Celebridad

¿aún perduran los estereotipos a la hora de buscar pareja?


“La altura nunca fue un problema o un tema de conversación entre nosotros”, dice Arume, de 27 años. Ella está en pareja con Christhian, de 31 desde hace cinco años. Él mide 1,63 cm y ella unos diez centímetros más. “Somos así y nos encanta”, asegura a La Vanguardia. En febrero de este año, el tuit de la usuaria @natttheassassin con una foto de ella, de 1,90cm y su pareja de 1,70cm se volvió viral y alcanzó casi tres millones y medio de visualizaciones. En TikTok, varios trends (o tendencias) buscan normalizar esta diferencia y muestran parejas icónicas de Hollywood donde ella le saca varios centímetros a él, como la de Zendaya y Tom Holland.

Según una encuesta de la app de citas Bumble, la altura ha dejado de ser un requisito para más del 30% de las personas solteras en su app. Sobre todo para la generación Z, los nacidos entre mediados o finales de la década de 1990 y mediados de la década de 2000 (es decir, quienes ahora tienen entre 20 y 30 años). Más de 1 de cada 3 (37%) personas solteras de esta franja de edad admiten que ahora están más abiertos a salir con una estatura dispar a la de ellos. Además, 1 de cada 3 (38%) personas están ahora más abiertas a salir con otras que van más allá de su “tipo” y 1 de cada 4 (28%) pone menos énfasis en salir con personas que los demás “esperan”.

Soy bi y, cuando salgo con chicas, me da igual si son más altas o más bajas que yo. Pero, con tíos, cuanto más cerca estén del 1,90 metros, más me gustan

pareja ella más alta

Arume, de 27 años, posa junto a su pareja Christhian, de 31 

cedidas

La inmensa mayoría de las personas (63%) -aseguran desde Bumble-, se centra ahora más en la madurez emocional que en los requisitos físicos. Como indispensables para las personas solteras, aparecen el sentido del humor (67%), seguido por la atracción sexual (63%) y la igualdad (63%). Así las cosas, ¿las mujeres heterosexuales ya no buscan hombres más altos que ellas? Y para ellos, ¿ha dejado de ser un tema que ellas los superen en altura? ¿Estamos ante un cambio en los estándares de altura?

“Creo que el tema es cada vez menos importante, sobre todo gracias a Zendaya, que fue bastante icónica en ese sentido”, opina Camila, de 31 años. Ella mide 1,75 cm y recibe comentarios sobre su altura a diario. Ya está a acostumbrada a que le digan “eres alta”, cuando la conocen en persona. Aunque observa este cambio a nivel social, ella tiene claro que, en su caso, prefiere que el hombre sea más alto que ella. “Soy bi y, cuando salgo con chicas, me da igual si son más altas o más bajas que yo. Pero, con tíos, cuanto más cerca estén del metro noventa, más me gustan”, explica.

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Para ella, “la altura es definitivamente un tema”. Con sus amigas, comparten una frase: “No sé si me gusta o es alto”. Ella se define como “usuaria activa” de apps de ligoteo y la altura es algo que siempre incluye en su descripción. “Durante un tiempo, incluso puse un filtro para que sólo me aparecieran tíos de más de 1,80 cm”, explica y apunta: “¡Y lo bien que hacía!, porque hace poco ‘matcheé’ con uno que, minutos antes de pasarme a buscar, me envió este mensaje: ‘Tengo que decirte que mido 1,70. No sé si esto es excluyente. Si te es un tema, lo entiendo y todo bien’. Me dio mucha pena y ternura”.

La altura sigue estando muy presente en las ‘preferencias’ en una pareja. Tendemos a atribuirlo a un ‘gusto personal, ver todo lo que subyace 


Sonia Iribarren EchavarriPsicóloga, sexóloga y terapeuta sexual

En su experiencia, los hombres que no incluyen su altura en su descripción no es porque no le den relevancia, sino porque prefieren ocultarla. “Yo sé que siempre que no ponen la altura en redes de ligar es porque miden 1,70 ¡y esto es así sin siempre!”, dice y añade entre risas: “Me he pasado mucho tiempo tratando de adivinar alturas por fotos, googlear cuánto mide un ladrillo, comparar a la persona con su perro, con una puerta, o con lo que mide un móvil”.

