Un contratazo a Caitlin Clark para jugar contra leyendas NBA puede romper las reglas del deporte femenino – Relevo

Caitlin Clark aspira a convertirse en una auténtica leyenda del baloncesto estadounidense. La jugadora de Iowa dará el salto a la WNBA y será, salvo sorpresa mayúscula, la número 1 del próximo Draft. Los números le avalan: se convirtió en la máxima anotadora de la historia de NCAA, superando los 3.667 puntos de un mito NBA como Pete Maravich. El furor por ver su récord provocó que las entradas costasen entre 300 y 4.000 dólares, la mayor cifra de la historia de un partido de baloncesto femenino, incluso de la WNBA y también por encima de muchos partidos NBA. Por ello, resulta evidente que su impacto mediático es algo no visto hasta ahora. ¿Pero van los salarios de la liga femenina de la mano de su popularidad? Ni mucho menos. Ahora, una oferta desorbitada lo podría cambiar todo: cinco millones de dólares… ¿¿¿por diez partidos???

Para entender esta mareante cantidad, primero cabe explicar que no es de la WNBA ni de ningún asunto publicitario. Es de Ice Cube, rapero y actor estadounidense, que quiere a la joven jugadora para BIG3. Este torneo podría ser una especie de Kings League, con un enorme prestigio y nombres de lo más reconocibles. Fue creado en 2017 y cuenta con la participación en partidos de 3×3 de grandes jugadores con pasado NBA como Billups, Jason Williams o Mike Bibby. En la actualidad también juegan otros reconocibles de la talla de Gilbert Arenas, Greg Oden, Carlos Boozer o Joe Johnson. Y sí, no hay mujeres. Más allá de entrenadoras como Nancy Lieberman o Lisa Leslie, en lo que ya fue un importante avance en el deporte del país.

“Caitlin es una atleta generacional que puede lograr un éxito tremendo en el BIG3. Con nuestra oferta, puede hacer historia y derribar aún más barreras para las atletas“, afirmó Ice Cube. Con las cartas puestas sobre la mesa, conviene explicar las condiciones de la misma. El responsable de la competición considera que esta puede ser el escenario ideal para que las jugadoras de la WNBA tengan una inyección económica y estén en el foco mediático más allá de su temporada regular en verano. Porque, efectivamente, firmar por BIG3 no impediría a Clark disputar la mejor competición de baloncesto femenino del planeta, por cuestión de fechas.

TMZ informa de que el trato que quiere cerrar Ice Cube con la mayor anotadora de la historia del baloncesto universitario estadounidense se basa en cinco millones de dólares por una única temporada. En cada campaña del torneo se disputan únicamente ocho encuentros, más otros dos de playoff. Además, se habrían comprometido a una compensación adicional en función de los patrocinios que logre la competición.

Una oferta de lo más suculenta que choca con la posibilidad de que eso le impida desarrollar su carrera en la WNBA. Sin embargo, el calendario ya establecido del Big3 marca que solo dos de sus jornadas son coincidentes con las de la liga femenina y que, en ese caso, la jugadora podría dar prioridad a la propia WNBA. Ice Cube ve que esta situación, lejos de ser contraproducente, es un plus en el desarrollo mediático de su propia liga.

¿Es tan desorbitada la oferta?

La NBA cuenta con contratos astronómicos, infinitamente superiores a la propuesta de Ice Cube a Caitlin Clark. Por ejemplo, Jaylen Brown firmó 304 millones de euros por 5 temporadas el pasado mes de julio, más de 60 por campaña de media. Pero en la WNBA esas cifras no se contemplan en absoluto. El año pasado, Erica Wheeler fue la jugadora que más ingresó, un total de 242.000 dólares.

El convenio colectivo de la WNBA marca para una rookie un máximo de 74.305 dólares en su primer año y 94.740 en su cuarta temporada, para la que renovará siempre y cuando así lo quiera el equipo. El contrato máximo para una jugadora veterana está en este momento en 241.984 dólares por campaña, en lo que se conoce popularmente como Supermax. Como ocurre en la NBA, para optar a esa cantidad hay que reunir una serie de requisitos como una extensión de contrato con el equipo que la drafteó, ser agente libre con cinco años de experiencia…

La llegada del fenómeno de masas Caitlin Clark promete un incremento de esta escala salarial, aunque todo dependerá de las reglas de la liga. Crezcan o no sus emolumentos, estará lejos, muy lejos, de las siete cifras que le llegan de esta propuesta ambiciosa de Big3. Sería una pionera dentro del baloncesto femenino y el detonante de que la explosión salarial de las jugadoras es posible.

¿Y cuál es el problema?

Hasta el momento, el escenario era absolutamente ideal, más allá de pequeños matices como que pueda caer lesionada y comprometer así su carrera, tal y como puede ocurrir, por ejemplo, en la Kings League, salvando las distancias. Sin embargo, la relación entre BIG3 y NBA (de la que forma parte la WNBA) no es la idónea.

Siempre según la información expuesta en TMZ, el Departamento de Justicia de Estados Unidos lanzó una investigación contra el monopolio tras los intentos de la NBA de tumbar el éxito mediático de BIG3. Dicho lo cual, la postura antagónica entre ambas competiciones podría suponer un problema para Caitlin Clark, que en breve dará el salto con la expectativa mundial de que se convierta en una jugadora para la posteridad.

¿Podría vetar la WNBA a Caitlin Clark entonces? Pues por poder… Sí, pero se enfrentaría a posibles problemas legales por la investigación del Departamento de Justicia. Y tampoco cobraría especial sentido, ya que la mayoría de jugadoras de la WNBA juegan en ligas extranjeras durante la temporada natural de baloncesto para ingresar más dinero y no perder el ritmo competitivo.

Sea como fuere, que Caitlin Clark se vea tentada con una oferta de esta magnitud no es más que la señal de que se trata de una jugadora diferencial, con un talento y carisma no muchas veces visto en la WNBA. Es cuestión de tiempo descubrir si participará o no en BIG3, multiplicando por 25 el salario máximo de una jugadora de su misma competición. Casi nada.