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Roberto Carretero, el niño prodigio que dejó el tenis con 26 años: “Preferí vivir antes que volverme loco” – Relevo



Muchos de los jóvenes que sintonizan ahora Movistar+ para ver tenis quizás no sepan quién es realmente Roberto Carretero, uno de sus comentaristas estrella. “Eso es cojonudo porque implica que hay gente nueva que se suma”, responde el madrileño, que detrás de ese corpachón y esa melena rubia esconde una historia digna de película.

A principios de los 90, cuando la mayoría de los tenistas eran todavía delgados y finos, Roberto Carretero (Madrid, 1975) empezó a escalar en el inframundo del tenis con un cuerpo y una potencia descomunales. Pesaba más de 90 kilos pese a que no alcanzaba los 1,8 metros de altura. Pensad que Carlos Alcaraz, por ejemplo, pesa 74 kilos y mide 1,83 metros. Roberto Carretero era una bestia.

Lo que vino después fue tremendo. Fue campeón de Roland Garros júnior en 1993, conquistó el Masters de Hamburgo en 1996 viniendo de la previa y es, a día hoy, uno de los 14 españoles que han ganado un título de la categoría Masters 1000, la más alta después de los Grand Slam. Sin embargo, sufrió incontables lesiones, pasó cuatro veces por el quirófano y su cabeza dijo basta con apenas 26 años sin haber tocado el top 50 del ranking ATP. “Entonces decían que estaba tarado y hoy me habrían diagnosticado un problema de salud mental”, asegura en una entrevista con Relevo.

Hace años decías que la gente en España no veía tenis, sino que veía a Nadal. ¿Ocurre ahora lo mismo con Alcaraz?

Ahora lo que ocurre es que ven a Nadal y Alcaraz. A ver, esto es algo normal. Yo creo que cuando hay una estrella como Nadal o Alcaraz, es lógico que ocurra algo así. Es como cuando juega el Real Madrid, el Barça o el Atlético de Madrid, que ahí se suma más gente a verlo, aunque no sea de ese equipo. Con Nadal, con Alcaraz, ha pasado y pasará. Pero también es verdad que cuando Nadal irrumpió de la manera que irrumpió, la gente veía a Nadal y muchos se enganchaban al tenis. Yo te lo digo porque se notaba en las escuelas. Y ahora se nota con Alcaraz. Al final, el padre ve a Nadal, pero el niño ve tenis, no ve a Nadal. Entonces, arrastra, ese padre que ve a Nadal, que a lo mejor luego no sigue el tenis, arrastra al niño. Al final esto es una bola que cuantos más chavales megacracks, cuantos más tenistas carismáticos como Nadal y como Alcaraz van a hacer que el deporte crezca.

Me imagino que se nota en las redes cuando juegan Nadal y Alcaraz.

Sí, la audiencia se nota. Se nota, primero, porque hay más gente viéndola. Y segundo, porque hay más forofismo. Y cuando esa parte se lleva un poco a lo radical, la gente coge el móvil para escribirte tanto bien como mal. El ser humano tiene más la costumbre de coger el móvil para la crítica, no solamente constructiva que es de agradecer, sino para la crítica fácil o gratuita. A mucha gente quizás le estás gustando y como que le da cosa decirte algo bueno porque parecería que te está haciendo la pelota. Somos más de coger el móvil para esa crítica.


“Éramos jóvenes y salíamos. Yo no tenía que haber salido porque no es sólo salir. Cuando hablo de salir, hablo de las copas. Yo no podía porque yo tengo un físico antitenis”

¿Qué significa Nadal para Roberto Carretero?

Lo primero, una gran persona, un gran amigo. Lo conozco desde que él tenía 14 años y lo conozco bastante bien. Hemos vivido muchas cosas juntos. Luego, lógicamente, como tenista, un auténtico ejemplo a todos los niveles. Si hablamos de ejemplo, quizás el que más.

¿Por qué?

