El Mallorca tumba a un Girona desacertado – MUNDO DEPORTIVO

El Girona no supo aprovechar el empate del Real Madrid y volvió a caer por segunda vez en Son Moix ante un Mallorca que sigue alargando sus buenas sensaciones tras su billete para la final de la Copa del Rey.

Ya se tenían la matrícula tomada y la libreta llena de apuntes con garabatos de lado a lado. El encuentro que comprometió a baleares y catalanes en menos de dos meses fue el pretexto perfecto para que ambos implicados corrigieran todo aquello que no acabó de salir en la anterior ocasión, especialmente para los de Míchel, que cayeron de la Copa ante los mismos protagonistas de la tarde.

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“Tener el balón no significa dominar el partido”, avanzó el técnico vallecano en la previa de la cita. Y, precisamente por eso, los ‘gironins’ optaron desde el primer minuto por elaborar un juego más directo de lo que estaban acostumbrados durante las últimas jornadas, también con menos protagonismo en cuanto a la posesión.

El cuadro insular, con dos referencias en la punta del ataque y la movilidad de los carrileros por las bandas, no tardaron en mostrar las sensaciones que les han llevado a tomar un billete para la final de la Copa del Rey. Los de Javier Aguirre llegaron con bastante más peligro que los visitantes durante todo el primer tiempo y, el mejor ejemplo de ello, fue el travesaño tras un centro envenenado de Dani Rodríguez al cuarto de hora de partido. Los dedos de Gazzaniga aparecieron a última hora para que el cuero no acabara dentro de la red gerundense.

El poderío aéreo fue la mayor amenaza del combinado mallorquinista, no fue novedad. En uno de los tantos saques de esquina a su favor, Copete aprovechó un balón que rebotó en Larin para lanzar un obús que por poco no agujereó la red del meta argentino (34’). El VAR revisó la acción por una posible mano del canadiense en la entrega, pero el índice de Hernández Maeso terminó señalando el punto del centro.

El primer intento de los ‘blanc-i-vermells’ tras volver el descanso dio esperanzas de cambio en la dinámica del tapete. Sin embargo, fueron las imprecisiones las que se cebaron durante varias ocasiones, dotando de nuevos contraataques a los locales.

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Cierto es que el Girona convivió sobre el verde mallorquín durante los segundos 45 minutos, pero el Mallorca se mostró seguro con su definido estilo, minimizando al máximo los efectos del equipo más goleador de LaLiga. Porque sí, las llegadas de los catalanes se fueron acentuando, pero las dudas y la poca efectividad en los contados disparos a Rajkovic no permitió que romper el casillero del luminoso a su favor. La más clara del partido llegó en una doble acción entre Portu y Savinho, pero ninguno de los dos logró batir al muro rival.

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La aglomeración de piernas fue tal que todo lo que los gerundenses intentaron aportar en ataques topó de morros con el muro de Son Moix. De nada valieron tantos minutos en campo del rival, los de Javier Aguirre tomaron las intercepciones como mejor arma para ir minando poco a poco las esperanzas de un equipo que no ha sabido encontrar soluciones en tierras insulares.

El descuento encerró aún más al equipo que quiso aguantar el resultado. La desesperación se adueñó de los ‘gironins’ y, con ella, llegó el pitido final para certificar una nueva derrota del Girona frente a un Mallorca que firmó una semana de dulce.