Se confirman nuestros peores temores con la “película” de ‘Kimetsu no Yaiba: Rumbo al entrenamiento de los pilares’ – Fotogramas

El pasado 22 de febrero llegaba a nuestros cines de manera limitada la nueva película de ‘Kimetsu no Yaiba’. A escasos dos meses del prometido estreno de la temporada 4 de ‘Kimetsu no Yaiba’, esta película podía ser una oportunidad única para repetir un éxito histórico en la historia del anime. Ni ‘El viaje de Chihiro’, ni ‘El chico y la garza’, ‘Your Name’ o ‘Suzume’ pueden presumir por lo mismo que esta franquicia. Ni siquiera otros universos tan populares como ‘Pokémon’, ‘One Piece’ o ‘Jujutsu Kaisen’ con ‘0’, su película precuela. ‘Kimetsu no Yaiba; El tren infinito’ es la película más taquillera de la historia del anime.

La cinta nos contaba lo mismo que nos contaría luego el primer arco de la temporada 2, pero lo hacía en primicia, con mejor ritmo, y llegando al final del arco. Después, lo mismo se agrandaba un poco y pasaba a conformar el primer arco de una temporada que iba acompañada de otra segundo arco de historia, igual de espectacular. Una enorme muestra de éxito que podía haber servido como modelo para intentar repetirlo. Una lastima que parece que haya ganado la opción del mínimo esfuerzo a cambio de lo que se saque de los fans más acérrimos y algunos otros espectadores despistados. Básicamente, repetir el final ya visto de la temporada anterior y avanzar algo intrascendente de la temporada siguiente.

Como ‘Rumbo a la aldea de los herreros’, ‘Rumbo al entrenamiento de los pilares’ no debería llamarse película, aunque esté montada como tal. Con ‘Rumbo a la aldea de los herreros’ nos decepcionamos, pero había algo de disculpa. La película cogía el final del segundo arco de la temporada 2, ‘El barrio del placer’, y lo ponía en pantalla. Al menos, dijimos, es el momento más espectacular de la serie hasta ahora, y su animación merecía una pantalla grande. Después, eso sí, solo avanzaba unos 40 minutos de lo que sería la temporada 3. ‘Rumbo al entrenamiento de los pilares’ sigue esta estrategia, pero con todavía menos justificación.

El final de la temporada 3, pese a la emoción que supuso que “Netzuko conquistase el sol”, no es ni de lejos tan espectacular. Básicamente, tenemos repetido al dedillo todo el tramo final de la temporada, incluidas las repetitivas reflexiones de Tanjiro, o las numerosas despedidas y abrazos. Es un resumen que no resume, como quién subraya en un libro toda la página. Después, cuando llevamos mitad de película, empieza el nuevo arco. Y las dudas con este nuevo arco son muchas, y muy justificadas. Cuesta creer que Ufotable se haya crecido tanto con su producto como para hacer que la temporada 4 se base en un arco que es, a todas luces, uno de transición, de entrenamiento. Si la temporada 2 tenía dos arcos espectaculares, la tres y la cuatro solo tienen uno que palidece al lado de cualquiera de los dos. Al menos, creemos, podrían haber formado una temporada única.

Sí, en los minutos avanzados en primicia volvemos a ver a Inosuke o Zenitsu, personajes adorados por los fans, y también observamos como los Pilares se reúnen para planificar la gran batalla o Netzuko sigue aprendiendo hablar. Pero cuesta pensar en algún fan tan acérrimo para que necesite ver esto con unos meses de antelación, en cine y pagando. Ver ‘Kimetsu no Yaiba: Rumbo al entrenamiento de los pilares’ no solo nos decepciona por la nueva oportunidad perdida de la saga para emular la película de anime más exitosa de la historia, también refuerza nuestro temor en torno a la temporada 4 de ‘Kimetsu no Yaiba’, una que tiene muy difícil no ser la peor de toda la serie.

Rafael es experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierda una de Marvel o el éxito del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene su lado friki, como prueba su especialización en el anime, el k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática.

Por generación, a veces le toca escribir de éxitos musicales del momento, desde Bizarrap hasta Blackpink. Incluso tiene su lado erótico, pero limitado, lamentablemente, a seleccionarnos lo mejor de series y películas eróticas. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir de gastronomía, viajes, humor y memes.

Tras 5 años escribiendo en Fotogramas y Esquire lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones de móviles o catas de aceite, insectos y, sí, con suerte, vino. 

Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Después siguió en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de comenzar un doctorado sobre la representación sexual en el cine de autor (que nunca acabó), también estudió un Master en crítica de cine, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes, se curtió escribiendo en el blog Cinealacarbonara, siguió en medios como Amanecemetropolis, Culturamas o Revista Magnolia, y le dedicó todos sus esfuerzos a Revista Mutaciones desde su fundación. 

Llegó a Hearst en 2018 años y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo de todo lo que le gusta y le mandan (a menudo coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) le llevó también a meterse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.