Porque Federer es perfecto jugando a tenis. Te diría que, con lo bueno que es, poco ha ganado. Djokovic no falla una, no se lesiona nunca. Sin embargo, Rafa ha tenido que superar muchas cosas. A nivel tenístico ha tenido que hacerse más estratega. Queda mal decirlo, pero para mí es el que más se lo ha tenido que currar para estar entre los tres más grandes de la historia.

Tu tienes una muy buena relación con Carlos Moyà, su entrenador. ¿Qué ha sido lo peor de este último año apartado del tenis?

Muy jodido. Eso es lo peor de un deportista. Yo lo he vivido en mis propias carnes y estar así es muy jodido. Lógicamente, cada uno tiene su historia,. La gente puede pensar ‘¿Jodido para Rafa? ¡Pero si lo tiene todo!’ Ya, pero a él le gustaría retirarse de otra manera o conseguir más cosas. Cada uno es como es, pero es muy jodido para un entrenador, para el jugador, para el equipo. ‘Venga, vamos a este torneo. No, no vamos a este torneo. ¿Vamos a entrenar? No, todavía no’. Estar así es lo peor. Realmente, yo admiro mucho a Rafa Nadal o a estos jugadores como Andy Murray, jugadores con tantas lesiones y que siguen luchando y luchando, porque las lesiones te afectan a la salud mental. Porque tú no puedes hacer lo que quieres mientras otros lo están haciendo y esto te mata a nivel mental. Y yo les admiro mucho por eso, porque son muy fuertes de cabeza para no tirar la toalla. Lo fácil es decir ‘Tengo dinero, tengo todo, lo dejo’. Pero ellos quieren más.

Seguro que mucha gente que sintoniza ahora la televisión no sabe que Roberto Carretero ganó Roland Garros júnior y el Masters de Hamburgo…

Eso es cojonudo porque implica que hay gente nueva que se suma, chavales que empiezan a ver tenis y que no me hayan visto nunca. Es muy buena señal.

¿Cómo le explicarías a esa gente quién es Roberto Carretero?

Bueno, Roberto Carretero es un… a día de hoy es un comentarista que lleva 17 años en Movistar+ y que antes tuvo una carrera que muchos la quisieran. Yo tenía un potencial enorme y quizás sólo fui un 20% de lo que podía haber sido. Pero las lesiones marcan y no todos tienen esa cabeza de la que hablábamos. Yo era blando de cabeza. Yo era blando ante las lesiones. Ante tantas lesiones, tantas operaciones… yo era muy blando. Y no continué mi carrera porque además en mi época estábamos finiquitados a los 30 años. Y yo con 26 lo dejé porque no me daba. Hoy en día los tenistas pueden jugar igual hasta los 38. Pero sobre todo, Roberto Carretero es alguien al que le gusta vivir intensamente. Y hay muchas prioridades en la vida antes de volverte loco por algo que deseas y que quieres, y que no lo puedes conseguir por culpa de las lesiones. Y en ese caso, pues yo preferí vivir antes que volverme loco. Tengo solo una vida. Siempre lo digo. Si tuviese siete vidas, en una hubiese sido tenista hasta el último momento, pero como solo tengo una vida, he querido recorrerla a mi manera.

¿Qué cambió después de aquel Roland Garros júnior?

No es como ahora, pero sí que en aquel momento me cambió la vida. Hasta el punto de que hasta ese momento mi carrera la patrocinaban mis padres. A partir de ahí, a los 17 años, a nivel económico me cambió la vida. Ya sí me pude pagar yo la carrera. Ese fue un cambio, además no era yo favorito para Roland Garros. Fui y, bueno, pues mira, lo gané.

Después, en 1996, ganas Hamburgo siendo el nº 143 del ranking ATP. ¿Cómo fue aquella semana mágica?

