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‘Torrey’, el segundo larga duración de la agrupación de Oakland, marca una nueva etapa en la evolución sonora del grupo liderado por los hermanos Ryann y Kelly Gonsalves. Tras unos inicios abrazando un sonido más despojado y cálido, reminiscente del jangle pop, el cuarteto se sumerge en esta ocasión en las profundidades del dream pop y el shoegaze, creando un muro de guitarras envolventes y bañadas en reverb.
El álbum se erige como un homenaje a los grandes exponentes del género, como el icónico ‘Spooky’ de Lush, sin dejar de aportar un toque distintivo y fresco. Las melodías cautivadoras, el ritmo enérgico y las voces etéreas de Ryann Gonsalves se entrelazan con destreza, dando forma a un trabajo coherente y cautivador.
A pesar de transitar por senderos ya explorados, ‘Torrey’ logra diferenciarse gracias a la versatilidad que exhibe a lo largo de sus doce cortes. Algunas piezas, como ‘No Matter How’ y ‘Rain’, se sumergen de lleno en los mares del dream pop más psicodélico, mientras que otras como ‘Hawaii’ y ‘Pop Song’ adoptan un enfoque más crudo y cercano al punk.
Esta diversidad de matices no hace sino enriquecer la propuesta del cuarteto, demostrando su capacidad para navegar por diferentes vertientes del indie rock sin perder su esencia. La incorporación de nuevos colaboradores, como el guitarrista Adam Honingford, el baterista Keith Ival y el multi-instrumentista Matthew Ferrara, también ha contribuido a ampliar los horizontes sonoros de la banda.
Uno de los aspectos más destacados de ‘Torrey’ es la profundidad lírica que exhiben sus letras. Lejos de quedarse en la superficie, las composiciones de Ryann Gonsalves exploran temáticas introspectivas, abordando la oscuridad, la melancolía y la esperanza con una poética autenticidad. Cada canción parece ser un diálogo interno, una espiral de pensamientos y emociones que se entretejen con maestría.
En el terreno musical, la evolución de Torrey es palpable. El proceso de grabación, realizado en un entorno controlado y sin presiones, permitió a los miembros de la banda experimentar con afinaciones alternativas, efectos de guitarra y estructuras más complejas. El resultado es un paisaje sonoro matizado y sofisticado, donde cada elemento cumple un rol esencial.
Canciones como ‘Really AM’ y ‘July (And I’m)’ ejemplifican esta nueva vertiente lo-fi y atmosférica, mientras que cortes como ‘Bounce’ exhiben una faceta más electropop, evocando influencias de artistas como Frankie Rose. Esta diversidad de referencias no hace sino enriquecer la propuesta de ‘Torrey’, demostrando la versatilidad del grupo y su capacidad para trascender los límites del dream pop.
‘Torrey’ se posiciona como un sólido ejercicio de dream pop contemporáneo, un trabajo que rinde homenaje a los pilares del género al tiempo que sienta las bases para una nueva etapa en la carrera de la banda. Con su singular combinación de melodías pegadizas, guitarras distorsionadas y lirismo introspectivo, el álbum cautivará tanto a los amantes del shoegaze como a los seguidores del indie rock en general.
Conclusión
‘Torrey’ representa un maduro avance para la agrupación, fusionando dream pop atmosférico con destellos de indie rock crudo y electropop luminoso, todo ello envuelto en letras evocadoras que capturan la esencia del desasosiego juvenil.
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