Además, asegura, “los tíos siempre se suman centímetros, ¡como si las altas no nos fuéramos a dar cuenta! con mis amigas altas tenemos chistes internos, como cuando conoces a alguien sentado y esperas hasta que vaya al lavabo para ver si ‘pasa la vara’”.

“La altura sigue siendo un tema muy presente en las conversaciones sobre ‘preferencias’ en una pareja”, observan la psicóloga, sexóloga y terapeuta sexual y de pareja Sonia Iribarren Echavarri y la enfermera y sexóloga Silvia García Ruiz de Angulo, ambas del equipo de sexólogas feministas de Sonia Encinas. Según explican, “Tendemos a atribuirlo a un ‘gusto personal, sin ser conscientes de todo lo que subyace debajo. Ya hemos entendido que ‘no tiene por qué ser así’ y que los atributos tradicionalmente ‘masculinos’ y ‘femeninos’ son imposiciones culturales; sin embargo, modificarlo no es tan sencillo”.

No creo que nada esté cambiando. Mi entorno femenino pone como requisito ‘un tío alto’. Y ellos buscan una tía bajita para que no les machaque la virilidad


Arume(27)

Las expertas indican que “para una parte de la población, este estereotipo influye pero no le impediría tener una relación con una persona que le gusta aunque no lo cumpla. No obstante, otras personas reconocen que sería un factor decisivo a la hora de iniciar una relación o de sentir atracción por la otra persona”. Para ellas, “necesitamos convivir con modelos relacionales más diversos e inclusivos: hacen falta referentes. Existe muy poca representación en películas, series, publicidad y redes sociales de parejas heterosexuales en las que ella sea más alta que él”.

“Yo no creo que sea algo que esté cambiando. Sigue igual”, opina por su parte Arume y coincide en que “Hay cero representación a nivel de películas, series, televisión, libros… El chico siempre es más alto. Incluso he visto vídeos de cómo posar para disimular que tú eres más alta”. Además de vídeos que buscan darle visibilidad a parejas con esta diferencia de altura y alentar a que las mujeres puedan, por ejemplo, usar tacones aunque su pareja sea más bajo, en las redes sociales también hay muchos otros que ofrecen instructivos para posar juntos “sin que se note”. 

“Todo mi entorno femenino suele poner como primer requisito en un tío ‘que sea alto’. Es lo que nos han vendido: un tío grande para que te proteja, te ‘maneje’ en la cama y quede bien en la fotos. Y la mayoría del entorno masculino busca una tía bajita, porque una alta les machaca la virilidad”, observa Arume.

“Para que una mujer se sienta cómoda poniéndose unos tacones siendo ya más alta que su novio, también hace falta un novio que tenga trabajada su masculinidad, su rol en la pareja y sus mecanismos de defensa a las críticas externas”, indican las sexólogas Sonia Iribarren Echavarri y Silvia García Ruiz de Angulo.

No me gusta nada ver una mujer más alta que un hombre. Ese pensamiento es muy común en mi generación. Y creo que aún se mantiene…


Susana(52)

El deseo -explican- es una construcción social que desarrollamos desde la infancia, a partir de los referentes y de las normas sociales que encontramos a nuestro alrededor. Eso es lo que nos marca qué y quiénes son deseables o no. “En consecuencia, crecemos erotizando un único cuerpo normativo, capacitista y blanco, y un solo modelo de pareja heterosexual y monógamo, con unos cánones de belleza determinados, como es el hombre alto, fuerte, proveedor y sexualmente activo y la mujer pequeña, dulce, indefensa y sexualmente pasiva. Todo lo que se salga de estos patrones, nos genera cierto malestar: hay algo que no encaja”, indican.

