Adam Silver, comisionado de la NBA, lleva conviviendo con la polémica desde el inicio de su mandato. En 2014 ya tuvo que lidiar con el escándalo en forma de declaraciones racistas de Donald Sterling, entonces dueño de los Clippers y que terminaron con la venta del equipo angelino a Steve Ballmer. Luego vinieron asuntos como el ‘tampering’, la pandemia, el ‘Black Lives Matter’ o la presidencia de Donald Trump, contra el que se manifestaron algunas de las mayores estrellas de la liga como LeBron James.
Ocho temporadas de marejada que han derivado en una tormenta perfecta en este inicio de curso en 2022 en el que todos los elementos se han vuelto en contra de la liga y de su comisionado. No llevamos ni un mes de competición y a Silver se le han acumulado más problemas extradeportivos que grandes actuaciones o récords como los que le gustaría vender.
El primer capítulo se vivió durante el verano. Miles Bridges, jugador de los Charlotte Hornets, se convertía en agente libre y aspiraba a un contrato de 173 millones de dólares por cinco temporadas. Sin embargo, poco antes de dar el pistoletazo de salida la franquicia de Carolina retiró su oferta después de la denuncia presentada por la ex pareja del jugador, que le acusaba de agresión.
Bridges se quedaba sin contrato en la NBA y se enfrentaba incluso a una pena de prisión. Finalmente tendrá que cumplir tres años de libertad condicional después de haber alcanzado un acuerdo con la fiscalía. Además, deberá realizar diversos cursos, así como un de un año de asesoramiento sobre violencia doméstica, otro de 52 horas sobre paternidad y además, 100 horas de servicios para la comunidad. Aparte de ello, semanalmente tendrá que hacerse un test antidrogas que será verificado.
Sarver, apartado de los Suns
Lo de Bridges sólo fue la primera piedra en el camino. La segunda llegó en los despachos. Concretamente en las oficinas de los Phoenix Suns. Los empleados de la franquicia de Arizona denunciaron comentarios racistas y sexistas y un trato vejatorio por parte del dueño del equipo Robert Sarver. Tras más de siete meses de investigación, después de las primeras acusaciones aparecidas en ESPN, la NBA decidió tomar cartas en el asunto.
Sarver, máximo accionista también del Mallorca, fue sancionado con una temporada de inhabilitación como propietario de los Suns y de las Mercury, además de imponerle una multa de 10 millones de dólares. Un castigo que para muchas estrellas de la NBA no era suficiente y le pedían que le apartara de la propiedad del equipo. Silver tuvo que comparecer ante los medios para justificar su decisión: “No tengo el derecho de quitarle su equipo. No quiero apoyarme en el punto legal porque podría haber un proceso para quitarle el equipo a alguien en esta liga”.
Udoka pasa de las Finales a la suspensión
Más leña al fuego. Ahora le tocaba el turno a los Celtics. Ime Udoka revolucionaba a los Celtics y los devolvía a las Finales de la NBA tras 12 años de ausencia. Todo eran loas al técnico hasta que en septiembre y de manera sorprendente la franquicia de Boston anunciaba la suspensión de su entrenador durante toda la temporada. Los motivos no han trascendido en su totalidad y pese a que el primer castigo fue por una presunta relación con una empleada de los Celtics, algo no permitido en el régimen interno de la franquicia, varias voces apuntaban a un motivo mayor.
La historia todavía tenía una vuelta de tuerca más. Udoka no puede entrenar esta temporada con los Celtics, pero su sanción no alcanza a otras franquicias de la NBA y su nombre es el primer candidato para asumir las riendas de los Brooklyn Nets tras la destitución de Steve Nash. ¿Lioso, verdad?
Pero lo mejor para Silver y para la NBA estaba por llegar e iba a tener a un viejo conocido como protagonista. Kyrie Irving, el hombre que la pasada temporada se perdió la mitad del curso por negarse a recibir la vacuna contra el coronavirus, volvía a ser protagonista de la polémica tras publicar en sus redes sociales el enlace a una cinta con contenido antisemita.
Las críticas no tardaron en aparecer. Y también las consecuencias. En un primer momento los Nets decidieron silenciar a Irving tras enfrentarse a un periodista en sala de prensa y no pedir perdón públicamente. La franquicia neoyorquina endureció sus medidas y decidió suspender al jugador durante al menos cinco partidos, sumándose a un Adam Silver que ha pedido una reunión personal con Irving para pedir explicaciones. El último en dar la espalda al jugador, que ya ha pedido disculpas, ha sido Nike, que ha retirado su patrocinio a Irving.
No se vayan, aún hay más. Hace apenas una semana los San Antonio Spurs sorprendían a todos anunciando que cortaban a Josh Primo, su primera elección en el draft de 2021. En un primer momento se habló de problemas de salud mental del jugador. Sin embargo, pasados unos días tanto el jugador como la franquicia han sido demandados por la antigua psicóloga del equipo, la doctora Cauthen, que acusaba al jugador de exhibicionismo y a los Spurs de no haber hecho nada pese a conocer los incidentes.
El abogado de Josh Primo, William J. Briggs, ha contestado a las acusaciones cargando contra la Dra. Cauthen. Alegando que su cliente ha sido “víctima de feos estereotipos y xenofobia en su propia beneficio económico” por parte de la psicóloga. También apunta que las acusaciones por exhibicionismo de la Dra. Cauthen son falsas. “Una total falsificación” recoge el letrado. Es sólo el primer paso de un escándalo que ha dejado temblando los cimientos de una NBA golpeada con más frecuencia de la esperada.
