Lo personal es poltico. Siempre lo fue. Y si hay dudas, Reinas, la pelcula de la directora espaola-suiza-peruana (da un poco lo mismo el orden) Klaudia Reynicke. A ella le corresponde el honor de ser una de las tres espaolas (todas ellas mujeres) con pelcula en la Berlinale. Y aunque eso sea un logro ms accidental que sustancial, obliga.
La cinta se present en la seccin difcil de explicar que es Generation Kplus. Fue en este apartado tericamente dedicado a las producciones cercana o lejanamente relacionadas con la infancia, la adolescencia o lo que viene antes de que las cosas dejen de tener remedio donde tiempo atrs Carla Simn estren Verano 1993. Y con ella gan el premio a mejor pera prima de toda su Berlinale. Pocos debuts tan bien aprovechados. La pelcula en puridad cumpli con el estreno en Sundance, pero fue este sbado cuando pis su terreno digamos natural.
Se cuenta la historia presuntamente autobiogrfica de dos hermanas adolescentes. En compaa de su madre, estn a punto de abandonar su pas, Per, para siempre. Hablamos de un tiempo, los aos 90 en que los militares controlan las calles y el mundo, todo l, se encuentra a un paso de saltar por los aires. En ese instante, el padre desaparecido hace acto de presencia. Para poder huir hace falta que l d el consentimiento. Y no lo da. No lo da por miedo, por resentimiento, por esconder su propio fracaso y, por encima de cualquier otra cosa, por amor. Que tambin cuenta. En el reparto, los ojos soberbios y abiertos de par en par de Luana Vega y Abril Gjurinovic. Y no lejos, el gesto sabio de Susi Snchez escoltando el buen hacer de, sobre todo, Jimena Lindo.
La directora se las arregla para hacer coincidir cada gesto mnimo, cada detalle, cada emocin por diminuta que parezca con el sentir de un tiempo desbordado, de un tiempo que acaba. Fascina la facilidad con la que Reinas coloca en la misma longitud de onda, digmoslo as, las heridas de la memoria ms personal e intransferible con la mitologa compartida del crecimiento, de la maternidad, del desconcierto a cualesquiera de las edades.
Reynicke demuestra ser una directora ambiciosa que no duda en enfrentarse a una reconstruccin de poca precisa y a un guion construido desde la ms elemental emocin, pero sin limitarse a la comodidad de lo ntimo, de lo apenas apuntado. Lejos del silabeo impreciso en el que ha cado buena parte de nuestro cine reciente, ella no teme pronunciar cada una de las palabras de forma ntida, comprensible y extremadamente clara. Y todo ello, entre la realidad, la fascinacin y el asombro. Y todo ello, con su propia voz personal y poltica.
