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Diseccionando la “guerra civil” del tenis: dos bandos, Arabia Saudí y un ‘win-win’ para la WTA – Relevo


A principios de diciembre, el presidente de la ATP, Andrea Gaudenzi, concedió una entrevista a The National, uno de los medios más importantes de Oriente Medio, y pronunció una frase que dio la vuelta al mundo. “Tener una guerra civil no ayuda”, dijo el extenista italiano sobre la lucha de poder que se estaba moviendo ya entre bambalinas en el deporte de la raqueta.

“Al final estamos alineados y todos estamos presionando para que el tenis sea más fuerte y crezca… así que estamos en el mismo lado, estamos en el mismo equipo“, añadió en aquel entonces el jefe del circuito masculino. “Sería un gran error ir en la dirección de una guerra civil”. Unos meses más tarde, ya no hay equipo y, después de lo ocurrido en los últimos días en Indian Wells, sede del primer Masters 1000 de la temporada, no es descabellado hablar de guerra civil.

Ahora mismo hay dos bandos con intereses cruzados, una oferta mareante de Arabia Saudí sobre la mesa y un organismo, la WTA, que mira todo con la tranquilidad de saber que saldrá ganando pase lo que pase y caiga quien caiga. Salvo el win-win del circuito femenino, el resto es un interrogante gigante. Lo único que parece claro a fecha de hoy es que se está gestando una revolución en el tenis y que Madrid puede ser el lugar donde se decida todo.

Se trata de un conflicto muy difícil de entender y explicar por la propia naturaleza del tenis, un deporte en el que conviven numerosos actores –ATP (circuito masculino), WTA (circuito femenino), ITF (la federación internacional), PTPA (el principal sindicato, liderado por Djokovic) o el Grand Slam Board (los representantes de los cuatro grandes)- y cada uno tiene sus propios intereses. A ese mejunje de siglas (aquí tienes una explicación de qué controla cada una) se ha añadido en los últimos meses Arabia Saudí, ese socio incómodo para muchos pero que está dispuesto a reventar el mercado a base de millones. De momento, ya es el patrocinador principal de la ATP y tiene de su lado a Rafael Nadal como embajador.

Pero hay muchos matices y aristas, algún conflicto personal y ofertas con fecha de caducidad. Vamos a diseccionar el conflicto para comprender dónde está el tenis ahora mismo y, sobre todo, dónde puede estar de aquí a unos años.

¿Qué ha ocurrido este fin de semana en Indian Wells?

Los teléfonos de los capos del tenis no han parado de sonar en las últimas horas en el conocido como quinto Grand Slam . Según informaronL’Equipe y The Telegraph, el fin de semana hubo una reunión en la que participaron los Grand Slam, la ATP, la WTA y representantes de los Masters 1000. En esa sala quedó patente la fractura que hay en el tenis, con los cuatro Grand Slam -que no pertenecen ni ATP ni WTA- por un lado y la ATP por otro. Y es que, cuando acabó la reunión y los miembros del Grand Slam abandonaron la sala, Gaudenzi pidió a los representantes de los Masters 1000 que se quedaran para mostrarles una oferta que puede cambiarlo todo. Arabia Saudí ha puesto 2.000 millones encima de la mesa para que se fusionen la ATP y la WTA.

¿Cuáles son los dos bandos?

Las posiciones ahora mismo están muy claras. Los cuatro Grand Slam, con Craig Tiley, presidente de la Federación Australiana, a la cabeza, quieren hacer un circuito cerrado que incluya los cuatro grandes, diez Masters 1000, un evento por equipos, un torneo de maestros a final de temporada y un play-off de ascensos y descensos. Ese circuito, que podría llamarse Premium de acuerdo a L’Equipe y The Telegraph, estaría cerrado a los 100 primeros del ranking mundial y a final de temporada habría una promoción para decidir quién sube y quién baja. El resto de tenistas quedaría en una segunda división.

La otra opción que hay ahora mismo sobre la mesa es la fusión de la ATP y la WTA promovida por Arabia Saudí. La infinita billetera de los árabes aparece como la gran amenaza de los Grand Slam. Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open -controlados por la federaciones de sus países- se comen actualmente cerca del 85% de los beneficios del tenis y no quieren renunciar a ese trozo del pastel. ¿Cómo luchar contra eso? Con los millones de Arabia Saudí.

La oferta que han presentado es de 2.000 millones de dólares -1.000 para ATP y 1.000 para WTA- y lo que pretenden es la fusión de los dos circuitos. De momento no ha trascendido por cuántos años sería el acuerdo con los saudíes. Según publican L’Equipe y The Telegraph, Gaudenzi sería la cabeza del proyecto. Pero hay condiciones, claro: que Arabia Saudí tenga un Masters 1000 a principios de temporada, antes del Open de Australia, y que sea sede de las WTA Finals. Y con esa cantidad de dinero encima de la mesa, tanto ATP y WTA puede incrementar notablemente los premios hasta igualar o incluso superar a los de los Grand Slam. Y la gran reivindicación de los jugadores en los últimos tiempos es que quieren más dinero.

