Arda Güler llegó al Real Madrid con 18 años y el cartel de ser uno de los jugadores más prometedores del fútbol mundial. Pero lo hizo lesionado, cuestión que conocían en el club, que decidió un tratamiento conservador para evitar un quirófano que acabó visitando. Las luces se apagaron en su entorno, se perdió interés en su figura y pasó al anonimato mientras se recuperaba.
Volvió a principios de año. Tenía la misma ilusión que cuando fichó en verano, pero Ancelotti prefirió que recuperase su tono físico y no arriesgar. Una decisión acertada que alargó en el tiempo demasiado, tanto que acabó con la paciencia del turco que bajó los brazos. Empezó a ‘distraerse’ cometiendo actos de indisciplina en relación con los horarios y su ocio, cosa que no gustó demasiado a Ancelotti, según ‘Relevo’.
Güler essuplente habitual / Efe
“Lo que debe hacer es luchar, competir con los compañeros que hay, nada más”. El italiano le dio un tirón de orejas público para aplacar esa rebeldía que se había visto toda España cuando tiró el peto al suelo en un partido tras calentar, su cara de pocos amigos en otras ocasiones o la ‘triste’ celebración con el gol de bautismo como jugador blanco en el partido contra el Celta, que alegró más a sus compañeros que a él.
EL ÚLTIMO EN MINUTOS
La rebeldía de Güler se llega incluso a entender. Sus compañeros hablan maravillas. El club tiene depositada sus esperanzas en él como uno de los futuros talentos del equipo. Pero Ancelotti no le da bola. El italiano lo volvió a demostrar en el último partido en Pamplona, que hace pensar que sigue castigándole por esa actitud negativa o, quizá, porque su talento acabe poniéndole en un brete en un equipo que ha ido construyendo a lo largo de la temporada sin la participación del turco.
Güler en acción / Efe
Güler es el jugador de la plantilla que menos minutos ha disputado esta temporada salvando a los lesionados. Ha jugado 98 minutos en los 17 partidos (1.580’) de su equipo desde que se recuperó (6,2% del total). Ha salido en los minutos finales de seis partidos salvo su estreno de titular en la Copa ante el Arandina, de Segunda Federación. Ante el Celta Ancelotti lo puso en el minuto 89’ con 3-0 en el marcador y aun así marcó un gol. Y en Pamplona salió en el 88’ pese al 1-4 a favor y dejó un detalle que dejó estupefacto a todos con ese tiro desde 50 metros que se estrelló en el larguero.
POSIBLE CESIÓN
Son datos que dejan claro la falta de empatía del italiano hacia el jugador. Si son ciertas que esas ‘distracciones’ que ha cometido son habituales en jugadores más avezados de la plantilla, como asegura dicho medio, estaría cometiendo una injusticia salvo que sea para no cambiar el equipo que el italiano ha ido construyendo durante todo el curso.
A todo esto, se une la amenaza filtrada desde el club de cederlo a final de temporada para que adquiera masa muscular y no frene su proyección futbolística, algo de lo que el jugador no quiere oír hablar. Un Güler que dicen ha reaccionado al toque de atención, pero al que Ancelotti sigue poniendo a prueba sin darle cancha pese a que ha tenido oportunidades de hacerlo con partidos encarrilados.
