Los seguidores del FC Barcelona se despertaron con la noticia de la dimisión del vicepresidente económico del club Eduard Romeu. Una dimisión que se gestó unas semanas atrás pero que se escenificó el miércoles por la noche. El hasta este jueves directivo barcelonista ya tenía tomada su decisión antes, aunque no se la comunicó al presidente Joan Laporta hasta entonces. Lo hizo tras la clasificación del equipo de Xavi Hernández para los cuartos de final de la Champions, pues consideró que ya estaba prácticamente cumplido el objetivo de cumplir con el presupuesto de esta temporada. Hay una pequeña desviación que está seguro que se corregirá sin problemas.
El motivo fundamental para que Eduard Romeu deje su cargo en la junta directiva blaugrana es profesional. Mientras fue alto ejecutivo en Audax contaba con el pacto cerrado con el propietario de la empresa José Elías, de que podría dedicar al Barça todo el tiempo que necesitara. Una vez que Romeu dejó su cargo en Audax y puso en marcha una consultora médica, se ha visto obligado a dedicarse a fondo en la puesta en marcha de esta nueva aventura empresarial.
Un marco que choca con las necesidades del Barça, que precisaba de su máxima atención dada la complicada situación económica de la entidad que además no cuenta con un CEO.
Pero además del profesional, existe un motivo más personal en la decisión de dejar el club. Su relación con Ferran Olivé, tesorero del club, no era buena desde hace meses. Romeu le pidió a Laporta ejercer de CEO y vicepresidente económico, pero quien está haciendo estas funciones es el tesorero, no estando de acuerdo el ya exvicepresidente, pues es él quien después es el máximo responsable de la situación económica. Cree que el vicepresidente debe tener el control de la situacion y no la podía tener al completo.
“Presidente, pónmelo fácil”
Estos motivos llevaron a Romeu a dar el paso definitivo el miércoles por la tarde, después de un tiempo de demora, cuando le presentó la carta de dimisión a Joan Laporta. “Presidente, pónmelo fácil”, le pidió. El máximo dirigente azulgrana intentó que se replanteara su decisión o que al menos se mantuviera en su cargo hasta final de temporada.
Sin embargo, al final se impusieron los motivos de Romeu y Laporta aceptó su dimisión tras agradecerle su trabajo para impulsar las famosas ‘palancas’ con las que reactivaron la economía del Barça. “Sin ti no sería presidente”, le recordó en el emotivo encuentro entre ambos, recordando que el hasta ahora vicepresidente económico fue clave para obtener los avales necesario tras ganar las elecciones a la presidencia.
La salida de Eduard Romeu se escenificará esta mañana en la comparecencia conjunta en el Auditori 1898 del FC Barcelona y en la que también se espera que Joan Laporta anuncie la reestructuración ejecutiva de la entidad.
