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Otra vez el norte contra el sur, otra vez un bloque de seleccionados europeos frente a uno de países con presencia histórica en la definición de los mundiales de rugby.
El local Francia, el líder del ranking Irlanda, la siempre protagonista Inglaterra y la resistente Gales intentarán que la Copa del Mundo vuelva a Europa después de muchos años, 20 para ser más precisos, cuando los ingleses rescataron el único título para los norteños.
El actual campeón Sudáfrica, la poderosa Nueva Zelanda, la luchadora Argentina y la sorprendente Fiji buscarán que el reinado siga de esta parte del planeta. En este grupo falta otro excampéon mundial e histórica potencia como Australia, hoy venida a menos y eliminada por los fijianos.
Los cuatro partidos, dos el sábado y dos el domingo, prometen ser espectaculares porque en la mayoría hay paridades o mejor dicho, están las condiciones dadas para que las haya.
El sábado, en primer turno, el Argentina-Gales de Marsella insinúa un cruce apasionante entre unos galeses que atraviesan su mejor momento en meses y Los Pumas, que están en franca levantada.
Luego, a las 16 en París, el choque entre Irlanda y los All Blacks tiene sabor a final anticipada, aunque los irlandeses están en estado de gracia y los neozelandeses aún deben ser más que esos espasmos trituradores que liquidan rivales.
El domingo, a las 12 en Marsella, toda la presión será inglesa, que tendrán que validar su banca ante una Fiji que en primera fase borró a Australia con su juego físico, aunque siempre algo ingenuo.
Y a las 16 se paralizará Francia en otra final adelantada: en París, el local tendrá una prueba de fuego frente a los Springboks sudafricanos, una máquina de ir para adelante y desafiar adversarios a pura potencia.
Pero hay mucho más en juego que los pases a cuartos. Estará sobre la mesa un inocultable crecimiento y reacomodamiento de los europeos de primera línea frente a los sureños, en especial Nueva Zelanda y Sudáfrica, que lejos están de renunciamientos, más si se tiene en cuenta que entre ambos suman seis títulos mundiales.
El nuevo mapa del rugby mundial quedará dibujado este fin de semana, sólo resta definir quiénes ocupan los cuatro máximos casilleros. Si habrá monopolio continental o si se repartirán las piezas lo sabremos el domingo a la tarde. Mientras tanto, el planeta ovalado vibra en un espectacular clima de presión, tensión y pasión.
