La competencia es esencial en el fútbol, como en todos los deportes. Y se compite para ganar, está claro. Pero las victorias son más legítimas cuando se consiguen respetando al rival y ajustándose a las reglas. Manteniendo, en suma, lo que comúnmente se conoce como “conducta deportiva”.
El “fair play” (o “juego limpio”) es un concepto que comprende y encarna una serie de valores fundamentales que no solo son integrales para el deporte, sino también relevantes en la vida cotidiana.
La competencia justa, el respeto, la amistad, el espíritu de equipo, la igualdad, el deporte sin dopaje, la atención a las reglas escritas y no escritas, la integridad, la solidaridad, la tolerancia, el cuidado del otro… Todos estos valores son los pilares del fair play y del “espíritu deportivo”, un concepto que empezó a ser promovido por las clases altas y medias inglesas en el siglo XIX. En contraposición a la corriente de pensamiento de la época que creía en la supervivencia del más apto, la idea de fair play proponía un código ético diferente, más integrado con los demás como iguales, que también hicieron propio figuras precursoras de la historia del deporte como el barón francés Pierre de Coubertin, creador de los Juegos Olímpicos, y el británico Ebenezer Cobb Morley, fundador del Barnes Football Club, el equipo que jugó el primer partido de fútbol de la historia.
Qué significa fair play en el fútbol
En el fútbol, los valores que promueve el fair play son claros, empezando por el respeto hacia los jugadores rivales, los entrenadores, los árbitros y los aficionados, la integridad ética (es decir, evitar fraudes, trampas, engaños), la competencia seria pero al mismo tiempo amistosa, la lealtad (actuar en beneficio del equipo y respetar las reglas establecidas), la responsabilidad dentro y fuera del campo de juego y la igualdad de oportunidades para todos los jugadores, sin importar su raza, género, religión u orientación sexual.
En cambio, no siempre se cumple. Hay muchos ejemplos concretos de violación a las reglas del fair play en la historia del fútbol, una de los más célebres es el gol que Diego Maradona hizo con la mano en el partido de cuartos de final del Mundial de México 1986 contra Inglaterra. Otro muy sonado es el escándalo del “Totonero”: una oscura trama de apuestas clandestinas y partidos amañados en la temporada 1979/80 de la Serie A y la Serie B del fútbol italiano en la que estuvieron involucrados jugadores (entre ellos, el goleador de la selección Paolo Rossi), entrenadores y dirigentes de clubes.
Los mejores ejemplos del fair play
Hay muchos y muy distintos ejemplos de fair play en la historia del fútbol. Aquí se destacan algunos ejemplos:
1992: Antes de su desembarco en el Manchester City, donde jugó diez años, el canario David Silva defendió los colores del Eibar. En un duelo clave por el ascenso a la Primera División del fútbol español, el equipo vasco se enfrentaba al Lleida, que llegó al tramo final del partido con nueve jugadores. Empataban 1 a 1 y en el minuto 92 Silva, quien por entonces tenía 18 años, recibió cerca del área rival y con serias posibilidades de convertir. Pero vio a Bruno Saltor, un jugador del Lleida, tendido en el suelo y decidió detenerse y tirar el balón fuera del campo.
1997: Un caso muy curioso: se enfrentaban el Arsenal y el Liverpool en la Premier League y Robbie Fowler, famoso delantero del Liverpool y la Selección inglesa, simuló una falta en una jugada en la que el portero David Seaman salió a cortar y le barrió. Fowler intentó convencer al árbitro de que no cobre el penalti, pero no lo logró. Entonces se hizo cargo de lanzarlo, pero Seaman se lo detuvo. La increíble historia no terminó ahí: su compañero Jason McAteer capturó el rebote y puso el 2 a 0 para su equipo. Un fair play con final no tan feliz.
2001: El italiano Paolo Di Canio, en ese momento jugador del West Ham United, tenía la oportunidad de anotar un gol después de que el portero del Everton, Paul Gerrard, se lesionara en una salida apresurada. Pero decidió tomar el balón con las manos para que se detuviera el juego y atendieran al rival.
2003: Partido entre Irán y Dinamarca en Hong Kong por la Carlsberg Cup. El defensor asiático Jala Kameli cogió la pelota con la mano después de confundirse con el sonido de un silbato proveniente de la tribuna: pensaba que había concluido el primer tiempo, pero al árbitro no le quedó otra que pitar penalti. Morten Olsen, entrenador de la selección danesa, le pidió al volante Morten Wieghorst que ejecute la pena máxima chutando el balón fuera del campo.
2012: La Lazio se enfrentaba al Nápoles en el estadio de San Paolo. Miroslav Klose, anotó un gol con la mano tras un saque de esquina. El árbitro, que no se percató de la jugada, señaló el gol del equipo visitante. Pero el delantero alemán, máximo goleador en la historia de los Mundiales, le pidió que corrigiera su decisión y el gol fue anulado.
2012: Otro caso extraño. Brann y Lillestrøm jugaban un partido importante de la liga noruega (ambos sufrían la amenaza del descenso de categoría). Ganaba 3-2 el Brann cuando a los 49 minutos hubo que detener el partido porque un futbolista del Lillestrøm cayó lesionado. Uno de sus compañeros chutó el balón fuera del campo para que lo atendieran. Después del saque lateral y el centrocampista Erik Mjelde intentó devolverle el balón a sus rivales, pero su centro acabó en gol a favor, perjudicando al rival. Entonces Mjelde les pidió a sus compañeros que les permitieran a los del Lillestrøm marcar un tanto sin oponer resistencia. Todos aceptaron menos el portero del Brann, Piotr Leciejewski, que quiso evitarlo pero no lo logró. Un año más tarde Mjelde sería fichado por el Lillestrøm.
2014: El centrocampista del Werder Bremen Aaron Hunt admite haber simulado una falta dentro del área. El árbitro señaló penalti, aunque el jugador admitió que se tiró.
2015: El delantero japonés Yuya Osako, jugador del Colonia, reconoció haber tocado el balón antes de que salga del terreno en un jugada que había terminado con el árbitro señalando un córner. Gracias a la actitud del jugador asiático el juez ordenó saque de puerta para el Werder Bremen, que en 2018 ficharía a Osako, en un caso similar al de Erik Mjelde con el Lillestrøm de Noruega.
2019: El Leeds se había puesto en ventaja ante el Aston Villa tras una jugada en la que un jugador del equipo de Birmingham había quedado tendido en el suelo. El argentino Marcelo Bielsa, en esa época elogiado entrenador del Leeds, les ordenó a sus futbolistas que se dejaran empatar. Y así lo hicieron, salvo el defensor sueco Pontus Jansson, que intentó, sin suerte, evitarlo. Bielsa recibió ese año el Premio Fair Play de la FIFA.
Para cerrar, una mención especial para Carles Puyol, un jugador con una conducta ejemplar dentro y fuera del terreno de juego durante toda su carrera. Más que una jugada en particular, en este vídeo se destaca su comportamiento habitual del futbolista catalán jugando para el Barcelona y la Selección de España. Un ejemplo a seguir.
En este caso, algunas de las acciones más recordadas de Puyol tuvieron que ver con la llamada de atención a Thiago y Dani Alves por una celebración fuera de lugar, o dejar a Abidal, por aquel entonces enfermo, levantara el título liguero.
