Los Pacers se estrellan en el peor momento – AS

Los Raptors están por fin inmersos en una reconstrucción eternamente postergada. En la que se han metido de forma total y absoluta esta temporada, pero con la que ya llevaban rumiando los últimos años. El anillo de 2019 queda lejano, pero la salida de Kawhi Leonard no convirtió a los canadienses en un equipo campeón. Salió Danny Green, el equipo fue competitivo en la burbuja (derrota en siete partidos en semifinales de Conferencia ante los Celtics) y luego nada. Un 27-45 en la 2020-21 y 48 victorias en la temporada siguiente para una primera ronda. Marc Gasol se fue a los Lakers y luego regresó al Girona, estando hoy retirado del baloncesto. Y fueron cayendo el resto de representantes de esa plantilla que permitió a Canadá presumir del mayor logro que se puede conseguir en la NBA: el campeonato. Uno que lograron de forma heroica y que Masai Ujiri intentó modular, pero que no podía tener continuidad en forma de títulos sin una figura como la de Kawhi, esa estrella que toda franquicia necesita si quiere llegar lejos en playoffs y ser, ya no favorita, al menos candidata. Una vitola que llevan mucho tiempo sin ejercer.

El verano pasado, Fred VanVleet firmó por los Rockets. Y esta temporada han salido OG Anunoby (rumbo a los Knicks) y Pascal Siakam (en el mercado de febrero, camino a los Pacers). Eran los últimos reductos de ese anillo en el que también estaban figuras como Kyle Lowry o Serge Ibaka, otros que han ido diciendo adiós con el paso de los años. Nick Nurse, el hacedor del añorado título, también salió tras la pasada temporada (41-41 de récord) y puso rumbo a los Sixers. Y los canadienses se encomendaron a los servicios de un entrenador europeo como Darko Rajakovic, una anomalía en una NBA donde en los banquillos no ha habido el mismo aperturismo que en pista. Fue, por cierto, tras una intensa toma de decisiones en la que estuvieron involucradas figuras relacionadas con el baloncesto español como Jordi Fernández y, sobre todo, Sergio Scariolo. Pero sin suerte. De una forma u otra, una nueva era se avecinaba para los Raptors, un equipo que ahora está en tierra de nadie y que mira al futuro con Scottie Barnes de líder.

El alero, en su tercera temporada en la NBA, ha sido seleccionado para el All Star tras las lesiones de Joel Embiid y Julius Randle (el otro en ir por las bajas fue Trae Young) y cuenta ya con el Rookie del Año de su primer curso. E hizo mucho daño en el Bankers Life Fieldhouse, precisamente la sede del Fin de Semana de las Estrellas. Se fue a 21 puntos, 12 rebotes, 12 asistencias y 5 tapones, una fenomenal actuación que amarró la victoria de los Raptors, que se fueron a 40 tantos en el último cuarto y consiguieron dominar la recta final sin alterarse. Hasta siete jugadores visitantes superaron la decena de puntos, con los 24 de RJ Barret como colofón. Eso sí, de poco les sirve, ya que están en el puesto 12 de la Conferencia Este y a más de 3 partidos de distancia del décimo puesto, el último que da acceso al play in. Algo que les deja en una situación complicada, ya que pueden decidir si piensan en el próximo draft o intentan ser competitivos. De momento, han optado por lo segundo. Cosa que se agradece, todo hay que decirlo.

A los que no les viene nada bien el resultado es a los Pacers, que venían de tres victorias consecutivas, la última con grandes sensaciones ante los Mavericks. Y sí, una derrota nunca es buena, pero con el atasco que hay en el Este hay equipos que no pueden fallar, más aún en casa y ante rivales teóricamente menores. En una jornada en la que han ganado los Heat, los Pacers se quedan en puestos de play in y muchos en Indiana ya rezan para que la desgraciada lesión de Joel Embiid haga que los Sixers se hundan tanto como para dejar una vacante directa a playoffs, algo que ya veremos si pasa. Hasta entonces, Tyrese Haliburton tendrá que mejorar: se quedó en 9 puntos y 7 asistencias ante los Heat, con 2 de 11 en tiros de campo y 1 de 6 en triples, y da la sensación de que ha perdido algo de punch, las fuerzas y el encanto de la primera parte de su temporada, que de todas formas está siendo espectacular. Los mejores de los Pacers fueron Bennedict Mathurin con 34+9+5 y Pascal Siakam, que se fue ante su exequipo a 27+9+6. Un esfuerzo insuficiente y un resultado que no incide mucho en unos, pero que es un pequeño palo para los otros. Cosas que pasan.