El Barça está obligado a ganar este viernes ante Panathinaikos (20:15 horas CET) en un partido crucial para las aspiraciones azulgranas de cara a los playoffs. Se mantienen segundos pese a la dolorosa derrota en Turquía ante Fenerbahce, pero sus planes podrían verse gravemente trastocados en caso de salir de Grecia con otra derrota, un OAKA en el que esperan hombres como Kendrick Nunn.
El estadounidense lleva poco tiempo en el viejo continente, pero con unos pocos meses le ha bastado para demostrar que puede ser uno de los mejores bases de la Euroliga. En un ‘PAO’ que empezó la temporada renqueante (perdió cuatro de los seis partidos iniciales) en un proyecto completamente renovado, desde los despachos decidieron apostar por un ‘talentosísimo’ Nunn, cuya carrera en la NBA había ido de más a menos hasta ser un ‘olvidado’ de la liga. Ahora toda la Euroliga sabe quién es.
De no ser drafteado en la NBA… al mejor quinteto rookie
La historia de este chico en la mejor liga del mundo no empezó de la mejor manera. Después de cuatro años en las universidades de Illinois y Oakland, su nombre no salió en el Draft de 2018 y tuvo que buscar cobijo en la ‘segunda división’, en los Santa Cruz Warriors de la G-League, equipo afiliado a los Golden State de Curry y compañía. Su buen desempeño en la temporada 18-19, donde promedió 19.3 puntos saliendo desde el banquillo, le valió para que Miami Heat le diese una oportunidad al año siguiente. En la franquicia de Florida se salió por completo como novato.
Kendrick Nunn se salió en su primer año en Miami / AGENCIAS
Ya en su primera semana y media en la NBA rompió el récord de mayor número de puntos para un ‘no drafteado’ en cinco partidos, con 112, metiéndose incluso en la lucha por el jugador de la semana. También fue el rookie más precoz en alcanzar los 500 puntos con Miami y el único en llevarse dos galardones a ‘Rookie del mes’ también como no drafteado (acabó ganando 3). Por si fuera poco, disputó ese primer año las finales de la NBA y consiguió anotar 18 puntos desde el banquillo en el Game 1, unos logros que le permitirían entrar de lleno en el mejor quinteto rookie de la 19-20 y quedar segundo en la votación por el novato del año, tan solo por detrás de un tal Ja Morant.
Nunn demostró resiliencia y ser un jugador especial en la NBA, un base eléctrico en transición que, sin demasiadas florituras en su juego, era capaz de revolucionar un partido. Por desgracia, desde que los Heat no renovasen al jugador en verano de 2021 y tras un periplo con lesiones y desconfianza en Lakers y Wizards, el nacido en Chicago supo que su camino estaría, por el momento, lejos de casa.
Resurrección en Grecia
La apuesta era arriesgada. Un chico con tan solo cuatro años de experiencia en la NBA, la mitad de ellos con un rol testimonial, firmaba una temporada por el ‘PAO’ en uno de los equipos con más exigencia a sus espaldas. El cuadro heleno dio un golpe sobre la mesa el pasado verano: Lessort, Juancho Hernangómez, Sloukas, Mitoglou y Jerian Grant fueron las grandes incorporaciones de un proyecto que también se renovó en los banquillos con Ergin Ataman, bicampeón con Efes. El reto era mayúsculo, devolver al seis veces campeón de la Euroliga a lo más alto, dónde se merece y compitiendo por todo. Nunn firmó a finales de octubre como salvación tras los malos resultados cosechados, y encajó como anillo al dedo.
Nunn es una fuerza de la naturaleza cuando penetra a canasta / Georgia Panagopoulou
El exterior es ahora el noveno máximo anotador de la Euroliga, con 14.5 puntos por partido a lo que suma 3.0 asistencias. A un más que decente 36.4% en tiros de tres, se añade su excelencia desde el 4’60. Kendrick Nunn es el mejor del continente cuando va a la línea de tiros libres, con un perfecto 50/50 en su casillero este curso. Nada mal le vendría al Barça unos porcentajes así, siendo los de Grimau uno de los peores en esta faceta de toda la competición.
Otra estadística que habla bien de ‘K-Nunn’: con 24.5, es el octavo jugador que más puntos ha creado (canastas + asistencias) en la segunda mitad de la Euroliga 23/24, por delante de nombres como Facundo Campazzo o Markus Howard en esta métrica.
En un Panathinaikos que ha revivido y ya está tercero en Euroliga, luchando de tú a tú al Barça por ese segundo puesto, la llegada de Nunn ha sido la luz que ha iluminado el camino. Puede no ser un base tan espectacular como los Mike James o Shane Larkin, pero su influencia en el juego está a la misma altura. Es uno de esos jugadores al que le gusta lucirse ante los más grandes, endosándole 41 puntos al Real Madrid en los dos partidos disputados, con una última actuación de 17 puntos que asaltó el Wizink Center junto a otros 26 de Mathias Lessort, su socio favorito en ataque. Parar a esta pareja en contraataques y situaciones de pick and roll será crucial si los azulgrana quieren salir con vida del OAKA, una cancha siempre difícil de visitar.
