LaLiga 23/24 | Las notas del Atlético-Athletic: Una roca llamada Agirrezabala y un secundario decisivo – Eurosport ESCOM

En un partido marcado por un detalle, el atacante del Athletic Club convirtió el lanzamiento de penalti que acerca al equipo vizcaíno a la gran final de La Cartuja. Su presencia en el once, motivada por la lesión de Nico Williams que no llegó a tiempo a este trascendental partido, acabó por decantar la balanza. En un partido con poco protagonismo ofensivo de los de Ernesto Valverde, supo dar amplitud al campo en la salida de balón y combinó con Guruzeta en varias ocasiones con buen criterio.

El Atlético tiene un filón con el brasileño que ha cumplido con matrícula de honor en la difícil tarea de hacer olvidar a Yannick Carrasco. Su electricidad, su regate y su imprevisibilidad le convierten en una auténtica pesadilla para los defensores. Ante el Athletic, gozó de varias ocasiones marca de la casa, yéndose hacia el interior del área y buscando el palo largo, pero no pudo tener el premio del gol en ambas por apenas unos centímetros. Mientras le duró la gasolina, fue el argumento de mayor valor para Diego Pablo Simeone.

No es fácil para un portero jugar con la etiqueta de ‘arquero de la Copa del Rey’. La inactividad los fines de semana hace que los focos apunten en caso de que las cosas no salgan como se espera. Sin embargo, el cancerbero del Athletic Club hizo un gran ejercicio de madurez y seguridad por alto durante todo el encuentro. Además, supo sobreponerse a un grosero error en una pelota aparentemente sin peligro en línea de fondo y, sobre ese fallo, cimentó una actuación de gran envergadura.

La apuesta de Diego Pablo Simeone para neutralizar las acometidas de Iñaki Williams salió cruz. Su ausencia en el derbi hacía presagiar otro gran partido del mozambiqueño pero su hoja de presentación en el partido se limitó a un grave error dentro del área en la salida de balón, un penalti innecesario y que pudo costarle incluso la expulsión y un cambio en el descanso para dar entrada a un Mario Hermoso que hizo subir varios enteros el rendimiento ofensivo del equipo.

No dudó en el penalti de Reinildo Mandava y recibió el capote del VAR en la postrera pena máxima de Yeray sobre Morata y que fue anulado por fuera de juego del atacante internacional. En un partido de alta tensión y con bastantes faltas, amonestó sin piedad e incluso estuvo algo falto de empatía amonestando a ambos técnicos por protestas más propias de los nervios de una semifinal copera que de un ataque a su actuación.