Fútbol

El reinado del Real Madrid, el derrumbe del Barça y la leyenda de la dirección deportiva esta década tienen su … – Relevo



Las diferencias actuales entre el Real Madrid y el Barça se pueden analizar desde muchos puntos de vista. Hay algunos que, simplificando, lo reducen casi siempre a la clasificación y a las ventajas arbitrales. Pero el trecho es mucho más amplio de lo que puede parecer a simple vista. Tanto que deja a las claras una planificación de uno y otro club en el pasado que anima a aventurar el futuro: quién seguirá sonriendo a lomos de un vestuario que no deja de revalorizase y quién está abocado a retorcer el límite salarial y el control económico, a inventar palancas y a ponerle velas a Lamine Yamal. Siendo lo más objetivos posibles y echando un ojo al mercado, poder fichar a Mbappé y querer vender a De Jong a la vez resume como nada esta situación.

Con sus aciertos (Bale, Isco…) y sus errores (Illarra, Reinier…), hay datos que elevan al Real Madrid y que justifican que sea capaz de fichar en la actualidad a las mejores estrellas del mundo sin necesidad de vender a las que ya tiene. Y todo para juntar a Kylian en el once de la temporada 2024-25 con Rodrygo, Vinicius y Bellingham en busca de más títulos. Al mismo tiempo, en el otro extremo, su principal rival hace cuentas ya para sacarse de encima los pilares que sean necesarios, simplemente para cuadrar las maltrechas cuentas. La estrategia en la última década, fruto de muchos años de trabajo bien y mal hecho, y no una anécdota surgida hoy de la nada como podría venderse, les delata y les puede marcar el paso: 24 madridistas fichados en estos diez años han estado ya o cumplirán de inmediato más de un lustro en su club por sólo 8 culés. Y eso que en la contabilidad blaugrana de este intervalo la integran jugadores tan inestables como Dembélé y Umtiti… El tanteo en las actuales plantillas de Ancelotti y Xavi es demoledor y refleja claramente la identidad y el sentimiento de pertenencia en cada bando: Madrid 14 / Barça 4. Eso se nota a casa paso.

El Madrid fichó, para confiar durante mucho tiempo, a Bale (7 temporadas), Isco (9), Casemiro (8, más un tiempo en la cantera), Kroos (9), Keylor (5), Asensio (7), Lucas Vázquez (8), Mariano (6, aunque viviera en el banquillo), Ceballos (6 y subiendo), Vinicius (lleva 5), Courtois (5 y lo que le queda), Lunin (5…), Brahim (4 y cumplirá muchos más), Valverde (6 y otro año en el Castilla), Militao (5), Mendy (5) y Rodrygo (5). Si a ellos le sumamos otros fichajes posteriores como Camavinga, Alaba, Tchouameni, Rüdiger y varios recién llegados como Bellingham, Güler y Endrick, que tienen pinta de hacer carrera en la capital, al final son un buen puñado. De los de esta temporada con contrato largo sólo hay dudas con Fran García por la dificultad para asentarse si llega ―como está acordado― Davies. Lo de no consolidarse ya les pasó a Kovacic, Danilo, Odegaard, Theo, Odriozola, Hazard, Jovic…

El Barça puede presumir de haber logrado mantener una larga relación con Ter Stegen (lleva 9 años y tiene 5 más de contrato), Sergi Roberto (10), Rafinha (6 años, más su paso por la cantera), Luis Suárez (6), Rakitic (6), Umtiti (6, con cesiones), Dembélé (6) y De Jong (ésta es su quinta temporada). Coutinho estuvo cinco años, pero en uno de ellos jugó en el Bayern. Y ahora el lesionado Pedri, con su cuarto curso por completar, es el que más cerca está de subirse a ese carro. Araújo, Gavi, Balde, Fermín, Vitor Roque y Lamine, con mucho futuro y contratos extensos, van por el buen camino para hacer carrera en el Barça pero, sin embargo, salidas como las de Ansu (el futuro, el 10) y las necesidades económicas del día a día obligan a poner este plan en cuarentena. En Can Barça han sido muchos más los jugadores que llegaron para un rato: Mathieu, Vermaelen, Douglas, Arda, Digne, Alcácer, André Gomes, Paulinho, Semedo, Yerry Mina, Marlon, Malcom, Arthur, Lenglet, Murillo, Braithwaite, Griezmann…

Dos mundos opuestos

La comparación de estos datos explica por sí sola la dictadura deportiva del Real Madrid ―sobre todo en Europa―, el complejo, la depresión y el caos actual del Barça y la leyenda y sobreestimación de la dirección deportiva desde que peleaban de tú a tú. Sobre todo ―como punto álgido y de partida desde hace diez años, cuando sus caminos eran parejos y comenzaron a distanciarse con las cuatro Orejonas más que decoran el Bernabéu (2016, 2017, 2018 y 2022) y los innumerables disgustos que derribaron el Camp Nou: desde la salida de Valverde, la ruptura de la MSN, al adiós posterior de Messi, pasando por el agujero económico, el Caso Negreira…

