Con 52 años y cadera “nueva”, Oscar Galíndez salió tercero en una carrera ciclística en Miami – La Voz del Interior

A los 52 años, pensar en disfrutar de una cervecita artesanal en las afueras de Miami, en febrero, puede ser un plan tentador para cualquiera. Pero no para Oscar Saúl Galíndez. El inoxidable triatleta olímpico cordobés dio una vez más cuenta de su vigencia y tuvo a la Miami Brewing Company como punto de partida y llegada para una nueva competencia en la que se subió al podio.

El riotercerense salió tercero el domingo en la City Bikes Gravel Miami, una competencia ciclística que reunió a más de 600 pedalistas para recorrer 30, 56 o 107 millas por los caminos de Homestea, en las afueras de la turística Miami.

El cordobés corrió la distancia media (90 kilómetros), prueba más convocante de la cita estadounidense, en la categoría Main Open; hizo caso omiso al almanaque y se midió con los más exigentes competidores, sin importar la edad.

Como nuevo

Pasaron apenas 14 meses desde que el triatleta cordobés se sometió a un reemplazo total de cadera derecha. Desde hacía siete años, la artrosis le afectó esa zona y fue limando, de a poco, su calidad de vida.

A 11 meses de la intervención, Galíndez volvió al ruedo.

“La recuperación fue fabulosa, muy rápida”, cuenta desde Miami.

Oscar corrió la posta del Ironman 70.3 de Buenos Aires en noviembre, cumpliendo con la parte de ciclismo. “Pero un pinchazo no nos dejó terminar”, se lamenta.

De todos modos, su primera exigencia post cirugía fue positiva.

“Después hice la Vuelta a la Sierrita en Embalse, donde gané la categoría gravel y fui 17° en la general, ya que es una competencia de mountain bike. También hice el triatlón de Azul el 7 de enero, donde terminé cuarto, y gané el triatlón de La Paz en distancia short”, enumera.

El paso al gravel

El gravel es una modalidad de ciclismo sobre ruta que entusiasma sobremanera a Oscar Galíndez.

“El entrenamiento está muy bueno -dice-, porque con el gran aumento del parque automotor, entrenarse en las rutas supone un gran riesgo para los ciclistas y con esto nos podemos meter en caminos de tierra y cumplir con grandes distancias, porque podemos andar en ruta también”.

Galíndez lo justifica: “Es como una bici de ruta pero con las cubiertas más anchas, lo que te permite desplazarte por ruta o tierra”.

Además, el cordobés asegura que “es una opción de entrenamiento cada vez más en auge para los triatletas a nivel mundial”.

En Miami se puso a prueba a nivel internacional. Corrió “una carrera dura”, que lo exigió al máximo en su potencia “en un día muy lluvioso y frio”. “Era un terreno plano, con muchas curvas y la formación de lagunas y mucho barro, por lo que se hizo pesado para correr”, cuenta.

La posta del Ironman 70.3 de Punta del Este lo volverá a tener en acción el próximo 3 de marzo.