Por poner en perspectiva esa oferta de 2.000 millones, en 2018 Kosmos se hizo con los derechos de explotación de la Copa Davis para 25 años por 3.000 millones. La empresa de Gerard Piqué abandonó el proyecto cuatro años después porque no salían los números.

El factor Arabia Saudí

El problema es que la oferta de los saudíes deja fuera a los Grand Slam. Además, la federación australiana, la de Tiley, sería la que más sufriría con ese Masters 1000 en Arabia en enero. Y es que al margen del Open de Australia, la federación de Tiley tiene la United Cup (un torneo mixto), dos ATP 250 (Brisbane y Adelaida) y dos WTA 500 (Adelaida y Brisbane) a principios de enero que quedarían seriamente en peligro.

Por otro lado, el circuito Premium que proponen los Grand Slam con Tiley como cabeza pensante no cuenta con Arabia Saudí: ninguno de los diez Masters 1000 sería en terreno saudí. L’Equipe añade que tampoco estarían en el plan París-Bercy y Montecarlo, por lo que se puede intuir que habrá algún ATP 500 (donde están, entre otros, los torneos de Dubái, Barcelona, Rotterdam, Queen’s o Tokio) que ascienda de categoría.

El precedente del golf

El tenis está avisado del poder del dinero de Arabia Saudí. El mejor ejemplo es lo que supuso la creación del circuito LIV en el golf en 2021. Los jugadores tuvieron que elegir si jugar el circuito habitual o el nuevo. Y ahí los saudíes jugaron una carta que podrían volver a emplear en el tenis: más allá de los premios por los torneos, ficharon a jugadores. Jon Rahm, por ejemplo, fue un firme opositor de la liga saudí hasta que le pusieron 550 millones encima de la mesa. La PGA le suspendió después y es probable que a medio plazo no pueda jugar algunos de los históricos majors.

¿Es posible algo así en el tenis? Ahora mismo no hay nada claro, pero el precedente del golf seguro que no deja tranquilos a los cuatro Grand Slam. “Cuando llegan países con tanto dinero, hay que darle forma a las cosas para que tenga sentido. Hay que evitar lo que ha pasado en el golf, que han roto por completo el PGA Tour con circuitos separados y juicios de por medio. Hay que intentar que el tenis salga beneficiado y que no se rompa la historia“, decía recientemente Feliciano López, director del Masters 1000 de Madrid.

¿Por qué Madrid puede ser decisivo?

Antes de los movimientos ocurridos en Indian Wells, la ATP tenía agendada la reunión anual de sus torneos durante el certamen de Miami (del 20 al 31 de marzo). Sin embargo, añade L’Equipe en su información, las partes se han emplazado al Mutua Madrid Open (del 24 de abril al 5 de mayo) para tomar la decisión definitiva sobre la oferta de los 2.000 millones. Los saudíes han dado un plazo de tres meses. Después, la oferta desaparece.

El win-win de la WTA

El circuito femenino lleva años de capa caída. Después de tres décadas maravillosas con Martina Navratilova, Chris Evert, Steffi Graf, Monica Seles, Martina Hingis, Justine Henin, Maria Sharapova o las hermanas Williams, la WTA no ha sabido encontrar el camino para seguir creciendo y ahora mismo está a años luz de la ATP a nivel de ingresos. Se estima que en 2022 el circuito femenino tuvo unos ingresos cercanos a los 100 millones de dólares, mientras que el masculino ingresó unos 250 millones.

En esa situación, la WTA llegó a un acuerdo hace un año con CVC (que compró el 20% de WTA Ventures) para relanzar el circuito femenino. Y la guerra que hay ahora supondrá un balón de oxígeno: si se fusionan ambos circuitos, tendrá 1.000 millones de liquidez y tendrán la garantía de que las mujeres cobrarán lo mismo que los hombres en todos los torneos. Ahora mismo eso sólo ocurre en los cuatro Grand Slam y en algunos Masters 1000. Por otro lado, si lo que sale es el plan de Tiley y el circuito Premium, la igualdad salarial también está asegurada.



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Marc Valldeperez

Soy el administrador de marcahora.xyz y también un redactor deportivo. Apasionado por el deporte y su historia. Fanático de todas las disciplinas, especialmente el fútbol, el boxeo y las MMA. Encargado de escribir previas de muchos deportes, como boxeo, fútbol, NBA, deportes de motor y otros.

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