Quien olvida su historia está condenado al… ¿neocolonialismo? – Milenio

Paradójicamente esta frase, escrita en la entrada del bloque número 4 del campo de Auschwitz, pertenece al novelista George Santayana, nacido en Madrid. Madrid, capital mundial que recibe en las aulas de sus universidades a miles de personas extranjeras a preparase en sus estudios de grado y posgrado. Es de notar que la cantidad de latinoamericanos que están en las aulas es significativa. Pareciere que la migración, regresa al país colonizador, lo vemos en personas migrantes de Senegal a Francia, de Nigeria a Reino Unido y de Latam a España, el idioma se prioriza al momento de dejar el hogar.

Como era de esperarse, la Unión Europea ya se encuentra trabajando en enfrentar el cambio climático, está creando lazos estratégicos, cuidando puertos, atesorando canales, valorizando sus productos. Cuando el futuro nos alcance ¿estaremos preparados? ¿Qué estamos haciendo ahora mismo para cuando las guerras sean por agua potable? ¿Está el sur-global en buenas condiciones o nuevamente llegaremos tarde mientras las grandes potencias se lleven todos los recursos? Entiendes lo que es el sur-global cuando notas que solo dos cosas no los son, y todo lo demás si, la visión eurocentrista de ver el mundo polarizado parece muy permanente en la cultura local. Y es que ni en los BRICS, ni en los nuevos BRICS y seguramente ni en los ultra nuevos BRICS, encontraremos a nuestro país. México debe de preparar su propio escenario económico ante el colapso venidero. El modelo de economía horizontal con países latinoamericanos nos resultará muy funcional.

La nacionalización del litio suena a un buen primer paso, el oro blanco puede ser una buena carta para negociar en el futuro. Usarlo para nuestro beneficio antes de que lleguen las potencias extractivistas es prioritario, apostar por el desarrollo de ciencia y tecnología es esencial. Pero, ¿hacia dónde se mueven las tendencias globales? El “decrecimiento” o “desglobalización” del que aquí se habla, allá es nuestra forma de vida. Seguramente la industria china ya se encuentra “echándole el ojito” a nuestro México para instalarse y seguir compitiendo por ese primer lugar que sigue teniendo nuestro vecino de arriba. De este lado del charco, la vida es muy distinta, compartimos el idioma, pero parece que no mucho más, nuestras luchas, nuestras idealizaciones son de otro mundo. Y es que ¿cómo se podría estudiar lo que ocurre a 9 mil 20 kilómetros en temas de feminismo, sexismo, derechos LGBTQ+ cuando jamás lo has vivido o sufrido? Cosas comunes en temas sociales para las, les y los europeos, son privilegios para nosotros, creemos que el mundo está conectado, pero esa conexión sigue siendo exclusiva, separatista, discriminatoria. Desgraciadamente el avance de uno es el retroceso de otro.

La cosmovisión autopercibida al ser migrante se modifica drásticamente. Hay dos educaciones que estoy teniendo: la académica y la de vivir en Madrid, en la segunda comienzas a creer en el racismo y la xenofobia, e irónicamente en la primera aprendo sobre derechos humanos. El mundo es muy grande y cada persona es un mundo, el reloj no se detiene, confío en que estaremos bien y mejor, mi trinchera será desde la educación y el respeto por la vida, ¿cuál será la tuya? 

L. C. C. Carlos Manuel Corro Ramírez

*Estudiante del Máster en Gobernanza y Derechos Humanos en la Universidad Autónoma de Madrid