“Si eres alta para qué te pones tacones” o “tú tienes que buscarte un chico alto y grande” son algunas de las típicas frases que Arume ha escuchado desde que tiene memoria. “Al final, todo eso te afecta, en mayor o en menor medida”, dice. Sin embargo, ella no dejó que le impidiera avanzar en su relación con Christian. “Inevitablemente, esto al principio te hace dudar. Pero al final que di cuenta de que era una tontería. Sí a mí me gustaba, no había problema”, explica ella y aclara: “Yo ya había tenido cosas con chicos más bajos o pequeños que yo y él también con chicas más altas o grandes que él. Por fortuna, siempre he sido bastante segura de mí misma”.

Su diferencia de altura muchas veces es motivo de bromas. “Nos las tomamos bien, con humor. Entendemos que la gente no está acostumbrada a verlo”, indica Arume. Desde su cuenta de TikTok (@arumefarina), ella intenta contribuir a normalizarlo. “Como yo no he tenido ningún tipo de referente, me gusta darle visibilidad y que, si alguna chica o chico tiene dudas de lanzarse por la diferencia de altura… le dé menos miedo, y vea que podemos ser igual de ‘cuquis’ que cualquier otra pareja, sin necesidad de yo tener que disimular mi altura en la fotos o dejar de ponerme tacones. Ni a mí ni a mi chico nos importa”, dice Arume.

“Yo creo que el tabú sigue ahí”, dice por su parte Susana (52). Ella y su esposo llevan juntos más de treinta años. Ella no es más alta que él. De hecho, él le lleva diez centímetros. Esa es una diferencia que siempre han mantenido. “Cuando éramos novios, siempre que me compraba tacones lo hacía ir conmigo para probarlos con él a mi lado y asegurarme de no quedar más alta que él. Para la boda, no me compré unos tacones más altos como me hubiera gustado por ese mismo motivo”, explica.

“No me gusta nada ver una mujer más alta que un hombre. Ese pensamiento es muy común en mi generación, está muy generalizado. Y sinceramente creo que aún se mantiene…aunque pueda ser que ya no sea tan fuerte en las generaciones más jóvenes”, dice Susana. A partir de esta conversación, le preguntó a sus hijos de 15 y 17 qué opinaban sobre el tema. “Dicen que no tanto como un tabú, pero que también lo ven como feo o raro”, explica.

Una mujer que sobresale sigue siendo señalada como una amenaza al orden vigente. Y el hombre que ‘gana menos’, o ‘tiene menos fuerza’, es objeto de desaprobación social


Sonia Iribarren EchavarriPsicóloga, sexóloga y terapeuta sexual

La imagen de una pareja heterosexual en la que la mujer le lleva varios centímetros a él es algo que todavía nos choca, que nos hace ruido; algo que parece que haya que corregir o disimular. Y esa incomodidad, que en principio puede parecer algo superfluo o un detalle, quizás pueda aportarnos algunos indicios de lo que aún nos queda por cambiar.

Las expertas consultadas invitan a abrir interrogantes. “¿Tiene que ver el tamaño con la vulnerabilidad?, ¿relacionamos altura y poder?, ¿estamos inconscientemente perpetrando unos roles de género?, ¿la diferencia de altura ataca directamente a la masculinidad?, ¿nos atrae la idea de sentirnos protegidas?, ¿qué genera en los hombres nuestra vulnerabilidad?, ¿qué les genera su propia vulnerabilidad?”, se preguntan.

Aunque ellas observan en terapia una evolución en ciertos aspectos, creen que los pasos son pequeños. “Los mismos atributos son valorados como deseables o no en función del género de la persona que los posee”, aseguran y explican que “Una mujer que sobresale, en lo que sea, sigue siendo señalada como una amenaza al orden vigente. Mientras que un hombre que ‘gana menos’, que ‘es más bajo’, que ‘tiene menos fuerza’, es objeto de desaprobación social y se cuestiona su virilidad”. Que no se nos olvide -advierten las sexólogas feministas-, que “lo personal es político”.

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Antea Morbioli

Hola soy Antea Morbioli Periodista con 2 años de experiencia en diferentes medios. Ha cubierto noticias de entretenimiento, películas, programas de televisión, celebridades, deportes, así como todo tipo de eventos culturales para MarcaHora.xyz desde 2023.

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