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La Jornada Maya | Economía, la gran contradicción peninsular – La Jornada Maya


La Cuarta Transformación tuvo entre sus principales metas levantar al sureste de México a través del establecimiento de diversas obras, entre ellas la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, y el Tren Maya, que enlaza a cinco entidades, entre ellas Campeche, Yucatán y Quintana Roo, los estados peninsulares.

El resultado, después de cinco años, resulta contradictorio. Tanto la refinería como el ferrocarril han sido fuentes de empleo formal, y en lo general, tras la pandemia de Covid-19 y el confinamiento a que obligó, estas obras han cumplido un papel muy importante en la recuperación económica de la región, tanto en la creación de empleos como en la creación de derrama por la necesidad que estos proyectos tienen de recurrir a distintas cadenas productivas. En suma, el movimiento económico en la región tiene un fuerte componente de inversión oficial.

Ahora, de acuerdo con el reporte de Mediciones de la Economía Informal por Entidad Federativa del tercer trimestre de 2023, medición realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la economía informal repuntó en la península de Yucatán, al grado que sus tres entidades se encuentran en los cinco primeros lugares, con Campeche en un nada honroso primer lugar, con 40.4 por ciento de crecimiento, seguido de Quintana Roo, en donde el alza en la actividad económica irregular alcanzó 16.4 por ciento, mientras que Yucatán incrementó en 8.6 por ciento.

Estos porcentajes se traducen en 16.3 millones de puestos de trabajo creados por la economía informal, de los cuales 29 por ciento corresponde a Campeche y Quintana Roo en 9.8 por ciento. Los salarios también aumentaron en este rubro, pero esto quiere decir que los empresarios que operan en la informalidad están compitiendo por obtener trabajadores, y ganándole a quienes optan por mantenerse en la legalidad.

 

Lee: Repunta la economía informal en la península de Yucatán

 

Algo está ocurriendo en los tres estados peninsulares que permite ese crecimiento del sector informal, y esto impacta en las finanzas públicas. La informalidad, hay que decirlo, resulta en desventajas para todos menos para quienes son propietarios de negocios que operan de esta forma.

En la informalidad, no se pagan más impuestos que los indirectos, como el que existe al Valor Agregado (IVA). Sin embargo, considerando que existen rubros que están exentos de estas contribuciones, como los alimentos, la operación en la informalidad resulta en mayores ganancias proporcionales para el empresario, pero esto no significa que los empleados se encuentren en mejores condiciones que quienes laboran en la formalidad.

Lo que queda de manifiesto es que las empresas en la península no han podido crecer al ritmo que se requiere, de manera que puedan captar mano de obra rápidamente. Por el contrario, cuando se tiene un sector informal tan fuerte como el mexicano, que es capaz de absorber a prácticamente la mitad de la población económicamente activa, es que se tienen dos grandes dificultades; la primera, que las empresas formales necesitan crecer a un ritmo mayor al que tienen actualmente y para ello muchas de ellas requieren que sus clientes les paguen puntualmente. Por clientes no nos referimos a personas físicas, sino a las entidades del gobierno que requieren de sus servicios, y aquí entran algunos como, por ejemplo, Petróleos Mexicanos (Pemex) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los cuales tienen proveedores de lo más diverso. La paraestatal mencionada tiene un largo historial de impagos con las empresas de Ciudad del Carmen, por cierto.

Hay entonces un enorme pendiente en la península, cuya resolución pasa por la coordinación entre autoridades federales y estatales, y que aún cuando ésta exista, requiere de un esfuerzo sostenido por un lapso que rebasa el año fiscal; pues resulta que por un lado existe la urgencia de integrarse a la fuerza laboral remunerada que supera por mucho la oferta de plazas que ofrecen las prestaciones sociales mínimas, como vacaciones, aguinaldo, seguridad social y liquidación por despido.

Igualmente, se hace visible que la seguridad en Yucatán depende también de la facilidad con que es posible obtener un ingreso en la economía informal, a pesar de las inversiones que la entidad ha podido atraer en los últimos cinco años, y el crecimiento de la informalidad es un dato que debe estar presente en la actual campaña electoral. 

Resolver la contradicción que existe en el crecimiento conjunto de la economía formal e informal en la península debe llevar a una política pública que facilite el establecimiento de empresas, que éstas encuentren facilidades para brindar más empleos y al mismo tiempo llamar a quienes operan sin brindar ninguna prestación a regularizar su situación. De otro modo, seguirán perdiendo las finanzas públicas y los trabajadores.

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Lea, de la misma columna: Aumento al aguinaldo: se requiere cabildeo

 

Edición: Fernando Sierra



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Marc Valldeperez

Soy el administrador de marcahora.xyz y también un redactor deportivo. Apasionado por el deporte y su historia. Fanático de todas las disciplinas, especialmente el fútbol, el boxeo y las MMA. Encargado de escribir previas de muchos deportes, como boxeo, fútbol, NBA, deportes de motor y otros.

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