En las últimas semanas, tras la victoria de Ilia Topuria sobre Alexander Volkanovski, surgió en España un debate. ¿Por qué las MMA están enganchando más a las nuevas generaciones? Además de lo obvio, que es la figura de El Matador, existen motivos muy profundos y difíciles de cambiar que dificultan en exceso el trabajo de los promotores de boxeo. El mejor ejemplo lo encontramos con el pleito que Jon Fernández (25-3, 22 KO) disputa este sábado en Bilbao.
El vasco, de 28 años, era aspirante oficial al Campeonato EBU Silver del peso superligero (paso previo al Campeonato de Europa absoluto). Debería de haberse enfrentado al campeón, Walid Ouizza, a finales de 2023, pero al galo le dieron la oportunidad de exponer su corona ante otro oponente. Después hubo una subasta que el equipo de Jonfer, PCI Promotions, ganó. Fijaron el combate para el 9 de marzo y comenzaron a trabajar en ello. El francés acabó bajándose del combate a dos meses para el pleito. La EBU, en lugar de permitir al equipo español buscar un nuevo oponente para salvar la fecha e inversión inicial impuso otro y no respetó la subasta. Es decir, hubo que pujar de nuevo para llevarse el duelo.
PCI Promotions volvió a ganar y ahora el oponente iba a ser otro francés, Mohamed Kani, quien a mediados de febrero notificó al organismo una sospechosa lesión. Los españoles no estaban satisfechos con el proceso y habían contactado con el excampeón mundial Jezzrel Corrales (26-5, 10 KO) por si sucedía cualquier problema. Hicieron lo correcto, ya que gracias a ese movimiento han podido seguir adelante con el evento y no tener que suspenderlo con el consiguiente daño económico que eso les supondría. Un organismo como la EBU debería de luchar por el boxeo en el viejo continente, pero unas normas desactualizadas provoca que en muchas ocasiones reste.
“Debo de decir que es la primera vez que un cambio de rivales nos deja una pelea más atractiva. Corrales es un rival más peligroso que Ouiza o Kani. Va a ser un combate muy bonito para el público”, apunta Jonfer a Relevo. Lejos de frustrarse, como quizá le hubiese pasado antes, el vasco ve la situación como una oportunidad. “Ni he preguntado cómo ha quedado el tema del Campeonato EBU Silver. Pelear ante Corrales me motiva mucho por lo que ha logrado y por los oponentes que ha tenido. Una victoria me daría un gran empujón en el plano internacional”, apunta Fernández.
Tanto el púgil como su equipo tenían claro que pasase lo que pasase no podían fallar con el público. Jonfer no boxea en su casa desde hace cuatro años. Es mucho tiempo y se lo deben a la afición vasca. “Tengo muchísimas ganas de que llegue el combate. Cuando entras al pabellón y vas saludando a gente que ha estado siempre es un plus de energía muy importante. Por diferentes circunstancias no había podido pelear antes y me apetece”, reconoce el deportista.
Jonfer, como ha hecho en sus dos últimas preparaciones, ha hecho el training camp en Las Vegas junto al ilustre Ismael Salas. El trabajo ha sido el mejor, ya que “se siente uno más”. “Esta vez todos allí me lo han dicho. Cuando no entrenas siempre, al ir y volver, tardes un poco en engancharte al ritmo, pero el primer día me dijeron que parecía como si no me hubiese ido. El trabajo que hacemos allí lo hemos exportado aquí con Nico (González, su entrenador) y eso me ha permitido ir con una gran base. Me siento en un estado de forma espectacular“, afirma. Fernández llega motivado y confiado, pero sabe que no será fácil el órdago que han organizado. “Corrales es un púgil zurdo, correoso y que viene a por la pelea. Me exigirá, que es lo que busco, y dará un bonito combate al público“, concluye.
