Alfredo Díaz Minjarez y su legado en el boxeo – Meridiano.mx

Por Yuvenia Ulloa 

En Tepic, en medio de calles empedradas y una comunidad bulliciosa, se forjó un sueño que se alzó sobre el cuadrilátero. La historia de Alfredo Díaz Minjarez, conocido en el mundo del boxeo como un guerrero incansable, es más que una narrativa de golpes y victorias, es un relato de determinación, sacrificio y amor, una historia de un joven de apenas 32 años de edad.

El inicio de su travesía en el boxeo es tan inesperado como inspirador. Alfredo Díaz narra que a la tierna edad de nueve años, la curiosidad y la aventura lo llevaron a él y a sus amigos a las puertas de un gimnasio de boxeo en su barrio, lo que comenzó como un juego pronto se convirtió en una pasión: “Estuvimos yendo a entrenar más constante a ese gimnasio de mi colonia hasta que lo agarré como una disciplina”. 

Sin embargo, el destino de Alfredo ya estaba marcado por un legado familiar, inspirado por la figura de su padre, también un boxeador, Alfredo encontró en las huellas de su progenitor un camino que seguir: “Veía las cosas de mi papá en el cuarto, botas, shorts, fotos, y eso fue una motivación para mí”, recuerda con nostalgia. Criado por sus abuelos paternos, Alfredo lleva consigo el peso de un apellido que representa no sólo a su familia, sino también a una tradición de valentía y coraje sobre el ring.

Pero el camino hacia la gloria no está exento de sacrificios. El joven Díaz Minjarez reconoce que el boxeo demanda una dedicación absoluta, una entrega que a menudo requiere dejar atrás momentos importantes de la vida cotidiana: “Boxear te aleja de los vicios como el alcohol o las drogas, entrenar y mantener una disciplina es renunciar a fiestas familiares hasta dejar de lado salidas con amigos, sin embargo cada sacrificio es un paso más cerca de la meta”.

El boxeo para él va más allá de los simples combates, es la materialización de un sueño, una visión clara del futuro que desea forjar. “Cuando se tiene un sueño, la disciplina se mantiene porque hay metas que lograr, es esta mentalidad enfocada y determinada la que me ha permitido superar los desafíos más difíciles, tanto dentro como fuera del ring”. 

Asimismo en los momentos de triunfo, Alfredo confiesa que cada pelea trae consigo temor y un sentimiento que por unos minutos es inevitable no controlar y sólo desaparece una vez que el primer golpe es lanzado: “En todas las peleas existe un miedo, no hay rival débil, aunque se esté muy preparado, siempre estará el miedo y los nervios presentes, sin embargo en el primer golpe que recibo ese miedo se va porque tengo que enfocarme en mí, en protegerme y en ganar, pero es normal sentir miedo, una vez me noquearon en Tijuana, quedé inconsciente, mi familia transmitía en vivo y como yo no reaccionaba, hubo un silencio total y pensaron que yo ya me había ido, por eso me cuido de los golpes, quiero que mi familia, mi hijo de siete años de edad estén bien, estén tranquilos, lo que más temo es que me pase algo, que Dios no lo quiera y deje a mi hijo solo, eso es lo que más me duele pensar”.

Antes de finalizar la entrevista, Alfredo Díaz Minjarez aclaró que el boxeo es un deporte riesgoso, sin embargo, es sano y puede ayudar sobre todo a los jóvenes a alejarlos del mundo de las drogas, es por ello, que él, en conjunto con su entrenador Kevin Aguilar, tienen las puertas abiertas en el gimnasio Espartanos con sedes en Tepic y Xalisco para todas aquellas personas que estén interesadas en entrenar el box: 

“Manejamos tres horarios, hora y media cada clase a partir de las 4 de la tarde hasta las 8:30 de la noche, con una mensualidad de 500 pesos, la ubicación de Xalisco se encuentra por la calle Durango entre Sangangüey y la Paz y en Tepic se localiza por la avenida Juan Escutia entre Calles Bravo y Victoria”.