Demi Vollering, una número uno con una cuenta pendiente con La Vuelta Femenina – Relevo

Tras debutar la temporada con prestaciones de altura en auxilio de Lotte Kopecky en Omloop Het Nieuwsblad y Strade Bianche, Demi Vollering (1996, Pijnacker) se ha concentrado tres semanas en Sierra Nevada para encarar su primer pico de forma de la campaña. Un bloque de competición con repetir ‘triplete’ en las Ardenas como objetivo principal: Amstel, Flecha, Lieja, las tres pruebas señeras en las que heredó el cetro de su mentora (antes compañera, ahora directora) Anna Van der Breggen. Todo ello sin perder de vista La Vuelta Femenina, la derrota más dolorosa de 2023: el canto de cisne de Annemiek van Vleuten, que junto a Movistar Team pilló a la vigente número uno en un renuncio camino de Laredo para despojarla de La Roja y arrebatarle la victoria final.

Corren tiempos complicados para SD Worx-ProTime, escuadra dominante del panorama femenino en el cual se juntan las cuatro mejores del ránking UCI: la rodadora suiza Marlen Reusser, la esprínter neerlandesa Lorena Wiebes, la campeona del mundo en carretera y pista Lotte Kopecky y la propia Vollering. Los bloques que aspiran a tomar la vanguardia, como Lidl-Trek o Fenix-Deceuninck, han apostado por ampliar su plantilla con jóvenes para cubrir el cada vez más vasto calendario; SD Worx-ProTime continúa con 16 mujeres, y eso comporta dificultades.

Esta misma semana, sin ir más lejos, en SD Worx-ProTime se vieron obligadas a prescindir de la Brujas-La Panne, clásica belga perteneciente al UCI Women’s WorldTour que se resolvió en una llegada masiva donde Wiebes hubiera llevado las de ganar. ¿La razón? Falta de corredoras. Unas estaban de concentración; otras, disminuidas por problemas físicos. No obstante, estas dificultades no se han traducido en términos de anotación: son 11 victorias ya esta campaña, por 6 a estas alturas del año pasado.

El panorama de SD Worx-ProTime promete. Marlen Reusser ya ha dejado atrás su Covid-19 y acompañará a Kopecky y Wiebes este domingo en la Gante-Wevelgem. Vollering, la única de las tres líderes que no ha alzados los brazos todavía, se sumará en A Través de Flandes tras dar por concluido su retiro granadino este viernes. “Es uno de los mejores lugares que existen para montar en bicicleta”, elogia la neerlandesa a Sierra Nevada y su entorno en una entrevista remitida por el gabinete de prensa de La Vuelta Femenina by Carrefour.es. Todavía no ha visitado la Alhambra por dentro, pero sí que se desvió en uno de sus entrenamientos para conocerla por fuera.

Más allá de la preparación, España volverá a ser importante en el calendario de Vollering a efectos competitivos. “Ya año pasado pasé casi un mes en España para encadenar La Vuelta Femenina con la Vuelta a Burgos y la Itzulia Women. Me encajaba perfectamente porque, al ser prácticamente consecutivas, no suponían una gran carga de viajes”. 14 jornadas de competición en sólo 21 días naturales: el sueño de corredoras y equipos, y de una UCI que busca reducir los traslados para minimizar a su vez el impacto ecológico del ciclismo.

Vollering aprovechó al máximo su periplo español. Anotó siete triunfos: dos etapas y la general en Burgos; dos etapas en la Itzulia, mientras su coequipier Reusser se anotaba la jornada final y la general; y dos etapas en La Vuelta Femenina, nada menos que los finales en alto del Mirador de Peñas Llanas de Riaza y los Lagos de Covadonga, que no la satisficieron. “Fue una carrera extraña para mí. La disfruté, pero viví tantos altibajos… Al principio, no pensaba en la general. Cuando me vestí con La Roja de líder, defenderla pasó a convertirse en un objetivo para el equipo. Entonces ocurrió el ‘accidente’ de la sexta etapa, y fue un golpe para todas“.

El ‘accidente’ es una de esas polémicas perennes que quedan inscritas en la memoria del deporte. Vollering que se detiene a orinar justo cuando Movistar Team había previsto lanzar un ataque; el conjunto telefónico que ejecuta su plan; los árbitros de la carrera que decretan ‘barrage’ y detienen los coches que siguen al pelotón liderado por las azules, dificultando una caza que acaba demostrándose imposible. Un controvertido jaque del que SD Worx-ProTime no logró zafarse en los Lagos de Covadonga. “Durante la ascensión sólo podía pensar en darlo todo por mis compañeras, por lo hundidas que se habían quedado el día antes y por la fuerza y la determinación que habían demostrado durante la etapa”, evoca Vollering. “Fue una sensación fantástica”.

Han pasado ya unos meses de aquello, y de que Vollering sometiera a Van Vleuten en el Tour de Francia femenino (“en los Lagos vi cuánto daño podía hacer en puertos largos, y eso fue clave”), y de que la campeona de todo cerrara su vida deportiva con Movistar Team. La actual número uno dice que no echa de menos a su antigua rival. “Hay muchas ciclistas de calidad”, enuncia. Y reduce la influencia de ‘Miek’ en su vida deportiva a una cuestión de roles: “Siempre hay una ciclista que es la mejor del mundo y, cuando eres un talento emergente, tu aspiración es derrotarla. Para mí, esta figura la representó claramente Annemiek. Era la mejor y yo quería batirla para convertirme por derecho propio en ‘la mejor’. Probablemente ahora mismo yo sea para muchas de mis rivales ‘esa ciclista’ que Annemiek fue para mí”. Y en esa lucha encarnizada y eterna, en efecto, discurre el deporte de élite.