El balonmano vuelve a sonreír a Júlia – La Voz de Galicia

Júlia Nuez admite que ha llegado a pensar que su paso por el Guardés de División de Honor femenina de balonmano estaba gafado. «Totalmente. Cualquier que lo mire con perspectiva, dirá: ‘A esta niña en Galicia la están mandando para Barcelona otra vez’. Pero también podía haber sido que me saliera el año de mi vida», recalca cuando acaba de dejar atrás la más grave de las tres lesiones que ha sufrido desde que aterrizó en el verano del 2022.

Hace casi un año, pasó por quirófano para ser intervenida de una rotura de cruzado que llegaba tras otras dos dolencias de menos relevancia, pero también latosas y que la apartaron de las pistas. Ahora, está de vuelta, y el pasado sábado, en el derbi frente al Porriño, se sentó por primera vez en el banquillo. Un pequeño gran paso. «Fue muy emocionante, solo estar dentro del campo y volver a sentir desde allí el ambiente del público fue sentir que dejaba atrás la lesión. Fue muy fuerte, muy importante para mí», expresa.

Supone poner punto y final a un proceso largo que ha tratado de sobrellevar con una actitud positiva. «Los deportistas nunca estamos preparados para estas cosas, pero cuando encadenas dos años malos de lesiones, no queda otra que afrontarlo lo mejor que se pueda», señala. Le ha guiado, dice, su pasión por el balonmano. «Me gusta tanto que es como que sale solo despertarse cada día y hacer un poco más y un poco más para que llegara el momento que viví el sábado», cuenta agradecida de haber regresado.

La felicidad actual y el optimismo que ha procurado no perder no quitan que haya habido momentos malos. «Cuando sufres una lesión tan grave, es un choque de realidad, de decir que no puede ser, que parece que todo lo malo te tiene que pasar a ti. Se necesita tiempo para asumir las cosas, aceptarlo, no agachar la cabeza y seguir adelante», ahonda. Se queda con que de todo se aprende y que nada te garantiza que el camino que tomes vaya a salir bien. «Salí de casa con 18 años para irme a la otra punta de España a vivir sola de golpe, con compañeras nuevas. Podía haber salido superbien, pero las cosas son así y hay que tomarlas lo mejor que se pueda», asume.

Además, no le cuesta encontrar cosas buenas que también le han dado estas dos temporadas en A Guarda. Empezando por el apoyo el club y las compañeras, siempre pendientes de ella en este largo proceso. Y siguiendo por la manera en que se siente en el municipio el deporte que aman de la misma forma que ella. «Nunca había visto la magnitud con que se vive aquí y me ha enamorado. Vas por el pueblo y la gente te conoce por jugar al balonmano. Sientes un cariño y un calor muy fuertes», agradece.

También destaca la manera en que se viven partidos como el derbi del pasado fin de semana, pero con un entusiasmo general a cualquier cita del equipo. «Llega el derbi y el pabellón estaba a reventar, espectacular. Pero siempre hay la ilusión de que llegue el fin de semana para ir a ver el partido y animar. Es lo que más me ha gustado aparte de las compañeras y la gente del club, que les coges mucho cariño», apunta.

Lista para reaparecer

Nuez lleva semanas entrenando con normalidad, con contacto y sin ninguna restricción. Está lista para reaparecer, pero se lo toma con paciencia. «A la que se dé la situación de salir cinco minutos a empezar a coger sensaciones, se sale cinco minutos», afirma. Es consciente de que tras pasar por una dolencia así, «te faltan inputs, sensaciones de juego, orientarte, acostumbrarte a volver a situarte bien en el campo…». Por eso entiende que ahora, con todo lo que hay en juego en esta recta final de la temporada, es «un momento complicado» para poder entrar. Pero sabe que «si no es ahora, será más adelante».

En clave de futuro, todavía no hay nada decidido de cara a la próxima temporada. Está a la espera de reunirse con el presidente y hablar de la situación, pero antes de eso, también quiere estar segura de lo que puede aportar. «Lo primero es ver cómo vuelvo de la lesión, cómo me noto, porque necesitas tiempo para recuperar sensaciones. Tengo que ver si el año que viene puedo rendir al 100 % como requiere la máxima categoría, volver a mi nivel de antes», comenta.

No le cabe duda de que, tarde o temprano, va a recuperar ese nivel y va a volver a disfrutar del balonmano dejando atrás por completo todos los contratiempos. «Veo la luz al final del túnel y tengo muchas ganas de ver lo que viene. Sé que si no es ahora mi momento de disfrutar del balonmano, lo será más adelante, porque la vida de devuelve todo», sostiene. Y ella al balonmano le ha entregado muchas horas. «Ha sido mi pasión desde pequeñita. Es lo que más felicidad me da. Si el balonmano me va bien, la vida me sonríe mas».