El Real Madrid logró recobrar su poderío en Europa en 2014 y, por fin, equilibrar su peso con un Barça que barría desde la era Guardiola. Y lo hizo con un solo presidente (Florentino Pérez), sin director deportivo tras llegar a tener en la Era Calderón a Mijatovic, Bucero, Portugal y Lopetegui en la misma planta noble, y con cinco entrenadores que en dos casos (Zidane y Ancelotti) se fueron para volver poco tiempo después por lo bien que lo habían hecho. El Barça, que desde la Champions de 2015 comenzó una caída que se sobredimensionó porque a su vez el Madrid ganaba y azotaba su moral, intentó resucitar a golpe de ocurrencias, con tres presidentes (Rosell, Bartomeu y Laporta, más dos interinos), con seis directores deportivos (Zubizarreta, Roberto, Abidal-Planes, Alemany, Jordi Cruyff y ahora Deco) y con hasta siete entrenadores, que pronto serán ocho con la salida de Xavi el 20 de junio.

Hay muchas claves para comprender esta diferente forma de operar y organizar un club. Pero hay alguna que es más determinante que las demás. El Madrid, desgastado tras entregarse a Mourinho y otros atajos con tal de intentar equilibrar la balanza con el Barça cuando antes, entendió que la paciencia, la valentía por fichar a jóvenes antes de que explotaran y la continuidad en el proyecto no se podía negociar. Los golpes de timón en el palco y en el verde desde la Novena no habían funcionado como se esperaba. También es cierto que desde las tres Champions consecutivas con Zidane era más sencillo abanderar esta filosofía mientras se ampliaba la sala de trofeos.

Así, según el portal Transfermarkt, en esta década el Real Madrid ha realizado 42 fichajes (más las incorporaciones de canteranos) por 1.102,65 millones, de los que el 45,4% (19 jugadores) permanecen hoy en el equipo (Carvajal, Kroos, Lucas Vázquez, Ceballos, Vinicius, Courtois…). Ingresó 864,5 millones por ventas en ese periodo. Desde que se inició la pandemia, y poco antes de coincidir con otro no rotundo de Mbappé en 2021, pagó sólo por 8 futbolistas (Camavinga, Tchouameni, Bellingham, Güler, Fran García, Endrick y los cedidos Kepa y Joselu), seguro de que lo mejor era ahorrar para poder afrontar más tarde la operación galáctica del francés. Dio igual quedarse sin central, que se fuera Benzema o que el 9 no tuviera dueño. Alaba y Rüdiger llegaron gratis, el gasto fue de 330,5 millones e ingresó 285,35.

El Barça, en esa misma época, incorporó casi 40 caras nuevas desde el agujero que supuso el Covid (más las de una pila de canteranos como simples parches) que le han ayudado menos a cambiar su cara mustia y que, al no ser baratos, tampoco le han posibilitado tener ahora la caja demasiado boyante. Pagó por 12 de ellos 382,84 millones (Vitor Roque, Oriol Romeu, Raphinha, Koundé, Lewandowski, Pablo Torre, Ferran, Emerson, Demir, Pjanic, Dest y Trincao) e ingresó en esos duros cuatro años 373,06 por traspasos. No olviden que en este tiempo también llegaron, sin dejar huella, agentes libres como Kessié, Bellerín, Marcos Alonso y compañía.

Sin continuidad no hay paraíso

El Barça, mucho más angustiado en estos últimos tiempos, con la exigencia de dar caza a su enemigo a toda prisa y con la necesidad de regatear las crisis a base de ilusión, realizó 65 contrataciones en total desde 2014 que complementó con la confianza ciega en muchos jugadores de la base con Gavi a la cabeza. Se gastó en total 1.544,51 millones de euros, 1.059 en ventas, de las cuales sólo el 15,3% (10 futbolistas) permanece ahora mismo bajo las órdenes de Xavi debido a que lo normal es que siga buena parte de la lluvia de fichajes de los últimos dos años. Ter Stegen y Sergi Roberto (que no seguirá) fueron las apariciones más antiguas que aún siguen, y luego ya hay que remontarse hasta De Jong hace cuatro años (que hay que ver si continúa) o a Pedri para encontrar más piezas con una solidez dentro de la entidad por encima de la media. El resto son futbolistas que aún no han llegado a ese punto como Ferran o Vitor Roque y otros que podrían salir como Koundé o Raphinha.

El Barça de Nápoles, como bien recordó Juan Jiménez en AS hace dos semanas, acudió al estadio Diego Armando Maradona repitiendo sólo seis de los 21 convocados respecto al enfrentamiento entre ambos equipos dos años antes: 14 jugadores de entonces se han marchado y Eric García, que fue suplente aquella noche, está cedido en el Girona. Un buen dato para señalar que igual lo del Barça no es un problema de madurez sino de planificación, previsión y estabilidad. Justo lo que ahora mismo le sobra al Madrid. Quizás la foto actual de sus estadios ―un Bernabéu descapotable y un Camp Nou en ruinas― sea una metáfora concisa que explique todo.



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Marc Valldeperez

Soy el administrador de marcahora.xyz y también un redactor deportivo. Apasionado por el deporte y su historia. Fanático de todas las disciplinas, especialmente el fútbol, el boxeo y las MMA. Encargado de escribir previas de muchos deportes, como boxeo, fútbol, NBA, deportes de motor y otros.

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