RSF logra imponer la obligación del pluralismo ante una televisión del magnate Bolloré
París, 20 feb (EFE).- Reporteros sin Fronteras (RSF) tiene intención de asegurarse de que CNews, un canal del magnate francés Vincent Bolloré (principal accionista de Vivendi), aplica el principio de pluralidad de opiniones, después de haber conseguido una victoria judicial, muy polémica por su aplicación práctica.
El secretario general de RSF, Christophe Deloire, subrayó este martes que su organización trabajará para que la Autoridad de Regulación de la Comunicación Audiovisual (Arcom) aplique a CNews (de tendencias consideradas afines a la extrema derecha) la ley francesa de 1986 que impone a las cadenas de televisión los principios de honradez, pluralismo e independencia.
Esas reglas no se ceñirán a la equidad en la participación de políticos profesionales, sino también a los puntos de vista de tertulianos y comentaristas, en aplicación de un reciente dictamen del Consejo de Estado francés favorable a argumentos presentados por RSF.
“La Arcom tiene una obligación, que se imponga la independencia en CNews”, y eso implica que en sus programas tienen que aparecer puntos de vista contradictorios, señaló Deloire en una conferencia de prensa.
El secretario general compareció una semana después de que el Consejo de Estado, la máxima instancia de contenciosos administrativos, diera la razón a RSF en una demanda que había presentado contra la Arcom por considerar que no estaba aplicando con ese canal informativo de Bolloré las reglas de la ley de 1986.
El Consejo de Estado dictaminó que, en contra de lo que alegaba la Arcom, esta autoridad reguladora no puede limitarse a contabilizar el tiempo de las intervenciones de los políticos para determinar si se cumple el principio de pluralismo.
Tiene que supervisar que, “dentro del respeto de su libertad editorial, las cadenas aseguran la expresión plural de las corrientes de pensamiento y de opiniones teniendo en cuenta las intervenciones del conjunto de los participantes en los programas, incluidos los tertulianos, animadores e invitados”.
Eso ha generado una amplia polémica en Francia ante la posibilidad de que, a partir de ahí, se haga una catalogación ideológica de los periodistas para calcular el peso de sus intervenciones a la hora de evaluar la representación plural.
Deloire se defendió de cualquier forma de sectarismo e insistió en que con su acción judicial han hecho su trabajo, que es “promover la libertad, la independencia y el pluralismo del periodismo en todo el mundo”.
RSF dejó en manos de la Arcom el procedimiento concreto de evaluación del pluralismo a la luz de este nuevo dictamen, pero se mostró favorable a que se hagan apreciaciones globales.
Deloire denunció haber sido objeto en la última semana de “acusaciones delirantes”, porque “se nos ha acusado de marcartismo, de estalinismo e incluso de nazismo” y se ha dicho que con este dictamen judicial “Francia está amenazada por una deriva iliberal”.
Negó que quieran “fichar políticamente a los periodistas” y recordó que, a diferencia de lo que ocurre con las publicaciones y la posibilidad de una prensa de opinión, en Francia las frecuencias de la televisión digital terrestre (TDT) se atribuyen gratuitamente “como contrapartida de unos compromisos”, en particular la independencia en la información y el pluralismo en las opiniones.
Más allá Francia y su ley de 1986, el secretario general de RSF avisó de que, a la vista del panorama mundial, “un desmantelamiento de la legislación audiovisual” que garantiza ese pluralismo conduce a “la polarización, la fragmentación de la sociedad”.
Puso como ejemplo la situación en Estados Unidos, “una sociedad que está al borde de la guerra civil”, y afirmó que en RSF defiende “los mismos principios en todas partes”, ajustándose al derecho local.
Bolloré, que a través de Vivendi es accionista minoritario de Prisa (la sociedad editora de El País), ha constituido un conglomerado de medios de comunicación en Francia, marcados por una orientación ideológica y por asuntos de interés coincidentes con los de la extrema derecha. EFE
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