmó en 1987.
El año mágico, el más llamativo de los que recuerdo, porque en una tira el irlandés se zampó Giro, para disgusto de los anfitriones, Tour y Campeonato del Mundo.
Tres éxitos que no fueron doblete como el de Indurain, el primero, o el de Marco Pantani.
Lo de Roche fue un triplete, algo de locos en la actualidad y que persigue Pogacar.
En el pelotón han sido pocos, muy pocos, los ciclistas irlandeses.
En la historia tampoco hubo muchos, sin embargo los que pasaron el corte fueron muy buenos y en ese estadio nos acordarnos de Sean Kelly y Stephen Roche, junto a Dan Martin en tiempos recientes.
A ver qué da de sí Ben Healy.
El tiempo hizo coincidir a Stephen Roche y Sean Kelly durante la década de los ochenta.
El palmarés de ambos es excelso, pero los logros del primero en 1987 supusieron un registro por países que creo pocas veces se vio en la historia del ciclismo.
Stephen Roche y Sean Kelly fueron primero y segundo en el baremo de la época, llamado Superprestige Pernod.
En el ranking patrocinado por la bebida espirituosa, Roche fue primero con 800 puntos por los 560 de Kelly y los 490 de Claude Criquielion.
Roche hizo lo que se conoció como el triple, ganar en un mismo año Giro-Tour-Mundial, siendo aún el único ciclista que lo culminó por más que Miguel Indurain lo rozó pero no lo logró, a causa de Lance Armstrong, en 1993.
Los capítulos de Roche ese año fueron intensos, pero ninguno como el primero, el del Giro de Italia.
Allí corrió con los colores del Carrera y tuvo enfrente a sus propios compañeros, entre ellos el vigente ganador Roberto Visentini, a los rivales y el pueblo italiano en su extensión que no entendieron que su dorsal uno debía ceñirse al guión que beneficiara a Roche. Sin embargo así tuvo que ser.
El irlandés, que ganó una crono en descenso del Poggio a San Remo, tuvo que lidiar con situaciones hilarantes para hacerse con su Giro.
Luego ganaría el Tour que Pedro Delgado acarició hasta la crono final en una de las ediciones más abiertas de los tiempos, con los dos mejores especialistas fuera de carrera, Greg Lemond convaleciente de un accidente de caza y Bernard Hinault ya retirado. Al mes y poco sin embargo vino el éxito más inesperado.
Garante de un fair play terrible, Sean Kelly no dudó en ayudar a Roche a pesar de que en un principio éste había reconocido la mejor punta de velocidad de King Kelly.
Pero en el corte final de trece ciclistas, donde estaban ambos, Roche burló la obsesión de los rivales por Kelly y consiguió el título por delante del campeón saliente Moreno Argentin.
Antes de ganarlo todo, Roche perdió cosas importantes, como por ejemplo la París-Niza y la Lieja-Bastogne-Lieja.
Si en la segunda cedió frente a Moreno Argentin, en la primera Sean Kelly logró su sexto éxito consecutivo que añadió al Criterium Internacional.
Enrolado en el Kas, Kelly realizaba interesantes progresos en las grandes vueltas, hecho que sin embargo no le valió para ganar la Vuelta a España de la temporada, una carrera que tuvo en su mano hasta que Lucho Herrera despegó en los Lagos de Covadonga.
Años después el apellido Roche continuó en el pelotón con Nicolas, quien no fue como el padre pero que si una cosa destilaba era cariño por su oficio.
Y es que estos irlandeses, para salir de casa, tan al norte, tan lejos, debían ser muy buenos si querían ganarse la vida en esto.