Pues parecida a la de Roland Garros. Yo tuve una transición muy larga por lesiones y porque no es fácil pasar de junior a profesional. A mí me costó un poquito más que a Albert Costa o a Marcelo Ríos, que son de mi quinta. Y Hamburgo llegó así, de golpe. Tampoco era favorito, yo venía a jugar la previa y e pegué una buena paliza, la verdad. Vas encadenando partidos y por el potencial que yo tenía, pues podían pasar esas cosas. Lo que pasa es que al final el tenis es un deporte de continuidad y yo no tenía continuidad. Yo desde los 13 años tenía problemas en el hombro y los arrastró hasta el día de hoy. Y luego, aparte de eso, pues varias operaciones. Entonces, es un deporte que o tienes continuidad o es muy complicado. Bueno, si tienes mucho potencial, puedes demostrar algo, como fue en mi caso.

¿Tienes guardada la ropa y las raquetas de Hamburgo?

La ropa no porque soy una persona generosa que al final ha ido regalando muchas cosas. Raquetas sólo me quedan dos o tres. Y el trofeo lo tengo en una vitrina.

¿De cuántas operaciones hablamos?

Una con 19 años en los rígidos del pie, que fue la misma que retiró a Carlos Moyà. Luego dos en el hombro y también me operé los dos pubis. Además tuve muchas lesiones musculares por tener tanta potencia, por ser tan grande muscularmente. Y la alimentación que llevábamos y cómo nos cuidábamos entonces no era compatible con mi físico para este tipo de deporte.

¿Cómo sufre un deportista cuando está lesionado?

Mi caso era el de una persona con problemas de salud mental. Lo que hoy se diagnostica como salud mental, problemas de salud mental, ese fue mi caso. Antes no se decía nada. Antes decían ‘Joder, ¿qué le pasa a este?’ Yo tenía un problema. Tenía un problema de ver que no encadenaba semanas y que no encadenaba entrenamientos y que no encadenaba torneos y que no encadenaba victorias. Y al final te vas desengañando y te vas diciendo ‘Tú no vales para esto’ cuando tienes un potencial de top ten. Entonces es una cosa muy difícil de llevar para alguien de 20 años.

“Yo era el antitenis, yo jugaba con una tensión de 40 kilos. Yo a lo mejor para levantar piedras o para boxeador, pero para tenista…”

Roberto Carretero

¿Ibas al psicólogo?

No, no. Yo iba al fisio porque tenía un problema en el hombro. Pero yo no estaba diagnosticado con un problema de salud mental porque nadie reparaba en eso. Entonces decían que yo no valía para esto y que estaba tarado… Bueno, a lo mejor es que esa persona tiene un problema de salud mental y hay que tratárselo. Hoy me habrían diagnosticado un problema de salud mental.

¿Te reprochas algo en tu carrera?

Yo creo que no. En todo caso, el no haber sabido lo que sé ahora. Pero eso no es reprochable. Es que no sabía nada. Yo iba al ritmo que iban todos. Y los demás aguantaban y yo no. Mi forma de jugar y mi físico no tenían nada que ver con los demás. Yo me tenía que haber cuidado diez veces más que los demás para tener una carrera parecida.

¿No te cuidabas?

Yo comía lo que me daba la gana, pero como todos los demás. Lo que pasa es que yo luego me lesionaba. Éramos jóvenes y salíamos. Yo no tenía que haber salido. Yo no tenía que haber salido. No es sólo salir. Cuando hablo de salir, hablo de las copas y tal. Yo no podía, porque yo tengo un físico antitenis. Yo era puro músculo, un chaval de 92 kilos, todo músculo, pegándole por todos lados. Yo era el antitenis, yo jugaba con una tensión de 40 kilos en la raqueta (lo normal es la mitad). Yo a lo mejor para levantar piedras o para boxeador, pero para tenista…



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Marc Valldeperez

Soy el administrador de marcahora.xyz y también un redactor deportivo. Apasionado por el deporte y su historia. Fanático de todas las disciplinas, especialmente el fútbol, el boxeo y las MMA. Encargado de escribir previas de muchos deportes, como boxeo, fútbol, NBA, deportes de motor y otros.

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