El Porriño, cuarto, quiere certifica una plaza histórica, y el Guardés, quinto, apura sus opciones para desplazar al vecino
16 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.
A Sangriña acoge un derbi (17.30 horas, Teledeporte) por todo lo alto. Con el Guardés quinto y el Porriño cuarto en la División de Honor del balonmano femenino. Si las visitantes ganan, habrán certificado la cuarta plaza en la fase regular y, por lo tanto, la plaza para jugar en Europa la próxima temporada; si lo hacen las locales, apurarán sus opciones de arrebatarle esa preciada plaza en la última jornada, ya que ahora están separadas por tres puntos. Además, existe la seria posibilidad de que se vuelvan cruzar en el play off y está en juego el factor cancha.
Los dos equipos llegan al partido subidos a la ola del éxito. La escuadra de Isma Martínez no conoce la derrota en todo lo que va de 2024 y el cuadro de Cristina Cabeza solo perdió un partido como local en todo el curso e hizo una espectacular remontada que se vio frenada el pasado fin de semana en Málaga ante uno de los cocos de la categoría. Uno de los tres contados que está por encima del tándem gallego.
Con los deberes hechos (para la continuidad en la liga y con una plaza en la fase final de la Copa de la Reina), los dos equipos pueden afrontar el derbi sin presión. El Porriño, para demostrar que esta es su temporada y asaltar un feudo tan difícil como A Sangriña. «El partido tiene que ser una fiesta del balonmano y tenemos que disfrutarlo. Estamos en una posición que nos permite ir con tranquilidad y jugar el partido desde lo emocional», comentó Isma Martínez, que quiere cerrar de forma brillante la fase regular de un año para enmarcar.
El Guardés comenzó mal, pero está terminando en modo avión y Cristina Cabeza todavía quiere más: «Queremos que el público se convierta en la octava jugadora y que todos juntos empujemos para conseguir la victoria. Queremos acercarnos lo máximo posible a la cuarta plaza».
Para las locales, la clave está en no repetir el final de la primera vuelta en el que remontó el Porriño (23-22). «No supimos rentabilizar la diferencia de goles y ahora nos espera un partido de mucha estrategia», algo que comparte un Isma Martínez que añade que deben «gestionar bien las desigualdades y ser eficaces en los siete metros, aunque siempre digo que la clave es el bloque».
Las inquilinas de A Sangriña podrán disponer de todas las jugadoras para el duelo y las porriñesas tienen las dudas de como Malena Valles, Caro Bono y Aroa Fernández, pero recuperan a un pilar como Mica Casasola.
