Tennis

Alcaraz, en busca del ritmo perdido – EL PAÍS


Por muy bueno que sea y por mucho talento que tenga, Carlos Alcaraz no deja de ser un advenedizo de 20 años que continúa descubriendo los entresijos del recorrido profesional y que sigue puliéndose en busca de una identidad marcada en el juego. Ahí está esa calidad, probablemente sin igual en este nuevo ciclo que va cogiendo forma, y todos esos destellos que le confieren un sello único y distinguido, delicioso, pero al mismo tiempo su patrón está lógicamente incompleto y él trata de responder sobre la marcha a las exigencias de este mundo frenético de hoy, que le exige ir más y más deprisa, ganar y ganar. El murciano (6-7(6), 6-0 y 6-1 a Matteo Arnaldi) acepta y comprende los peajes, pero en paralelo sufre los temores propios de quien sigue descubriendo un universo nuevo.

Para muestra, el primer episodio de este Indian Wells en el que además de afrontar la defensa del título, siempre una carga extra desde el punto de vista anímico, debe manejar una incómoda situación con el tobillo que se dañó hace dos semanas en Río de Janeiro. “Sí, probablemente estaba nervioso por ser el primer partido. Había muchas cosas en mi cabeza”, admitía después de rendir al italiano (en 2h 13m) tras perder el primer parcial. “Obviamente quiero hacerlo bien, y en este primer partido no sabía cómo iba a responderme [la articulación] porque era el primero que jugaba a alta intensidad. Me venían a la mente muchas cosas, no pude estar concentrado al cien por cien, y eso me hizo ponerme un poco nervioso. Mi juego es agresivo todo el rato, así que cuando te pones nervioso no golpeas ni te mueves tan bien como quieres. Esa es la gran diferencia”, prolongaba el número dos del mundo.

El caso es que el contratiempo sufrido en Brasil —esguince de grado 2, moderado— y la necesidad de cumplir el guion con la exhibición frente a Rafael Nadal en Las Vegas han hecho que el de El Palmar haya aterrizado en el primer Masters 1000 de la temporada con dudas físicas, dado que el tenista, muy joven, continúa aprendiendo a convivir con el dolor, condición sine qua non en esto del tenis. Así que él y su fisio, Juanjo Moreno, han trabajado a destajo los últimos días para que el tobillo derecho llegase en las mejores condiciones al torneo californiano, pero la respuesta era incierta. Superada la incertidumbre de la primera prueba y sin bajar la guardia, Alcaraz confía ahora en ganar tiempo, sensaciones y partidos para recuperar la chispa que no ha logrado alcanzar tras el paso por Australia.

“He llegado sin haber jugado demasiados partidos [ocho, puesto que en Río apenas duró 15 minutos peloteando]. El año pasado vine aquí con más encuentros en las piernas y con más ritmo. Estoy recuperándome de la lesión y he estado pensando todo el rato en ello, así que no he podido entrenar como me hubiera gustado”, precisa el español, reforzado tras la puesta en escena del viernes. “Me ha sorprendido [el tobillo], he podido moverme con normalidad y sin pensar en eso. Me he sentido realmente bien y confío en que vaya a mejor. Para alcanzar un buen ritmo tengo que ir paso a paso. Creo que esa es la gran diferencia con respecto al año pasado”, prosigue, mientras las referencias destacan que al aterrizaje de un curso a otro ha sido bien diferente.

Hace un año, Alcaraz se adentró en el desierto con una serie de ocho victorias y una sola derrota, y con el título de Buenos Aires en el bolsillo; esta vez, el registro es de 6-3, no se ha colgado ningún laurel desde Wimbledon (julio) y siente en el cogote la amenaza del italiano Jannik Sinner, que sigue sin aflojar —13 compromisos, 13 victorias desde enero— y podría apearle del segundo escalón de la lista mundial si consigue coronarse el próximo domingo. En cualquier caso, el joven murciano no es de esos tipos que se encojan ante las adversidades y espera reencontrarse con su mejor versión para firmar un buen trazado en Indian Wells y Miami, de modo que otra vez, por tercer año consecutivo, la buena inercia adquirida en esta fase pueda servirle de espoleta para abordar la gira sobre tierra batida, a partir de abril. Lo uno, piensan él y su equipo, es consecuencia de lo otro. Cuestión de confianza.

Encara ahora —sin horario definido al cierre de esta edición— a Felix Auger-Aliassime por una plaza en los octavos. El canadiense, de 23 años, no logra escapar de la espiral negativa que le atrapó la primavera pasada, cuando sus resultados empezaron a decaer y su ánimo se descompuso hasta desaparecer del top-10 y descender al puesto 31º. Una alegría pasajera en Basilea (octubre) tampoco le devolvió las alas y en el ejercicio actual tampoco consigue despojarse de la irregularidad. No le acompaña el precedente de hace un año, cuando precisamente fue batido por Alcaraz en los cuartos. En todo caso, el norteamericano es uno de los escasos rivales que dominan el cara a cara contra él (3-1), junto con Novak Djokovic (3-2), Sinner (4-3) y Alexander Zverev (5-3). El español, pues, tiene un reto inmediato ante sus ojos.

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Marc Valldeperez

Soy el administrador de marcahora.xyz y también un redactor deportivo. Apasionado por el deporte y su historia. Fanático de todas las disciplinas, especialmente el fútbol, el boxeo y las MMA. Encargado de escribir previas de muchos deportes, como boxeo, fútbol, NBA, deportes de motor y otros.

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