El tenis de mesa es un deporte dinámico pero complejo a la vez, ya que, además de la destreza y la habilidad, hay que tener un buen dominio de la pala. No excederse en la fuerza del golpeo y calcular bien los movimientos. No obstante, hay un deportista alavés que no solo domina esas facetas del juego, si no que también cuenta con otro añadido más a sus entrenamientos y competiciones: su silla de ruedas.
“Creo que el deporte sin discapacidad es mucho más feroz cuando en realidad nos jugamos los mismos títulos”
Iker González es un vitoriano de 21 años que juega a tenis de mesa en el Club Gasteiz. El gasteiztarra sufrió una lesión medular de pequeño que le obligó a ir en silla de ruedas. Sin embargo, esto no le ha impedido ser uno de los mejores jugadores de tenis de mesa. Internacional paralímpico con la selección española, el joven presume de un prometedor palmarés en la disciplina: 2º en el Campeonato de España y 3º en los Juegos Paralímpicos Junior de Finlandia.
“Juego desde los 9 años. Es diferente el deporte en sí, porque el tenis de mesa tiene diferencias con y sin discapacidad. En cuanto a los entrenamientos no se entrena de la misma forma. Los ejercicios no son los mismos y la competitividad que existe es bastante sana. Creo que el deporte sin discapacidad es mucho más feroz cuando en realidad nos jugamos los mismos títulos”, explica.
“Es muy importante el control de la silla, casi más que el juego”
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Además destaca la importancia de saber moverse con la silla: “Es más complicado, porque tengo que controlar la silla y la pala. Son muchas horas, muchos de los entrenamientos son movimientos en los que te tiras a la mesa y recuperas el cuerpo. Es muy importante el control de la silla, casi más que el juego”.
“También depende del tipo de entrenador. Yo he entrenado en Italia y allí dan mucha importancia a los movimientos con la silla, como por ejemplo, anticiparse a las bolas. Cojo cosas de cada parte”, añade.
Del tenis de mesa a la mesa de estudios
Iker no solo se dedica al tenis de mesa. El joven actualmente está en su último año de universidad y admite que le resulta un tanto complicado compaginar el deporte con los estudios.
“Me gustaría que el tenis de mesa fuese un buen hobby para mí, porque es difícil vivir de ello y más en el adaptado”
“Últimamente estoy bastante estresado con los exámenes y trabajos. Estudio Filología Hispánica y estoy en 4º de carrera con el TFG (Trabajo Final de Grado). Me gustaría que el tenis de mesa fuese un buen hobby para mí, porque es difícil vivir de ello y más en el adaptado. Estoy contento por llegar a las capas altas del tenis de mesa, pero recibir ingresos económicos es muy complicado”, reconoce.
Objetivos en mente
Con toda una carrera por delante, González ya tiene apuntados sus próximos retos en el calendario. “Hay un torneo en Cataluña y otro en Italia que puede que vaya”, apunta.
Por otro lado, comenta cómo se preparan en la selección y los Juegos de 2024: “Con la selección a veces hacemos concentraciones 1 o 2 días antes del torneo para organizarnos un poco. Para ir a los Juegos es complicado porque tienes que entrar con un ranking y llevo tiempo sin competir por razón de estudios”.
“Técnicamente puede que sea superior, porque el físico no es tan importante”
A pesar de esta falta de ritmo, Iker cuenta con una ventaja que otros muchos no tienen: su juventud. El alavés es la 2ª persona más joven de España en esta disciplina (la 1ª tiene 14 años).
Es por eso que busca que cada vez haya más gente como él en la disciplina: “En el tenis de mesa adaptado en España hay poca gente joven. Quiero animar a la gente a practicarlo, que lo vean, ya que es bastante interesante. Técnicamente puede que sea superior, porque el físico no es tan importante. Al fin y al cabo es un aura de inclusividad que, quieras o no, hace que el deporte sea diferente y también apoyan a deportes minoritarios”.
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